El profesor Ángel Calvo recomienda a los padres y profesores que actúen "en cuanto detecten los primeros indicios"
MURCIA, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Murcia (UMU) y responsable de la Sección de Psicología Educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región, Angel R. Calvo Rodríguez, ha desarrollado un método que permite a los niños con dislexia "normalizar" su capacidad lectora, tanto en la exactitud como en la velocidad, mejorando su comprensión de los textos.
En declaraciones a Europa Press, Calvo ha explicado que lleva años estudiando el efecto de la dislexia, el procedimiento de identificación de los disléxicos y cómo recuperar o mejorar la capacidad lectora de los afectados por esta dificultad neurológica en el reconocimiento preciso de las palabras, algo que afecta a un seis por ciento de la población.
Calvo ha desarrollado en los últimos seis años un procedimiento de trabajo con disléxicos y, en los últimos dos años, ha implementado un método en el que participan los logopedas de los centros educativos, complementada por una actuación de los padres de los niños disléxicos en casa.
Otros métodos habían conseguido mejorar la exactitud lectura en castellano, de forma que los niños disléxicos que eran bien entrenados "podían llegar a ser mejores" que los que no padecen esta dificultad, pero "seguían siendo terriblemente lentos", con lo que la comprensión lectora "se veía resentida".
En cambio, el método desarrollado por Calvo ha conseguido mejorar no solo la exactitud lectora, sino también mejorar el tiempo de lectura, por lo que se ha logrado dar "un salto cualitativo" en lo que respecta a la fluidez lectora. Con ello se ha logrado una lectura comprensiva "mucho mejor".
Calvo aclara que, hasta ahora, prácticamente ningún estudio desarrollado con anterioridad reportaba situaciones en la que los disléxicos llegasen a normalizar su lectura, pero con este nuevo método se ha comprobado que los niños disléxicos de tercer curso de Primaria, es decir, los más pequeños, "han llegado a normalizar su lectura".
El profesor de la UMU resalta que este dato es "muy importante" porque está sentando las bases de cómo había que trabajar. "No podíamos dejar a estos niños llegar a ser mayores sin alcanzar esta recuperación cuanto antes", manifiesta.
En este sentido, Calvo recomienda a los padres y profesores que actúen "en cuanto detecten las primeras indicaciones de que los niños van a tener dificultades lectoras relacionadas con la dislexia". Lo que hay que hacer, añade, es aplicar este nuevo método y alguno más para "evitar que el deterioro lector sea mayor.
HA SIDO UNA INVESTIGACIÓN "ESTRICTAMENTE PSICOLÓGICA"
Este investigador de la UMU ha desarrollado este método trabajando con niños disléxicos --tanto fonológicos como de superficie-- de tercero a sexto de Primaria en la asignatura de Conocimiento del Medio, y ha advertido que los alumnos "no solo mejoran su habilidad lectora, sino que también mejoran en una disciplina o área en la que tienen tradicionalmente mucha dificultad porque no pueden ponerse a estudiarla".
Ha valorado que se trata de un hallazgo "importante" y "adaptado a las características" de los disléxicos en castellano, que son "totalmente distintos a los disléxicos en otros idiomas".
Calvo ha subrayado que su investigación ha sido estrictamente psicológica. Así, ha reivindicado el papel de los psicólogos en la intervención educativa, que hasta ahora "se había quedado un poco abandonada".
En cambio, remarca que este método ha sido desarrollado realmente por psicólogos, aportando su perspectiva en la resolución de este tipo de dificultades de aprendizaje y sobre los procesos cognitivos que están implicados.
Este profesor de la UMU y psicólogo ha destacado que hay muchos padres "angustiados" porque la dislexia tiene un carácter hereditario, y es fácil que se transmita en familias con miembros que padecen esta dificultad.
MÉTODO DE TRABAJO CON LOS NIÑOS
Este doctor en psicología explica que los niños con dislexia tienen un problema emocional considerable, ya que tienen una capacidad intelectual normal y se dan cuenta de que no aprenden. Por tanto, se sienten frustrados, viendo a compañeros que aprenden más, mientras que ellos permanecen estancados.
Ante esta situación, los niños disléxicos se sienten inferiores y generan una respuesta de ansiedad propia de cuando una persona no es capaz de hacer una cosa.
El método de trabajo, por tanto, comienza por una labor previa que consiste en cambiar las atribuciones del menor, para que él vea que no es incapaz, sino que tiene una dificultad que puede resolver. Con ello, se reduce la ansiedad del menor al enfrentarse a la lectura, defiende el profesor.
Calvo señala que los niños disléxicos, debido a un problema de origen neurológico y fonológico, tienen una gran dificultad para crear imágenes ortográficas, es decir, tienen problemas para quedarse con la ortografía de las palabras.
Para resolver este problema, el método planteado por este investigador consiste en realizar un trabajo de lectura y análisis de palabras aisladas, que se lleva a cabo segmentando la palabra fonológicamente, identificando las sílabas y viendo cómo sonaría prescindiendo de cada una de esas sílabas.
A continuación, es preciso llevar a cabo un trabajo de índole fonológico y ortográfico, que consiste en escoger una palabra para unir sus sílabas y terminar escribiéndolo.
Calvo pone como ejemplo la dificultad que puede encontrar cualquier persona para escribir el apellido 'Schwarzenegger'. En este caso, el trabajo consistiría en descomponer las sílabas para que el afectado las busque y las componga.
Finalmente, el método desarrollado por este investigador incluye una tercera fase "muy importante" que consiste en cambiar la forma de leer del disléxico.
Y es que el disléxico lee basándose en pistas parciales de las palabras, por lo que identifican las primeras letras y se olvidan del resto. Finalmente le atribuyen el significado de cualquier otra palabra que comienza por las mismas letras pero que les resulta más familiar y les viene primero a la cabeza.
Para cambiar esta lectura "falsamente ortográfica basada en pistas parciales de las palabras", Calvo aconseja hacer una secuencia de actividades para evitarlo. El objetivo es hacer que el niño disléxico lea sílaba a sílaba, con sentido.
Una vez que los niños se han ejercitado con palabras, se les propone un texto a leer. El profesor es el encargado de hacer una lectura inicial y pausada del texto, adaptando su velocidad a la complejidad del documento, sirviendo de ejemplo al alumno.
En este sentido, Calvo afirma que "es un error la creencia de que hay que leer rápido, sino que hay que leer de una forma veloz pero adecuándose a las características de un texto".