MADRID, 12 Sep. (EDIZIONES) -
Cada vez los niños son menos niños, inician antes la etapa de la pubertad y, con ello, manifiestan una rebeldía ante la vida y sus padres que no es fácil de llevar. Generalmente suele coincidir con la llegada de la ESO. No piensan más que en divertirse y vivir emociones intensas, alejándose de cualquier responsabilidad.
"El tsunami que te está embistiendo se llama 'preadolescencia' y debes saber que no tiene tratamiento, pero sí existe un secreto para sobrevivir a él: comprender lo que está pasando en un cerebro en plena evolución que no funciona como el de un adulto", subrayan en una entrevista con Infosalus Barbara Tamborini y Alberto Pellai, expertos en Psicología del desarrollo y padres de preadolescentes.
Según explican, la adolescencia empieza cada vez antes porque, biológicamente, los cambios puberales ocurren antes que en el pasado, porque las condiciones asociadas con nuestro estilo de vida han cambiado profundamente. "La alimentación, las hormonas presentes en los alimentos y también la presencia de imágenes y de estímulos sexuales en el contexto de la vida y en la cultura mainstream han activado la pubertad, anticipando su principio", sostiene.
Con motivo de la publicadión de 'La Edad del Tsunami' (Paidós) sostienen que varios elementos de los productos culturales para los más jóvenes los empujan a tener una gran prisa y un deseo infinito de sentirse inmediatamente adultos, así como de hacer las cosas propias de los adultos.
"Nunca como en este periodo, los psicoterapeutas nos confrontamos con padres de preadolescentes que piden ayuda porque han descubierto que sus hijos entraron prematuramente en el territorio de los comportamientos de riesgo: tabaco, alcohol, sexualidad precoz y promiscua y uso de sustancias psicotrópicas", añaden.
Igualmente, quieren mencionar el riesgo asociado con la vida 'on line' de los preadolescentes, que quizás representa, a su juicio, en la actualidad "la mayor emergencia educativa" para quienes experimentan esta fase de crecimiento: pornografía en línea (que entre los más pequeños es una verdadera epidemia de la que los padres tienen que ser conscientes), el 'sexting', juegos de azar, captación en línea, o la sexualización temprana.
EL INICIO DE LA PREADOLESCENCIA
Pero, ¿cuándo debería empezar la preadolescencia? Ambos expertos precisan que debería corresponder a la edad de entre los 10 y los 14 años, es decir, la edad entre la escuela Primaria y la ESO. "Hoy, sin embargo, tenemos muchos niños que entran en la pubertad ya en Primaria y, en general, asistimos a una aceleración del crecimiento", precisan.
Desde un punto de vista neurobiológico, indican que la transición de la preadolescencia a la adolescencia debería acontecer alrededor de los 14-15 años, mientras que el final de la adolescencia debería suceder cerca de los 20 años. "Las niñas han experimentado una maduración biológica anticipada en los últimos 100 años. Su primer ciclo menstrual, que hace un siglo tenía lugar a los 16 años, ahora se manifiesta a los 12 años. ¿Los motivos? Los mencionados anteriormente", señalan Pellai y Tamborini.
En concreto, describen que los preadolescentes se enfrentan a un doble cambio: una primera revolución concierne al cuerpo y a la mente. "El cuerpo entra en la pubertad y comienza el desarrollo sexual, mientras que la mente está dominada por una inmadurez cognitiva y una fuerte activación de la parte emocional. En otras palabras, los jóvenes desean vivir experiencias emocionantes y llenas de gratificación emotiva, pero al mismo tiempo carecen de las habilidades cognitivas necesarias para manejar los riesgos y prever las consecuencias que se derivan", añade.
El segundo cambio, según apuntan, se relaciona con el asomarse al mundo, momento en que los preadolescentes se enfrentan a un segundo nacimiento, ya que nacen al mundo, y éste se convierte en un lugar para explorar. "Tienen que abandonar el nido donde estuvieron protegidos durante su infancia y donde todas sus necesidades fueron satisfechas, y deben aprender a lanzarse al mundo, empezar a desarrollar su autonomía y su capacidad de autogestión", agregan los padres de adolescentes.
En realidad, todos los niños pasan por esta fase tan rebelde ya que sus cerebros actúan bajo el impulso de los instintos y de las pulsiones, así que razonan de una manera ralentizada e inmadura. "Los preadolescentes son 'tsunámicos' porque son 'pura emoción y poca razón. Cuando están enojados son como volcanes en erupción, cuando están tristes el mundo es negro y no tiene colores, y cuando están felices tocan el cielo con un dedo. No hay medias tintas en la preadolescencia y de esto nos damos cuenta especialmente cuando están enojados, porque por primera vez tenemos en casa un extraterrestre que nos dice cosas terribles, que se rebela contra nuestras reglas, que quiere decidir y pensar por su cuenta. Pero esos pensamientos, en realidad, son todavía inmaduros", recalcan los especialistas.
Con todo ello, Pellai y Tamborini enumeran una serie de consejos a los padres para poder sobrevivir a estos preadolescentes 'tsunámicos':
1.- Dad el buen ejemplo. Los preadolescentes están muy atentos a la coherencia de los adultos que los educan y se inspiran en personas que hacen lo que dicen.
2.- Aprended a manejar un conflicto sin recurrir a los gritos y a las bofetadas; utilizad el poder de vuestra mirada y la autoridad quieta que todo adulto debería poner a disposición de los que están creciendo.
3.- Elegid pocas y buenas reglas y sed muy firmes en ellas.
4.- Regulad el tiempo que los niños puedan pasar conectados a Internet y ayudadles a administrar sus redes sociales de manera responsable.
5.- Impartid una buena educación emocional, afectiva y sexual: los nativos digitales lo necesitan especialmente.
6.- Pedid ayuda a un adulto de confianza, mejor si es padre de preadolescentes, cuando os sintáis agotados o a merced de unas dinámicas que no sepáis manejar.