MADRID, 23 May. (EDIZIONES) -
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ya lo ha alertado: La incidencia de melanoma cutáneo en España está aumentando, y la tasa anual por edad, por cada 100.000 personas, se ha incrementado tanto en hombres como en mujeres de 2003 a 2024, con una subida anual del 1,1% en el caso de las mujeres, y del 1,2% de los hombres; con una incidencia de 15 casos por cada 100.000 personas al año.
Es por ello por lo que charlamos en Infosalus, con motivo del Día Mundial del Melanoma, con el doctor Óscar Suárez, dermatólogo del Hospital Ribera Juan Cardona (Ferrol, A Coruña). Este experto nos aporta en este artículo una serie de consejos ante estas primeras exposiciones al sol de la primavera, tras haber mantenido nuestra piel 'escondida' en los meses de otoño y de invierno.
Recomienda en este sentido una exposición progresiva "para favorecer un ligero bronceado de la piel" (que es indicativo de la producción de melanina), y evitar así las quemaduras solares, ya que éstas, especialmente si son repetidas, aumentan el riesgo de tener un cáncer de piel, como el melanoma, un tumor maligno en la piel que surge de los melanocitos, las células de este órgano tan extenso de nuestro cuerpo.
PRECAUCIÓN FRENTE A LA "ALERGIA AL SOL"
La conocida como 'alergia al sol', tal y como precisa este dermatólogo, dice que es un concepto "bastante genérico", ya que realmente engloba a varias entidades. "La más frecuente de ellas es la denominada 'erupción polimorfa lumínica', que consiste en una alergia cutánea inducida por la exposición solar, y que aparece generalmente al final de la primavera o al principio del verano.
"Se localiza en zonas que durante el resto del año no están expuestas a la luz (escote, dorso de las manos, antebrazos, o piernas), y tiende a repetirse durante años, siempre en la misma época del año", subraya el doctor Suárez.
Habitualmente son granos o vesículas, de pequeño tamaño, de color rojo, y que característicamente suelen picar, asevera. "Según avanza el verano, la piel se adapta a la luz y tiende a desaparecer. Se aconseja, para prevenir su aparición, que las primeras exposiciones sean cortas y con fotoprotector. Algunos suplementos orales (por ejemplo, los carotenoides) pueden ayudar a prevenir, o al menos mitigar, su aparición. Para casos severos hay otros tratamientos más complejos", añade.
LA FOTOSENSIBILIDAD POR MEDICAMENTOS
Además, en referencia a posibles consecuencias de una exposición solar prolongada, este experto del Hospital Ribera Juan Cardona apunta a la fotosensibilidad, "una reacción anormal" en las zonas expuestas a la luz, por ejemplo, tras tomar un determinado medicamento.
La lista de medicamentos que pueden producir fotosensibilidad es amplia; pero con algunos el riesgo es más alto ('doxiciclina', un tratamiento oral de uso frecuente para el acné; o la 'hidroclorotiazida', un diurético), según prosigue. A juicio de este dermatólogo, el punto más importante, "con diferencia", es ser conocedor de que esto puede ocurrir con alguno de los tratamientos que uno está tomando, y en ese caso tomar las medidas de prevención mencionadas con anterioridad.
TIPS PARA EXPONERNOS AL SOL SIN DAÑAR A NUESTRA SALUD
Con todo ello, este dermatólogo del Hospital Ribera Juan Cardona (Ferrol, A Coruña) mantiene que la fotoprotección es el principal consejo a seguir frente a estas primeras exposiciones, especificando que ésta consta de tres pilares, siendo el más conocido el uso de los llamados fotoprotectores; pero también ve fundamental el evitar las horas centrales del día al exponernos, sobre todo teniendo presente el tipo de piel que uno tiene (fototipo); así como la fotoprotección física, mediante el uso de sombreros o gorros, así como de camisetas, o la sombra de un buen árbol, sombrilla, o similares.
"Hay que tener especial precaución con los niños, ya que su piel es más sensible. Recordar que la luz del sol se refleja en la arena y el agua del mar o la piscina", tal y como subraya, de ahí la importancia de poner aún así el fotoprotector siempre.
Antes de comparar un protector solar, este dermatólogo sostiene que hay que tener en cuenta varios factores como la edad y el tipo de piel, así como el factor de protección solar, conocido como 'SPF', por sus siglas en inglés 'Solar Protection Factor'.
"En general se aconsejan los fotoprotectores con al menos un SPF de 30, e idealmente de 50. Además, dependiendo del tipo piel (grasa, seca, intolerante, etc) es aconsejable seleccionar un tipo de fotoprotector específico para cada tipo de piel (por ejemplo, en el caso de pieles grasas es mejor utilizar emulsiones o fluidos con texturas ligeras, no grasas)", indica.
Aunque se incide mucho en el uso del fotoprotector, el doctor Suárez resalta que se hace menos en su uso adecuado, cuando lo ideal es aplicarlo antes de la realizar actividades al aire libre, pero también renovar su aplicación cada 2 -3 horas: "Los niños deben utilizar presentaciones pediátricas, que son más adecuadas para su tipo de piel, salvo los menores de 6 meses en los que no se aconseja su uso".
En caso de quemadura, el tratamiento básico sería aplicar compresas de agua fría y crema hidratante, tal y como afirma este especialista del Hospital Ribera Juan Cardona. En casos moderados mantiene que es habitual utilizar un corticoide tópico durante unos días. "Si se forman ampollas sería aconsejable no romperlas y pincharlas para vaciar su contenido. En casos más severos podría ser necesario un corticoide oral y/o antiinflamatorio oral", concluye el doctor Óscar Suárez.