MADRID, 25 Abr. (EDIZIONES) -
La incidencia de casos de COVID-19 está aumentando y desde el pasado miércoles día 20 de abril ya no son obligatorias en los espacios cerrados, salvo si se trata de centros o de establecimientos sanitarios o de transporte público. Se espera por tanto un aumento en el número de contagios, propiciado además también por la Semana Santa.
Con este nuevo escenario son muchos los padres que se preguntan si sus hijos pequeños que están sin vacunar y van sin mascarilla deben guardar la cuarentena en caso de contagiarse, como sí se hacía hace apenas unas semanas.
Para aclarar nuestras dudas preguntamos a Pedro Gorrotxategi, vicepresidente tercero de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) quien tiene claro que los menores no tienen por qué cumplir unas mayores restricciones que los adultos, si bien deben quedarse en casa si no están en perfectas condiciones, como sucede con cualquier otra patología.
Así, zanja la duda con la siguiente afirmación: "No deben guardar cuarentena los niños contagiados de COVID-19, a pesar de no estar vacunados y de no llevar la mascarilla. Los mayores no vacunados tampoco tienen cuarentenas, no vamos a hacer con los niños restricciones diferentes, hay muchos adultos no vacunados, entonces los niños tampoco. Los niños tienen las mismas recomendaciones sanitarias que se usan para los adultos, no más".
Con ello, este pediatra lamenta que ha habido épocas en esta pandemia en las que a los niños se les han hecho más restricciones que a los adultos y cree que deben ser las mismas para todos.
Ahora bien, el doctor Gorrotxategi remarca que, igual que en los adultos, si los menores están con fiebre, catarro, y malestar sí deben permanecer en casa, y ya cuando estén bien del todo ir al colegio o a la guardería normal.
"No hay que tomar ninguna medida especial. La recomendación sanitaria es utilizar los medios de cuidado de los pacientes lo mismo que si fuera una gripe, donde no hay cuarentenas. Estas además se fueron acortando hasta límites que no aseguraban que las personas no estuvieran infectadas cuando iban a trabajar o al colegio, de 7 días pasaron a 5 días, cuando la gente todavía está con el virus", agrega.
Por eso, este doctor insiste en que, en un principio, con los niños se deben mantener los mismos cuidados que con los adultos en caso de infección de COVID-19, y si el pequeño está malito se tiene que quedar en casa. "Si está bien puede estar con otros niños. En los niños tienen una enfermedad muy leve", reconoce.
CÓMO ES LA INFECCIÓN DE COVID-19 EN LOS PEQUEÑOS
Según recuerda el vicepresidente tercero de la AEPap, en los niños sin vacunar, los síntomas aparecen a los 2-3 días del contagio y los niños dice que suelen tener cuadros leves o incluso asintomáticos. "Si tienen síntomas y están mal hay que valorar la enfermedad en sí, no el hecho de que sea COVID", subraya.
Entre los síntomas de esta infección, el pediatra detalla que lo más frecuente es que sean asintomáticos, si bien en caso de aparecer pueden presentar fiebre, dolor de garganta, los más mayores dolor de cabeza, entre otros; aunque dice que estos suelen resolverse en unos 4-5 días.
"Es una enfermedad que proviene de un grupo de enfermedades que daban unas neumonías muy graves al principio. (...) Ahora las nuevas cepas tienen menos neumonía grave y son más contagiosas. Es un tipo de virus de la familia de algunos virus catarrales", agrega este experto.
En este contexto, el doctor recuerda que es un virus contagioso y que los niños se están contagiando más de los padres por el ambiente en el que se mueven dentro de la casa, que es cerrado, con menos ventilación, y en el que se encuentran durante más tiempo, mientras que en los centros escolares se ventila más, están más separados los niños y por eso se contagian menos. "Pero si les pones a 10 niños en una casa en una merendola también se van a contagiar. Influye más el distanciamiento y la ventilación", resalta.
Con todo ello, el doctor Gorrotxategi insiste en que lo importante en esta nueva etapa es tener claro que a los niños no les podemos marcar unas limitaciones mayores que a los adultos. "Al principio se metió a los niños en casa con la idea de salud pública pero a los niños no les benefició. Ahora tenemos que cambiar la forma de actuar y hacerlo con cosas que les favorezcan. Si no tiene síntomas graves no tiene por qué estar más aislado que los adultos", sentencia el miembro de la AEPap.
