MADRID 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio combinado sobre la morfología de la pelvis humana, que utiliza la genética y el aprendizaje profundo con datos de más de 31 000 individuos, revela vínculos genéticos entre la estructura y la función pélvica, la locomoción y los resultados del parto, según informan investigadores de la Universidad Western Washington, la Universidad de Columbia y la Universidad de Texas en Austin, todas en Estados Unidos.
Los hallazgos, publicados en 'Sicence' ofrecen nuevas perspectivas sobre cómo nuestra especie evolucionó para equilibrar las exigencias contrapuestas del bipedalismo y el parto. La transición al bipedalismo en los homínidos provocó cambios significativos en la morfología pélvica, incluyendo una pelvis más corta y ancha, lo que facilitó una postura erguida y una locomoción eficiente. Sin embargo, esta adaptación también representó un desafío para el parto, ya que el estrechamiento del canal de parto dificultó el paso de bebés con cerebros más grandes.
Este conflicto, conocido como el "dilema obstétrico", ha generado debate durante décadas. Se ha sugerido que este dilema podría haberse aliviado mediante la evolución, al dar a luz a bebés menos desarrollados, lo que les permitió pasar por el canal de parto con mayor facilidad. Sin embargo, esta teoría ha sido cuestionada por estudios recientes que muestran que la gestación humana y el tamaño del recién nacido son comparables a otros primates de tamaño similar. Si bien los estudios genómicos funcionales sobre la expresión génica y las comparaciones entre los grandes simios y los humanos han proporcionado información sobre el desarrollo pélvico, la base genética de la morfología pélvica en humanos sigue siendo en gran parte desconocida.
Para estudiar la base genética de la pelvis humana, Liaoyi Xu y sus colegas utilizaron imágenes de absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) de cuerpo completo y datos genéticos de 42,284 individuos en el Biobanco del Reino Unido. Utilizando un enfoque de aprendizaje profundo en 39,469 imágenes DXA de alta calidad, los investigadores derivaron un conjunto completo de 7 mediciones esqueléticas de la pelvis humana y realizaron escaneos de todo el genoma para identificar loci genéticos asociados con variaciones en la proporción pélvica.
Los investigadores descubrieron 180 loci genéticos independientes asociados con la forma pélvica y encontraron diferencias específicas de cada sexo en la arquitectura genética, así como asimetrías en la estructura pélvica relacionadas con la lateralidad. También descubrieron que los canales de parto más anchos se asocian genéticamente con una marcha más lenta y un mayor riesgo de trastornos del suelo pélvico, así como con un menor riesgo de parto obstruido.
Además, el estudio no halló evidencia de que una gestación más corta evolucionara para facilitar el parto, pero sí observó correlaciones genéticas entre la forma de la pelvis y el tamaño de la cabeza, lo que sugiere respuestas evolutivas a los desafíos del nacimiento de bebés con cerebros grandes.