MADRID, 9 Jun. (EDIZIONES) -
La orina es un líquido, normalmente amarillento, resultado de la depuración y del filtrado de la sangre por los riñones. Se compone, en su mayor parte, de agua (95%). El otro 5% lo conforman residuos (urea, creatinina, ácido úrico, amoniaco, entre otros) e iones (sodio, potasio, cloro, calcio...).
Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Fernando Ruiz Hernández, especialista del servicio de Nefrología Pediátrica del Hospital San Rafael de Madrid, quien recuerda que el volumen de orina diario depende de la ingesta de agua. "El volumen promedio de un adulto sano oscila entre uno y dos litros diarios de orina", precisa.
Sobre el tema que nos atañe en este artículo, el olor de la orina, el especialista remarca que sí que es normal que la orina huela: "La orina, en condiciones normales, tiene un olor variable y no suele ser indicativo de enfermedad. Éste depende de lo diluida que esté la orina en relación a nuestra ingesta diaria de líquidos".
Ahora bien, este experto advierte de que la orina puede ver alterado su olor y su color debido a ciertos alimentos, medicamentos y patologías. En concreto, el doctor Ruiz Hernández apunta que los alimentos que pueden alterar ese olor en la orina son los espárragos, las cebollas, las coles de Bruselas, el café, o los ajos. "Otros alimentos ricos en vitamina B6 como el pollo, pavo, salmón, plátanos, patatas, también", apostilla.
No obstante, recuerda que el olor en la orina en algunas ocasiones puede indicar que estamos ante un problema de salud, y detalla que se altera el color o el olor de la orina en enfermedades o situaciones patológicas como:
-Deshidratación: pérdida significativa de agua corporal e iones que implica un desequilibrio del balance hidroelectrolítico; por ello, los riñones producen una orina más concentrada, para reducir la pérdida de agua, generando una orina muy amarillenta y con un olor más fuerte.
-Infección de orina: es la colonización, por parte de microorganismos, de las vías urinarias; en consecuencia, se puede producir una orina de olor fétido.
-Diabetes mellitus: enfermedad metabólica caracterizada por niveles elevados de glucosa en la sangre; esto es debido a problemas en la producción y/o acción de la insulina, secretada por el páncreas; si la diabetes aún no se ha diagnosticado o está mal controlada, se pierde glucosa por la orina, dando a la misma un olor y sabor dulce.
-Fístula recto-vesical: es la comunicación anormal entre el recto (intestino grueso) y la vejiga urinaria; debido a esto, la orina adquiere un olor fétido.
-Enfermedad hepática: en estadios avanzados de cirrosis hepática se producen alteraciones en el sistema circulatorio; a nivel renal, disminuye el aflujo sanguíneo por lo que se induce una insuficiencia renal (síndrome hepatorrenal); esto produce una disminución del volumen de orina diario y un cambio de color (coluria) y olor (fuerte/intenso) de la orina.
-Fenilcetonuria: enfermedad hereditaria poco frecuente que consiste en el déficit de la enzima fenilalanina hidroxilasa, encargada de sintetizar la tirosina a partir de la fenilalanina; debido a esto, la fenilalanina se acumula en el organismo y produce la enfermedad; uno de los datos clínicos es el cambio de olor de la orina (olor a moho).
-Cetoaciduria de cadena ramificada: más conocida como 'la enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce', un trastorno hereditario raro que se produce por la acumulación en el organismo de aminoácidos de cadena ramificada (especialmente la leucina).
Con todo ello, el doctor Fernando Ruiz Hernández, especialista del servicio de Nefrología Pediátrica del Hospital San Rafael de Madrid considera que los pacientes deberían acudir a un especialista ante un cambio de olor en la orina si:
-Orina con olor a moho o a jarabe de arce.
-Orina de olor dulce (sobre todo asociado con abundante ingesta de agua y/o abundante volumen de orina diaria y/o aumento del apetito).
-Orina fétida (sobre todo asociado con dolor al orinar).
-Orina de olor anormal/inusual asociando confusión y/o abdomen distendido y/o náuseas y/o vómitos y/o diarrea y/o fiebre y/o pérdida de peso y/o ictericia (ojos/piel amarillentos) y/o disuria y/o dolor de espalda y/o dolor abdominal.
-Dos o más días presentando una orina de olor anormal/inusual sin otra sintomatología.