MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los niños de Mosul (Irak) aún sufren, un año después de la marcha de Estado Islámico de la ciudad, los efectos psicológicos de su presencia: ansiedad, depresión, miedo constante y problemas emocionales, según revela un informe de la ONG Save the Children.
Concretamente, el informe concluye que casi la mitad de los niños sienten tristeza casi todo o todo el tiempo y tan solo uno de cada 10 niños puede recordar algo feliz de su vida.
En este sentido, el 39 por ciento de los cuidadores de estos niños ha alertado de que algunos se autolesionan y el 29 por ciento ha afirmado que han escuchado sobre intentos de suicidio de adolescentes. Además, el informe también ha apuntado que más de una cuarta parte de los adolescentes expresa que no les gusta quienes son.
Por otra parte, el 80 por ciento de los adolescentes ha respondido que no se sienten seguros caminando solos por la calle y la mitad de los adolescentes de edades comprendidas entre el rango de los 13 a los 17 años ha asegurado que no se encuentran seguros sin sus padres.
En cuanto a los progenitores o cuidadores de los niños o jóvenes, el 72 por ciento sufre depresión y más del 90 por ciento siente que no es útil. Esta circunstancia conlleva que los niños apenas reciben apoyo por su parte, lo que revierte en una capacidad limitada para recuperarse. En lugar de recurrir a sus padres o tutores, los niños optan por no hablar de sus problemas y se alejan de las persona de su entorno.
"No exteriorizar los problemas pone en riegso a los niños a tener baja autoestima, a aislarse y tener comportamientos suicidas y empeora los síntomas de depresión y ansiedad, ha explicado la directora de Save the Children en Irak, Ana Locsin. "Si la sensación de seguridad de los niños no se restablece y los padres no reciben ayuda, los menores seguirán angustiados y esto podría producirles problemas de salud mental a largo plazo", ha añadido Locsin.
Por último, el informe también arroja que casi un tercio de los adolescentes ha afirmado que nunca se siente seguro en las aulas. "Estos niños han pasado sus años de formación bajo el ISIS. Han visto sus colegios transformados en campos de batalla y sus amigos asesinados en las clases. La escuela ya no se considera un lugar protegido para la infancia", ha manifestado Locsin.
POLÍTICA NACIONAL SOBRE SALUD MENTAL
La ONG Save the Children ha exigido al Gobierno iraquí que elabore una política nacional sobre salud mental para la infancia y las familias afectadas por la guerra.
Por otro lado, la organización también ha pedido a la comunidad internacional que priorice la protección de la infancia y aumente los fondos para mejorar su salud mental y psicosocioal. Este año, la financiación de llamamiento humanitario de Naciones Unidas para los programas de salud mental para niños en Irak sólo ha cubierto el 7 por ciento de lo solicitado.
"Es necesario que se tomen medidas urgentes para garantizar que los niños tengan acceso a los servicios básicos, puedan sentirse seguros para caminar y jugar al aire libre e ir al colegio. El futuro de Irak depende del desarrollo de los niños y niñas para que puedan convertirse en adultos sanos y seguros", ha manifestado Locsin.