MADRID, 4 Ene. (EDIZIONES) -
La saliva es un fluido corporal que todos tenemos, que es incoloro y que fundamentalmente lubrica la cavidad bucal. Es más importante de lo que en un principio podemos llegar a pensar. De hecho, tenemos bastante ya que una persona segrega al día alrededor de 1,5 litros al día, variando de 0,5 mililitros por minuto en reposo, a 5 mililitros por minuto durante una comida.
Según explica en una entrevista con Europa Press la presidenta de la Sociedad Española de Odontología y Estomatología, Rosa Marco Millán, las glándulas salivares son las responsables de producirla y, más concretamente, el 93 por ciento proviene de las glándulas salivares mayores, mientras que el 7 por ciento restante de las glándulas salivares menores. "El 99 por ciento de la saliva está compuesta por agua. El 1 por ciento restante es fundamental porque está compuesta por electrolitos, glucoproteínas, enzimas, inmunoproteínas, células epiteliales, lípidos e hidratos de carbono", apostilla la odontóloga.
Eso sí, advierte de la disminución patológica de saliva, conocida como la 'xerostomía'. "La presencia de un nivel adecuado de saliva es fundamental porque mantiene húmedos los tejidos bucales, facilitando el habla, la masticación, la deglución, la limpieza bucal, o para el mantenimiento del ph, para neutralizar los ácidos producidos en la primera fase de la digestión", subraya la especialista.
En este sentido, aclara que durante la noche se reduce la producción de saliva debido a la menor utilización de la boca, un fenómeno que provoca que las glándulas estén en reposo. "Esto es muy importante para la cavidad bucal y los dientes por el efecto protector de la saliva, por eso es tan fundamental cepillarse los dientes antes de acostarse", destaca Marco.
Por otro lado, el doctor Francisco José García Fernández, portavoz de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) , apunta a Infosalus que la saliva también puede aparecer gracias a la masticación. "La masticación también estimula la secreción salival, fundamental para la digestión y para una adecuada salud bucodental", sostiene.
PRINCIPALES FUNCIONES
Entre ambos expertos detallan cuáles son las principales funciones de la saliva:
1. Lubricar y mantener húmeda la cavidad bucal, mucosas y dientes ayudando a la correcta fonación y a la deglución de los alimentos. "En la primera parte de la digestión, en la masticación, ayuda a formar el bolo y aporta las enzimas necesarias para iniciar el proceso, agrega Marco, mientras que García Fernández indica que "la saliva es rica en moco, que protege a la mucosa oral y recubre los alimentos al momento en que pasan por la boca, la faringe y el esófago".
2. También tiene un factor de crecimiento que ayuda en la cicatrización de los tejidos orales, señala Marco.
3. Tiene función antibacteriana y antifúngica. "La saliva limpia la boca y contiene a la enzima lisozima, que tiene acción antibacteriana", aclaran desde la FEAD.
4. Mantiene el pH neutro, es decir, neutraliza los ácidos producidos tras la comida o ingeridos a través de la dieta, y evita la desmineralización del esmalte protegiéndolo contra la caries y acumulación de la placa bacteriana. "Facilita también reducir la acción nociva del exceso acido gástrico en el esófago, en caso de tener reflujo gastroesofágico", sostiene el experto de FEAD. ?
5. Otra función de la saliva (más novedoso y en desarrollo) es como medio diagnóstico no invasivo, ya que se pueden identificar múltiples patologías o predisposición a padecerlas.
6. La saliva contiene ptialina (también conocida como alfa-amilasa), que da inicio a la digestión de los almidones de la dieta, que supone el 60 por ciento de los carbohidratos ingeridos en la dieta diaria. "Los carbohidratos deben ?degradarse en monosacáridos, o azúcares simples, antes de poderse absorber a nivel del intestino delgado. La amilasa salival es rápidamente inactivada por los ácidos gástricos, por eso es fundamental que durante la masticación se mezcle adecuadamente y el tiempo suficiente con el alimento para conseguir el máximo efecto para una adecuada digestión", indica el portavoz de la FEAD.
7. También en las glándulas linguales se secreta lipasa, que facilita la digestión de las grasas.
8. Facilita el habla al hidratar la mucosa de la faringe y la cavidad oral.