MADRID, 17 May. (EDIZIONES) -
Salvo indicación médica, se debe salir a pasear con el recién nacido. Es bueno para él y también para los padres desde el primer momento. Eso sí, no hay que sacarlo si las condiciones meteorológicas lo impiden, o en las horas centrales del día, donde hay mucho calor y es verano. Es cuestión de aplicar el sentido común. En estos casos es muy importante emplear, eso sí, unas barreras contra el sol, para que no le dé directamente, que no es bueno. Así que, ¡a la calle mamá y bebé!
Una de las cuestiones que más ronda la cabeza de los padres, y muchas veces influenciada por los abuelos, es que hay que abrigar más de lo normal a los más pequeños. ¿Hasta qué punto esto es cierto?
El médico especialista en Pediatría y Máster en Neonatología por la Sociedad Española de Neonatología, el doctor José María Lloreda, aclara a Infosalus que los bebés tienen el mismo frío y calor que nosotros, con motivo de la publicación de su último libro 'Manual para padres primerizos' (Arcopress).
"Si los abrigáis en exceso sólo podemos tener problemas. Se ven muchos bebés hasta con fiebre, irritables, desesperados, por el exceso de ropa que llevan por la calle, sin que los padres se den cuenta. Al sacarlos del carrito dejan de llorar y se les echa la culpa a los brazos, cuando lo que les pasaba es que se estaban cociendo. Abrígalo como te abrigas tú", subraya.
Así, lamenta que por regla general solemos abrigar a nuestros hijos en exceso y advierte de que los bebes, salvo en sus primeras horas de vida, en las que la regulación de la temperatura puede verse comprometida, tienen el mismo frío o calor que nosotros.
"Hoy en día a los bebes que nacen no se les baña al momento, sino que se espera hasta 7-8 horas, o bien al día siguiente, para no producirles cambios de temperaturas. Pero el bebé, a partir de las 24-48 horas, es capaz de regular la temperatura igual que un adulto. Por ello, no se les debería sobreabrigar", insiste el neonatólogo.
Ahora bien, sí se sabe, según avisa Lloreda, que en el caso de los prematuros la termorregulación no la hacen. "Tardan entre una o dos semanas en tener una buena termorregulación, su piel está más inmadura, y no hace la misma función barrera, por eso están en incubadoras", subraya.
Por tanto, este experto recomienda abrigar a los recién nacidos un poco más que a los mayores, pero sólo un poco más. Si nosotros llevamos una camiseta, ellos una camiseta y un jersey fino.
"Los recién nacidos tienen dificultad para sudar y al abrigarles mucho les produce fiebre. En el hospital vemos muchas veces niños muy pequeños con fiebre que, al quitarles la ropa, ésta desaparece. Es porque no tienen mecanismos para bajar su temperatura como nosotros. De hecho, algunos ni sudan. Por ello tiene lugar fiebre, por causa no infecciosa, sobre todo por estar muy abrigado, a veces muy arropados, y como encima haga calor no tienen escapatoria y les sube la temperatura", añade el pediatra.
¿QUÉ PASA CON LAS MANOS Y PIES FRÍOS?
Aquí Lloreda recuerda también que las manos y los pies de los recién nacidos siempre están fríos, aunque estén bien abrigados. "Por mucho que los abrigues lo normal es que sigan fríos, es algo que llama la atención de los padres. No te puedes guiar por eso para ponerles la ropa de forma continua. Las partes acras siempre están más frías. En esa zona la circulación es diferente", subraya.
Por ejemplo, destaca que a la hora de hacerles analíticas a los recién nacidos, éstas se realizan en el talón del pie, por ejemplo la famosa prueba del talón, y para ello se calienta el talón con las manos, para que la sangre sea un reflejo más fiel del bebé, ya que su circulación es más lenta".