MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una crema para la piel que se usa para tratar las verrugas y el cáncer de piel podría ayudar a proteger a las personas contra enfermedades virales como el zika y el dengue, según una nueva investigación de la Universidad de Leeds y Universidad de Glasgow publicada en la revista 'Science Translational Medicine'.
Sus hallazgos han identificado una nueva forma en que se podría prevenir la infección de una amplia variedad de virus peligrosos. La emergencia climática, junto con un mundo cada vez más interconectado, ha llevado a un aumento de enfermedades potencialmente mortales transmitidas por mosquitos para las que actualmente no existen tratamientos efectivos.
Los científicos estudiaron cuatro tipos de virus transmitidos por mosquitos y descubrieron que aplicar una crema dentro de la hora posterior a la picadura de un mosquito redujo drásticamente las tasas de infección en sus modelos.
Utilizaron dos modelos diferentes para comprender el efecto de la crema para la piel: muestras de piel humana y ratones. En ambos casos, la aplicación de la crema para la piel actuó como una señal de advertencia que provocó una rápida activación de la respuesta inmune de la piel que combate cualquier posible amenaza viral. Esto evitó que el virus se propagara por el cuerpo y causara enfermedades.
La crema imiquimod, comercializada como 'Aldara', se usa comúnmente para tratar las verrugas genitales y algunas formas de cáncer de piel, si bien los investigadores advierten de que se necesitan más pruebas antes de hacer recomendaciones para que las personas comiencen a usar esta crema en las picaduras de mosquitos.
El autor principal, el doctor Clive McKimmie, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds, señala que "este estudio muestra que una crema para la piel clínicamente aprobada y ampliamente utilizada tiene el potencial de ser reutilizada como un valioso protector contra las enfermedades transmitidas por insectos".
"Lo que es especialmente alentador sobre nuestros resultados es que la crema fue efectiva contra varios virus distintos, sin necesidad de estar dirigida a un virus en particular --prosigue--. Si esta estrategia puede convertirse en una opción de tratamiento, entonces podríamos usarla para abordar una amplia gama de nuevas enfermedades emergentes que aún no hemos encontrado".
El experto recuerda que "los mosquitos están ampliando su alcance en todo el mundo a medida que el planeta se calienta debido a la emergencia climática, por lo que es probable que el impacto en la salud de las enfermedades transmitidas por mosquitos aumente en el futuro".
De hecho, hay cientos de virus que se transmiten al picar mosquitos que pueden infectar a los humanos, como el virus del dengue, el virus del Nilo Occidental, el virus Zika y el virus chikungunya, que han tenido grandes brotes en los últimos años.
Esto incluye el brote sin precedentes del virus del Nilo Occidental en Europa durante el verano de 2018, que registró más de 1.300 casos y provocó 90 muertes, mientras que 2019 fue el peor año registrado para el dengue en las Américas. En la actualidad, no hay medicamentos antivirales y pocas vacunas para ayudar a combatir estas infecciones.
Cuando un mosquito pica la piel, el cuerpo reacciona de una manera muy específica para tratar de mitigar el trauma físico de la piel que se está pinchando. La picadura hace que comience un mecanismo de reparación de curación de heridas, sin embargo, la piel no se prepara para responder al ataque viral.
Esto significa que los virus transmitidos por mosquitos que entran en la piel a través de una picadura pueden replicarse rápidamente con poca respuesta antiviral en la piel y luego extenderse por todo el cuerpo.
Al aplicar crema para la piel después de una picadura, los investigadores descubrieron que podían activar de manera preventiva la respuesta inflamatoria del sistema inmunitario antes de que el virus se convierta en un problema. La crema alentó a un tipo de célula inmunitaria en la piel, llamada macrófago, a activarse repentinamente para combatir el virus antes de que pudiera extenderse por el cuerpo.
El coautor, el doctor Steven Bryden, señala que, "al estimular el sistema inmunológico y no atacar a un virus específico, esta estrategia tiene el potencial de ser una 'bala de plata' para un amplio gama de distintas enfermedades virales transmitidas por mosquitos".
Los investigadores de la Universidad de Leeds y la Universidad de Glasgow observaron cuatro virus diferentes transmitidos por mosquitos, dos de ellos, Zika y chikungunya, se analizaron en muestras de piel humana.
Se tomaron pequeñas muestras de piel de 16 voluntarios y se mantuvieron en condiciones saludables en el laboratorio. Cortaron cada muestra por la mitad y permitieron que ambas mitades fueran infectadas por virus. Después de una hora, aplicaron crema para la piel a la mitad de cada muestra, dejando la otra mitad sin tratamiento. Dos días después midieron cómo el virus había infectado y se había replicado dentro de la piel.
Para el virus Zika descubrieron que la piel que no recibió el tratamiento contenía más de 70 veces más virus que la piel que lo recibió. Igualmente, en el caso del virus chikungunya, la piel que no recibió el tratamiento contenía más de 600 veces más virus que la que sí recibió. En ambos casos, la piel tratada no liberó ningún virus infeccioso, lo que significa que el virus no se habría diseminado y causado una enfermedad en el cuerpo si esto hubiera ocurrido en una persona.
Posteriormente se probaron tres virus distintos: Semliki Forest, chikungunya y Bunyamwera, en ratones. Esto permitió a los investigadores comprender si la crema para la piel podría evitar que los virus infecten y causen daños al resto del cuerpo. Dos semanas después de la infección con el virus mortal Semliki Forest, la tasa de supervivencia de los ratones que no recibieron la crema fue del 0%, en comparación con el 65% de supervivencia de los que recibieron el tratamiento.
En el caso del virus Chikungunya, dos semanas después el 70% de los ratones que no recibieron la crema tenían virus en las articulaciones de los tobillos, en comparación con el 30% de los que sí recibieron el tratamiento. Además, en los ratones que fueron tratados, las articulaciones infectadas tenían 90 veces menos virus, lo que sugiere que las articulaciones habían sido protegidas de infecciones más graves.
Por lo que se refiere al virus Bunyamwera, descubrieron que los ratones que no recibieron la crema tenían hasta 10.000 partículas de virus infecciosos por mililitro en su torrente sanguíneo, en comparación con menos de 100 partículas de virus infecciosos para los que recibieron el tratamiento.
El doctor Kave Shams, coautor y consultor de dermatología del NHS de la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds, señala que "es demasiado pronto para recomendar que las personas usen esta crema en las picaduras de mosquitos, ya que se necesitan más pruebas y desarrollo para asegurar que pueda usarse de manera segura y efectiva para este propósito. Pero esperamos que algún día este descubrimiento pueda ayudar a un gran número de personas a evitar enfermedades, particularmente en las partes del mundo más afectadas por estas enfermedades devastadoras".