MADRID, 9 Jul. (EDIZIONES) -
El sistema inmunitario es nuestro ejercito de defensas. Cuando un virus o una bacteria o un cuerpo extraño entra en nosotros acude rápidamente a defendernos e intenta evitar en la medida de lo posible 'su invasión'.
Situaciones particulares como un embarazo o un trasplante 'trastocan' estos planes de nuestro sistema inmunitario, pero generalmente son aceptados, ¿por qué? Según África González, expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología y catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, "el sistema inmunitario vigila siempre nuestro organismo y cuando detecta algo extraño se pone en funcionamiento".
A veces lo tolera, como suele suceder en el caso de los embarazos, pero si ve elementos muy diferentes a nuestro propio organismo que manda una señal de alerta y se pone en marcha toda una respuesta inmunitaria.
Así, indica en una entrevista con Infosalus que para que una madre embarazada acepte al feto hay todo un grupo de células inmunitarias que van a estar vigilantes durante todo el embarazo: "Se localizan alrededor de la placenta y son fundamentales para que todo vaya bien. Pasan también anticuerpos maternos de tipo IgG a través de la placenta para proteger al niño durante el embarazo y los primeros meses de vida, e igualmente pueden pasar células maternas al niño y viceversa. Además, se han visto algunos casos de microquimerismo, por el que algunas células del feto pueden pasar a la placenta y permanecer en la madre y viceversa".
Con ello, remarca que, pese a la creencia popular de que la placenta era una burbuja para el feto, que lo protegía del ataque del sistema inmunitario de la madre, González remarca que hoy sabemos que esto no es así y que el embarazo es más complejo, y con intercambio de información constante entre la madre y el feto todo el tiempo.
"Pensábamos que la placenta es una envoltura que hacia que no pudiera pasar nada entre la madre y el hijo y no es así, ahora por ejemplo se puede realizar un test a la madre para saber si está embarazada porque elementos del niño pasan a la madre, o bien la madre pasa anticuerpos a su hijo con la vacunación por ejemplo; hay unas células que trabajan por que ese embarazo vaya a término y en las mejores condiciones", destaca esta experta.
Señala, en definitiva, que es un mecanismo del sistema inmunitario que está muy activo en el proceso de la implantación, y también durante el embarazo, en el mantenimiento de esa cooperación entre madre e hijo para que pueda mantenerse durante toda la gestación.
Aquí la doctora González llama la atención sobre los casos de infertilidad o de pérdida de embarazos de origen inmunológico, parejas que pueden ser incompatibles y situaciones en las que el feto se rechaza muy pronto, y en muchas otras ocasiones dice que también los abortos son de origen genético.
¿QUÉ SUCEDE EN EL CASO DE LOS TRASPLANTES?
Precisamente esta catedrática de Inmunología ha publicado 'Inmuno Power. Conoce y fortalece tus defensas' (La Esfera de los Libros) un manual en el que trata todos estos asuntos, y donde también habla de los trasplantes y el papel de nuestro sistema inmunitario a la hora de aceptarlos o rechazarlos.
"El sistema inmunitario es de vigilancia de nuestro organismo y cuando detecta algo extraño se pone en funcionamiento, a veces los tolera como en el embarazo, pero si ve elementos muy diferentes a nuestro propio organismo manda una señal de alerta y se pone en marcha toda una respuesta inmunitaria. Por eso, y previo a un trasplante se realiza un estudio de moléculas de histocompatibilidad (tejido compatibilidad)", subraya.
De hecho, remarca que si es un trasplante de nosotros mismos, una piel quemada en la cara y se hace el trasplante del abdomen a la cara o entre gemelos se aceptan. "Pero entre hermanos que no sean gemelos puede que no haya compatibilidad. El trasplante es algo antinatural, y a menos que sea de uno mismo, de un gemelo o de un hermano compatible es muy frecuente rechazarlo. Para evitarlo se administran fármacos inmunosupresores que impiden la activación del sistema inmunitario", advierte.
Por eso, la doctora África González ve muy importante que la gente done médula ósea y se haga donante porque a veces es muy difícil encontrar a una persona compatible dado que el sistema inmunitario cuando ve cosas raras las intenta eliminar y hay que intentar encontrar la máxima compatibilidad, que se estudia en los laboratorios de inmunología.