MADRID, 20 Ene. (EDIZIONES) -
¿Estar triste significa tener depresión? Es una pregunta que nos hacemos de forma muy frecuente cuando vemos a una persona así o nos encontramos en esta situación. Pero no, no es lo mismo. El estar triste es un síntoma, y la depresión una enfermedad.
El doctor Javier Schlatter, psiquiatra de la Clínica de la Universidad de Navarrra en su sede de Madrid, nos cuenta en una entrevista con Infosalus cuáles son las diferencias entre ambos conceptos: "No es lo mismo porque hay una diferencia esencial en Medicina aplicable a todas sus ramas, la diferencia entre tener un síntoma o manifestación de algo, a padecer un síndrome o grupo de síntomas relacionados entre sí y su misma causa. Luego, estaría la enfermedad".
Por eso, el psiquiatra mantiene que la tristeza y la depresión se parecen en ese síntoma, en la tristeza, que está presente en la depresión como enfermedad, si bien esta patología aúna a muchos más síntomas, como la falta de ganas, la apatía o anhedonia a la hora de hacer las cosas, a la irritabilidad, así como al estar más emotivo o sensible.
"El consenso es que la enfermedad tiene lugar cuando estos síntomas de depresión se mantienen más de dos semanas, y llegan a afectar a la vida de la persona. No obstante, siempre tienen que ser supervisados estos casos por un especialista", afirma el experto de la Clínica Universidad de Navarra.
Por tanto, según incide, una depresión se identificaría como una enfermedad en la que la persona presenta estos síntomas, coherentes con el ánimo bajo, durante más de 15 días, y que además producen una dificultad llamativa para su funcionamiento diario, ya sea interpersonal o laboral.
Este psiquiatra recuerda que la depresión suele ser más frecuente en la mujer, aunque por regla general dice que tiene menos problemas a la hora de solicitar ayuda cuando la necesita; algo que al hombre no le pasa, y sí por ejemplo tiene una mayor dificultad para reconocer que tiene un problema y pedir ayuda.
Esto también estaría relacionado con que culturalmente el hombre busca otras alternativas al hecho de buscar ayuda, y con más facilidad suele ahogar las penas en otro tipo de compensaciones como el consumo de tóxicos.
No obstante, la depresión dice que suele ser más frecuente también en la mujer porque ésta tiende a interiorizar sus problemas, algo que a la larga acaba repercutiendo, y que hace entender que la mujer se deprima más. "Al interiorizar más sufre más y el hombre tiende a querer olvidar, a negar los problemas que tiene", añade.
A su vez, el doctor Schlatter mantiene que la depresión suele aflorar con más frecuencia en la mujer durante la menopausia, por diferentes motivos, siendo el más importante el biológico, los cambios hormonales típicos de esa época, así como factores que no son tan biológicos, y que pueden influir, como la propia visión de la mujer de todos esos cambios que le suponen un cambio en la perspectiva de su vida y donde también se dan situaciones como el síndrome del nido vacío, donde los hijos se van de casa.
NO SIEMPRE DEPENDE DE LA PERSONA
Ahora bien, el psiquiatra destaca sobre el origen de la depresión que no siempre ésta depende de la persona, y señala que, clásicamente, habría dos tipos: Biológica, y psicológica. "La más frecuente es la segunda, y en los países occidentales sobre todo la relacionada con el estrés", agrega.
Las de origen biológico dice que se desconoce hasta la fecha el porqué de las mismas, pero para entenderlo dice que son resultado de cambios que se dan en los neurotransmisores o sustancias biológicas del cerebro, que se pueden dar de manera espontánea, o bien pueden tener lugar en personas con esa predisposición.
Además, el experto de la Clínica Universidad de Navarra señala que la depresión tiene un componente genético, que aumenta el riesgo, aunque éste es bajo. "No es como en otras enfermedades, donde se hereda muchísimo. En las depresiones de origen psicológico puede darse un aprendizaje, personas que han visto en sus familiares la depresión, que su forma de ser se puede hacer depresiva, y esto es otro factor que no se hereda pero que también se transmite externamente en este caso", agrega.
También dice que muchas personas caen en depresión por causas externas que les sobrepasan. "Algunas depresiones son resistentes, aunque las que menos, pero la mayoría tienen curación porque son de origen psicológico y se podrían superar porque se dan por circunstancias concretas que pueden dejar de existir. En este caso, en las que tienen curación, el tratamiento es mitad psicológico y mitad biológico, farmacológico", señala Schlatter.
Por otro lado, llama la atención sobre un tipo de depresión, la llamada 'enmascarada', y que tiene lugar en personas que sin tristeza tienen una depresión que se manifiesta de manera diferente, como si se pusiera una máscara para no verla, pero empiezan a tener muchas molestias físicas, somáticas, sin origen biológico.
"Es decir, que son estudiadas por diferentes departamentos los síntomas y, sin embargo, se intuye que ha empezado en una situación negativa desde el punto de vista vital. También se da en personas que están superando un duelo y que responden sorprendentemente bien en cuanto a la tristeza, están llamativamente contentas, pero empiezan a tener otros problemas como dolores de cabeza o de espalda, otras manifestaciones sin origen claro. No puede sacar la tristeza hacia afuera y ésta se manifiesta por otras vías", describe el psiquiatra.
Sobre si se puede prevenir la depresión, el experto de la CUN apunta a la prevención psicológica, evitando aquellas situaciones de mucho estrés, ansiedad, o presión, haciendo por ejemplo ejercicio, o durmiendo lo necesario. En las biológicas apunta que se sabe que hay en muchos casos tratamientos farmacológicos que evitan que la persona pueda tener una recaída posterior.