Contaminación
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Actualizado: viernes, 6 octubre 2017 8:49

   MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Científicos del Centro Columbia para la Salud Ambiental Infantil (CCCEH, por sus siglas en inglés) de la Escuela Mailman de Salud Pública, en Estados Unidos, informan de la primera evidencia de que la exposición prenatal a hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP, por sus siglas en inglés) --subproductos carcinógenos y de combustión neurotóxica comúnmente encontrados en el aire urbano-- se combina con dificultades económicas para aumentar significativamente los síntomas de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en los niños.

   En un estudio longitudinal de madres y recién nacidos de color en comunidades de bajos ingresos en la ciudad de Nueva York, los científicos evaluaron los niveles de exposición prenatal de los bebés a los HAP midiendo un marcador molecular de exposición en sangre materna recogida en el parto. Las madres informaron sobre su experiencia de dificultades materiales (falta de alimento, vivienda, servicios públicos y ropa) en múltiples momentos, desde la gestación hasta cuando su hijo tenía 9 años, momento en el cual los investigadores evaluaron los comportamientos de TDAH del niño.

   Entre los 351 niños de la muestra del estudio, que se publica en la edición digital de la revista 'Environmental Research', los que presentaban mayor exposición prenatal a HAP tenían más síntomas de TDAH que aquellos con baja exposición a HAP, con la mayor diferencia en los síntomas en niños con dificultades persistentes desde el embarazo hasta la infancia.

   El nuevo documento es el primero en considerar los efectos combinados de la exposición a HAP y las dificultades materiales en el TDAH, basándose en investigaciones previas que analizaron los HAP y el estrés socioeconómico por separado. Anteriormente, expertos del CCCEH informaron de que los niños expuestos prenatalmente a niveles más altos de HAP y cuya madre reportó dificultades materiales obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en los tests de coeficiente intelectual a los 7 años frente a los niños nacidos de madres con mayor seguridad económica y menos exposición a los contaminantes.

VÍAS DE INFLAMACIÓN COMUNES

   Durante el periodo prenatal, el feto está experimentando un rápido desarrollo, por lo que es altamente susceptible a daño en el ADN y otros efectos de contaminantes como los HAP. Los HAP pueden atravesar la placenta y la barrera hematoencefálica fetal y desencadenar una inflamación que es tóxica para el cerebro en desarrollo. El estrés psicosocial también promueve la inflamación y puede ser perjudicial para el neurodesarrollo. Los investigadores creen que la combinación de "tóxicos" psicosociales y físicos puede amplificarse entre sí a través de vías de inflamación comunes.

   Aproximadamente, el 11 por ciento de los niños estadounidenses de 4 a 17 años han sido diagnosticados con TDAH. Los síntomas de hiperactividad, impulsividad y falta de atención a menudo persisten y pueden conducir a un mal desempeño en el ámbito académico y ocupacional a lo largo de los años de adulto.

   "No hay un solo desencadenante para el TDAH --dice la primera autora, Frederica Perera, directora del CCCEH y profesora de Ciencias de la Salud Ambiental en la Escuela Mailman--. La contaminación atmosférica y las dificultades económicas forman parte de una combinación de factores genéticos, ambientales y sociales que contribuyen a los problemas de conducta de la infancia, entre ellos el TDAH. Los niños estarían mejor atendidos por una respuesta multifacética que combina la asistencia económica para mujeres con intervenciones políticas para reducir la exposición a la contaminación del aire en áreas urbanas, especialmente en comunidades de bajos ingresos de color ".

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