Descubren qué causa de las infecciones relacionadas con la inmunoterapia

Archivo - CAR T-Cell Inmunoterapia
Archivo - CAR T-Cell Inmunoterapia - LUISMMOLINA/ ISTOCK - Archivo
Publicado: miércoles, 27 noviembre 2024 7:00

    MADRID, 27 Nov. (EDIZIONES) -

   Una colaboración multinacional codirigida por el Instituto Garvan de Investigación Médica de Australia ha descubierto una posible explicación de por qué algunos pacientes con cáncer que reciben un tipo de inmunoterapia llamada inhibidores de puntos de control experimentan una mayor susceptibilidad a infecciones comunes.

   Los hallazgos, publicados en la revista 'Immunity', brindan nuevos conocimientos sobre las respuestas inmunes y revelan un enfoque potencial para prevenir el efecto secundario común de la terapia contra el cáncer. El trabajo se llevó a cabo en colaboración con la Universidad Rockefeller de Estados Unidos y la Facultad de Medicina de la Universidad de Kioto de Japón.

   "Las terapias con inhibidores de puntos de control inmunitario han revolucionado el tratamiento del cáncer al permitir que las células T ataquen los tumores y las células cancerosas de manera más eficaz. Pero esto no ha estado exento de efectos secundarios, uno de los cuales es que aproximadamente el 20% de los pacientes con cáncer sometidos a tratamiento con inhibidores de puntos de control experimentan una mayor incidencia de infecciones, un fenómeno que antes no se entendía bien", expone el profesor Stuart Tangye, coautor principal del estudio y director del Laboratorio de Inmunología e Inmunodeficiencias de Garvan.

   "Nuestros hallazgos indican que, si bien los inhibidores de puntos de control refuerzan la inmunidad contra el cáncer, también pueden incapacitar a las células B, que son las células del sistema inmunológico que producen anticuerpos para proteger contra infecciones comunes. Este descubrimiento es un primer paso fundamental para comprender y reducir los efectos secundarios de este tratamiento contra el cáncer sobre la inmunidad".

   Los investigadores se centraron en la molécula PD-1, que actúa como un "freno de mano" en el sistema inmunológico, evitando la sobreactivación de las células T. Las terapias con inhibidores de puntos de control funcionan liberando este "freno de mano" molecular para mejorar la capacidad del sistema inmunológico de combatir el cáncer.

   El estudio examinó las células inmunitarias de pacientes con casos raros de deficiencia genética de PD-1 o de su pareja de unión PD-L1, así como modelos animales que carecían de señalización de PD-1. Los investigadores descubrieron que la actividad deficiente o ausente de PD-1 puede reducir significativamente la diversidad y la calidad de los anticuerpos producidos por las células B de memoria, las células inmunitarias de larga vida que "recuerdan" infecciones pasadas.

   "Descubrimos que las personas que nacen con una deficiencia de PD-1 o PD-L1 tienen una diversidad reducida en sus anticuerpos y menos células B de memoria, lo que dificulta la generación de anticuerpos de alta calidad contra patógenos comunes como virus y bacterias", cuenta el doctor Masato Ogishi, primer autor del estudio, de la Universidad Rockefeller.

Por su parte, el profesor Tangye añade: "Esta disminución de la generación y la calidad de las células B de memoria podría explicar las mayores tasas de infección notificadas en pacientes con cáncer que reciben terapia con inhibidores de puntos de control".

   En esta línea, el coautor, el doctor Kenji Chamoto, de la Universidad de Kioto, apunta: "La inhibición de PD-1 tiene una naturaleza de 'yin y yang': activa la inmunidad antitumoral pero al mismo tiempo impide la inmunidad de las células B. Y esta dualidad parece surgir de un mecanismo conservado de homeostasis inmunológica".

   Los investigadores dicen que los hallazgos resaltan la necesidad de que los médicos monitoreen la función de las células B en pacientes que reciben inhibidores de puntos de control y señalan intervenciones preventivas para aquellos con mayor riesgo de infecciones.

   La coautora principal, la doctora Stéphanie Boisson-Dupuis, de la Universidad Rockefeller, agrega: "Aunque los inhibidores de PD-1 han mejorado enormemente el tratamiento del cáncer, nuestros hallazgos indican que los médicos deben ser conscientes de la posible compensación entre una mayor inmunidad antitumoral y una inmunidad mediada por anticuerpos deteriorada. Una posible solución preventiva es la terapia de reemplazo de inmunoglobulina (IgRT), un tratamiento existente que se utiliza para reemplazar los anticuerpos faltantes en pacientes con inmunodeficiencias y que podría considerarse como una medida preventiva para pacientes con cáncer con mayor riesgo de infecciones.

    "Estudiar casos de enfermedades genéticas raras, como la deficiencia de PD-1 o PD-L1, nos permite obtener conocimientos profundos sobre cómo funciona normalmente el sistema inmunológico humano y cómo nuestra propia manipulación puede afectarlo. Gracias a estos pacientes, hemos encontrado una vía para perfeccionar las inmunoterapias contra el cáncer y maximizar los beneficios y minimizar los daños", agrega el profesor Tangye.

   De cara al futuro, los investigadores explorarán formas de perfeccionar los tratamientos con inhibidores de puntos de control para mantener sus potentes efectos anticancerígenos y, al mismo tiempo, preservar la capacidad del sistema inmunitario para combatir infecciones. "Esta investigación destaca el potencial que tienen las investigaciones sobre el cáncer, la genómica y la inmunología para complementarse entre sí, lo que permite realizar descubrimientos que pueden beneficiar a una población más amplia", finaliza el profesor Tangye.

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