MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, ha apuntado la importancia de una detección precoz de altos niveles de tensión ocular para evitar el desarrollo de un glaucoma y una futura pérdida de visión, con motivo del Día Mundial del Glaucoma que se celebra este miércoles 12 de marzo.
El experto explica que en el interior del ojo existe un líquido para mantener una determinada presión ocular, pero cuando se produce una hipertensión ocular mantenida a lo largo del tiempo, las células nerviosas "mueren" y la visión se va deteriorando, lo que deriva en el glaucoma.
"Como esto ocurre de una manera progresiva, sin dolor, la persona no suele percatarse hasta que la pérdida de visión está muy avanzada", ha alertado.
A medida que evoluciona el glaucoma, se pueden manifestar dificultades para leer, deslumbramiento o mala adaptación a la oscuridad, así como progresivamente manchas borrosas en la visión, puntos ciegos y dificultad para encontrar objetos o conducir.
"En los casos graves, conforme la pérdida de visión avanza, se ve perjudicada la visión central y se pierde la capacidad de reconocer caras o detalles finos, como letras. Al cabo de los años, puede producirse ceguera con pérdida total de la visión", ha añadido.
En este sentido, el doctor Maset recalca que la mejor medida para la prevención del glaucoma y para asegurar la protección de la salud ocular es acudir a revisiones oftalmológicas de forma anual, sobre todo a partir de los 40 años, para detectar si la presión intraocular es la adecuada y comenzar con el tratamiento si fuera necesario.
"Cuanto antes se detecta la hipertensión ocular o la pérdida de visión periférica, antes se puede actuar y evitar o frenar la aparición del glaucoma", ha afirmado el experto.
Aunque el glaucoma no tiene cura y la pérdida de visión es irreversible, sí que se pueden utilizar fármacos, láser o cirugía para disminuir la presión intraocular, así como reducir a la mitad el riesgo de desarrollar el glaucoma o frenar su progresión.
Además de revisar la vista con regularidad, Maset ha recomendado seguir una dieta rica en antioxidantes y vitaminas y eliminar el consumo de grasas animales, así como beber agua de manera abundante y moderar el consumo de café.
Por otro lado, para evitar la presión ocular alta, también ha aconsejado practicar ejercicio físico moderado y regular, evitar fumar, controlar el estrés, cuidar la postura al dormir y adecuar la iluminación a las necesidades visuales.
Finalmente, el doctor ha recordado la necesidad de seguir "fielmente" la medicación indicada por el especialista, incluso aunque el paciente no sienta ningún dolor, para evitar que la hipertensión ocular se mantenga hasta derivar en un glaucoma. Además, las personas con tensión ocular alta deberán evitar los corticoides y los fármacos vasoconstrictores o cambiar las dosis si se dan bajadas de tensión nocturnas.