GRANADA, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Granada demuestran que desarrollar dependencia a la nicotina tras el comienzo de un trastorno depresivo se asocia a una forma más grave de depresión, con un comienzo más temprano de la misma, más intentos de suicidio y más ingresos hospitalarios.
Las personas con depresión, comparadas con las que no la tienen, fuman más, tienen más dependencia a la nicotina y más dificultades para dejar de fumar.
Además, las personas que desarrollan dependencia a la nicotina después del comienzo de la depresión tienen una forma de depresión más grave comparadas con las que desarrollan la dependencia nicotínica antes, según informa en una nota la Universidad de Granada.
Así lo confirma un estudio realizado por científicos de la Universidad de Granada (UGR), pertenecientes al departamento de Psiquiatría, que han confirmado que la gravedad y el curso de la depresión y de la dependencia nicotínica es muy distinto según qué trastorno comienza antes.
Además de que el tabaco y la dependencia nicotínica continúan siendo la primera causa de muerte prevenible, es conocido que tanto ésta como la depresión se asocian a los intentos de suicidio. Por lo tanto, se trata de un problema de salud pública de primer orden.
Según explica el autor principal de este trabajo, José María Martínez Ortega, del departamento de Psiquiatría de la UGR, "hasta el momento no se tienen razones que expliquen con certeza esta asociación entre el tabaco y la depresión. Aunque se sabe que existen factores genéticos y ambientales compartidos que predisponen a ambos problemas, también existen evidencias de una posible relación causal en ambas direcciones".
Es decir, la depresión podría predisponer a que el sujeto comience a fumar y se mantenga en el consumo y el fumar podría predisponer a sufrir depresión debido a diversos efectos tóxicos cerebrales producidos por el tabaco. Ambas hipótesis no son excluyentes.
(EUROPA PRESS ANDALUCÍA)
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