Desconectar también es salud: cómo frenar la adicción al trabajo antes de que sea tarde

Archivo - Hombre estresado por la cantidad de trabajo.
Archivo - Hombre estresado por la cantidad de trabajo. - PEOPLEIMAGES/ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 28 abril 2025 7:59

   MADRID, 28 Abr. (EDIZIONES) -

   Hay personas que no saben vivir sin trabajar y constantemente le dedican más horas de las que deberían a este desempeño, representando en el largo plazo un auténtico factor que lastra su salud.

   "La adicción al trabajo es un proceso que progresivamente va invadiendo más esferas de la vida de una persona. Primero, con una sensación por parte del trabajador de que controla la situación y que puede regularlo. Poco a poco, todo lo que tiene que ver con el trabajo pasa a un primer plano. Se convierte en la prioridad absoluta en horario laboral, en horario de descanso, con las amistades, con la familia, en festivos, en vacaciones, impidiendo el desarrollo de las actividades y de las relaciones necesarias para mantener una salud psicoemocional equilibrada", subraya en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus Juan Carlos Fernández Arias, especialista en psicosociología en Quirónprevención.

   El 'workaholism' como se le llama, se diferencia del compromiso laboral o de la alta productividad con que una persona puede estar muy comprometida con su trabajo y ser muy eficiente, por encima de la media de sus compañeros, y eso no conlleva ninguna interferencia invasiva y continua en su vida personal y familiar, es decir, uno puede contestar un correo urgente, pero luego dejar el móvil en silencio y ver una película con quien guste, o irse a comer por ahí.

   "Los actos puntuales fuera del horario de trabajo no son adicción; en cambio, la dependencia continua de los dispositivos móviles, o la prolongación continuada y diaria de las jornadas laborales pueden serlo", agrega.

SEÑALES DE ALERTA MÁS COMUNES EN UN WORKAHOLIC

   Con ello, Fernández Arias reconoce que son variadas las señales de alerta en este sentido, y todo depende del tipo de trabajo y de la relación laboral de la que hablemos, si es una persona trabajadora autónoma o una persona trabajadora por cuenta ajena, etc.

   "Los signos más evidentes son que la persona sólo se concentra en su trabajo, prolonga cada vez más las horas de dedicación; altera su vida social y familiar en función de su trabajo; es incapaz de prescindir de su actividad laboral frente a otras responsabilidades familiares o sociales; y también el que su carácter se va transformando, hacia una personalidad con síntomas de ansiedad, de irritación, o de depresión en función de la persona", detalla.

   En el largo plazo, este psicólogo de Quirónprevención mantiene el workaholism puede generar problemas de salud mental, pero también problemas de salud física, dado que estas personas tienden a abandonarse en todos los aspectos, horas de descanso, hábitos de comida, actividad física.

   "En ocasiones, pueden conllevar cambios de trabajo cuando se les limita, rupturas en la vida familiar, desconexión, incremento de adicciones a sustancias psicoactivas, etc. Por ello, la intervención de los profesionales puede producirse por que la persona colapse y tenga un problema grave de salud, o porque se vea en una situación de inactividad que le conlleve una alteración grave de su salud psicológica, o por un accidente de trabajo, y algunas veces porque la familia le obliga a tomar medidas", remarca.

POR QUÉ NOS CUESTA DESCONECTAR

   En este sentido, una de las principales barreras con las que nos encontramos en este sentido es que nos cuesta desconectar. Cuenta Juan Carlos Fernández Arias, especialista en psicosociología, que para muchas personas los dispositivos móviles (portátil, teléfono, tableta, reloj, entre otros) representan un apoyo para unificar en los mismos sus contactos, sus correos electrónicos, sus sistemas de control de productividad, de equipos, etc.

   "Se considera que el poder intervenir para solucionar problemas o dar respuestas es sólo un momento, pero poco a poco la suma de momentos se convierte en fracciones de tiempo relevantes. ¿A quién no le ha pasado de ponerse a consultar una red social, y al cabo de un momento darse cuenta de que ha pasado media hora, o similar?", se pregunta.

   Advierte así de que los dispositivos, y la cultura de la inmediatez provocan una sensación de angustia ante la no respuesta, el no like, "de ahí los términos 'me deja en visto', el 'ghosting', los emoticonos reactivos, etc., y el sentimiento de culpabilidad de la persona por no atender, o por no responder, o por rumiar. "Por eso, es importante definir los límites y trabajar arduamente en protocolos de desconexión digital, y en educación digital a las personas trabajadoras", insiste.

CONSEJOS PARA NO SER ADICTOS AL TRABAJO Y DESCONECTAR

   En este contexto, Fernández Arias apuesta por que las empresas promuevan las conductas saludables, de salud psicológica, y de eficiencia y de productividad, a través de las declaraciones de principios, de protocolos de actuación, de sistemas de gestión de los recursos digitales, y de formación y educación en todos los niveles del organigrama; y no sobre culturas tóxicas, "que durante un breve tiempo son exitosas, pero luego pierden los valores y las personas y entran en crisis".

   Considera que, "obviamente" a los trabajadores autónomos también hay que formarles y educarles, para que aprendan a hacer una gestión que les permita mantenerse y a la vez limitar las horas de actividad, para no entrar en un horario sin fin; aparte de darles apoyo en todos los sistemas de prevención de riesgos y de sistemas de protección frente al accidente de trabajo y la enfermedad profesional.

   "Siempre, por tanto, hay que establecer límites y poner en valor todo aquello que potencie una cultura saludable en función del tipo de actividad que realice la empresa, y no reflejar en los demás lo que no quieres para ti. Es decir, si tu no quiere trabajar sin límites horarios, no exijas a los proveedores que sí lo hagan. Si tu no quieres que se atienda fuera de horario, no hagas que las personas que dependan de ti lo hagan, etc.", subraya.

   También cree que se ha de lograr introducir la psicología en las esferas de vigilancia de la salud de las personas trabajadoras, para poder implantar sistemas de apoyo psicológico a las personas, todo ello basado en el diagnóstico, e intervención precoz ante la aparición de las primeras señales de trastorno o adicción.

   "Hoy en día la psicología posee sistemas diagnósticos y técnicas de intervención que pueden lograr que una mayoría de las personas se beneficien de ello, mantengan su compromiso y dedicación, pero con una cabeza bien amueblada, y una buena salud psicológica. El psicólogo en prevención de riesgos tiene un papel central para poder prever todos los temas vinculados a los adictos al trabajo. La adicción al trabajo es reversible, por eso hemos de facilitar a las personas atrapadas en ello las herramientas y entornos que les faciliten trabajar y vivir de forma equilibrada y sana", concluye.

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