MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
Además del daño pulmonar, el COVID-19 ha sido vinculado a problemas neurológicos, fatiga crónica y un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares. Un reciente estudio publicado en Radiology ha revelado que la infección por SARS-CoV-2 también puede acelerar el crecimiento de placas en las arterias coronarias, aumentando el riesgo de infarto y otros eventos cardiovasculares incluso un año después de la enfermedad.
Concretamente, la infección por SARS-CoV-2 del síndrome respiratorio agudo severo está asociada con el rápido crecimiento de placa en las arterias coronarias y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, según un trabajo de expertos del Hospital Zhongshan de la Universidad de Fudan en Shanghái (China).
Los resultados se publican en 'Radiology', una revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica ( RSNA )."La COVID-19, causada por el SARS-CoV-2, se caracteriza inicialmente por una lesión pulmonar aguda e insuficiencia respiratoria", contextualiza el autor principal del estudio, el doctor Junbo Ge, profesor y director del Departamento de Cardiología del Hospital Zhongshan de la Universidad de Fudan en Shanghái.
Sin embargo, "la evidencia emergente indica que la COVID-19 también implica una respuesta inflamatoria extrema que puede afectar al sistema cardiovascular", afirma el doctor Ge, quien señala que esta inflamación sistémica produce consecuencias para el corazón más allá del primer mes de la infección, dando lugar a una alta mortalidad y resultados desfavorables.
En este contexto, los investigadores investigaron el impacto de la infección por SARS-CoV-2 utilizando angiografía coronaria por TC (CCTA) para evaluar la inflamación coronaria, determinada mediante el análisis de los cambios en el tejido que rodea las arterias coronarias, así como la carga y el tipo de placa.
El estudio retrospectivo incluyó pacientes que se sometieron a ACTC entre septiembre de 2018 y octubre de 2023. El grupo de estudio final de 803 pacientes (edad media, 63,9 años, 543 hombres) incluyó a 329 pacientes (41%) que se sometieron a imágenes antes de la pandemia de COVID-19 y a 474 pacientes que se sometieron a imágenes durante la pandemia. De ellos, 25 pacientes estaban infectados con SARS-CoV-2 antes de la obtención de imágenes.
El equipo de investigación analizó un total de 2.588 lesiones de la arteria coronaria, incluidas 2.108 lesiones entre pacientes con SARS-CoV-2 y 480 lesiones entre pacientes no infectados. En todos los pacientes, los investigadores compararon las mediciones iniciales y de seguimiento de los cambios en el volumen de la placa, la presencia de placa de alto riesgo y la inflamación. También analizaron la relación entre el SARS-CoV-2 y los eventos cardiovasculares, como un ataque cardíaco o un procedimiento de revascularización. Al inicio del estudio, la estenosis media, o estrechamiento de la arteria, por lesión era del 31,3%. Solo el 8,1% de las lesiones tenían una estenosis de diámetro del 50% o más.
En comparación con los pacientes no infectados, el volumen de la placa aumentó más rápido en los pacientes con SARS-CoV-2. Las lesiones en pacientes con infección por SARS-CoV-2 tuvieron una mayor incidencia de convertirse en placas de alto riesgo (20,1 % frente a 15,8 %) e inflamación coronaria (27 % frente a 19,9 %). Los pacientes con COVID-19 también tuvieron un mayor riesgo de falla de la lesión diana (10,4 % frente a 3,1 %), un indicador de mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
"La inflamación posterior a la COVID-19 puede provocar un crecimiento continuo de la placa, en particular en placas no calcificadas de alto riesgo", destaca el doctor Ge. "Los pacientes con infección por SARS-CoV-2 tienen un mayor riesgo de sufrir infarto de miocardio, síndrome coronario agudo y accidente cerebrovascular durante hasta un año".
El experto agrega que estos efectos persisten durante las secuelas del COVID-19, independientemente de comorbilidades como la edad, la hipertensión y la diabetes."Es imprescindible contar con estrategias de tratamiento eficaces para estos pacientes", destaca el doctor Ge.
Los hallazgos sugieren que la infección por SARS-CoV-2 puede exacerbar el riesgo cardiovascular al acelerar la progresión de las placas susceptibles y la inflamación coronaria. Sin embargo, se requiere una comprensión más completa de los mecanismos biológicos para formular enfoques preventivos y terapéuticos. "Es fundamental prever una mayor carga de pacientes cardiovasculares en el futuro, ya que la mayoría de las personas infectadas se recuperan de la infección aguda por SARS-CoV-2", finaliza el doctor Ge.