Descubren cuál es el riesgo cardiovascular si no se duerme bien con regularidad

Archivo - Domir mal, insomnio, pesadilla, falta de sueño - YANYONG/ ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 27 Nov. (EDIZIONES) -

Hace años que se sabe que dormir mal está relacionado con probabilidades significativamente mayores de experimentar al día siguiente fibrilación auricular (FA), es decir latidos cardíacos irregulares que pueden provocar coágulos sanguíneos, insuficiencia cardíaca, derrames cerebrales y otros problemas relacionados con el corazón.

   Ahora, un nuevo estudio viene a confirmar lo que se sabía pero además ha cuantíficado la probabilidad de que se produzca. Investigadores del Instituto de Investigación y Departamento de Pediatría del Hospital Infantil del Este de Ontario, perteneciente a la Universidad de Ottawa en Canadá, afirman que un ciclo irregular de sueño-vigilia se asocia con un mayor riesgo deeventos cardiovasculares importantes, como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, incluso para aquellos que duermen las horas nocturnas recomendadas.

   La mayoría de los estudios que analizan el impacto del sueño en la salud se han centrado en la duración del sueño y se sabe menos sobre el impacto de los patrones de sueño, en particular el impacto del sueño irregular, definido como las variaciones en el momento en que una persona se va a dormir y se despierta.

   Para explorar esto más a fondo, los investigadores recurrieron a 72.269 personas de entre 40 y 79 años que participaron en el estudio UK Biobank y ninguna de las cuales tenía antecedentes de eventos cardiovasculares importantes. Usaron un rastreador de actividad durante 7 días para registrar su sueño, cuyos datos se utilizaron para calcular la puntuación del Índice de Regularidad del Sueño ( conocido como SRI por sus siglas en inglés) de cada persona.

   Se consideró que las personas con una puntuación SRI superior a 87 tenían un patrón de sueño regular, mientras que aquellas con una puntuación SRI inferior a 72 se clasificaron como durmientes irregulares. Y aquellas cuyas puntuaciones se encontraban entre este rango se consideraron durmientes moderadamente irregulares. Así, se recopilaron de registros de defunción y registros hospitalarios los incidentes de muerte cardiovascular, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular durante los siguientes 8 años y se utilizaron para calcular el riesgo de estos eventos para cada grupo de patrón de sueño.

   Después de tener en cuenta una variedad de factores potencialmente influyentes, como la edad, los niveles de actividad física, el tiempo discrecional frente a la pantalla, el consumo de frutas, verduras y café, el consumo de alcohol, el tabaquismo, los problemas de salud mental, el uso de medicamentos y el trabajo por turnos, las personas con sueño irregular tenían un 26% más de probabilidades de tener un evento cardiovascular importante que aquellos con un ciclo de sueño-vigilia regular, mientras que las personas con sueño moderadamente irregular tenían un 8% más de probabilidades de hacerlo.

   Un análisis más detallado de los datos mostró que la relación entre la disminución de la puntuación SRI y un mayor riesgo de eventos era casi lineal, con una reducción más pronunciada del riesgo en puntuaciones SRI más altas (mejores).

La cantidad recomendada de sueño nocturno es de 7 a 9 horas para las personas de entre 18 y 64 años y de 7 a 8 horas para las personas de 65 años o más. Una mayor proporción de personas que duermen regularmente cumplió con la cuota de sueño recomendada que las que duermen irregularmente: 61% frente a 48%. Pero cuando se tuvo en cuenta el impacto de alcanzar la cuota de sueño recomendada, el riesgo de un evento cardiovascular importante no se compensó en los durmientes irregulares que lo lograron, aunque sí en los durmientes moderadamente irregulares.

   Este es un estudio observacional y, como tal, no puede establecer causa y efecto, y los investigadores reconocen varias imitaciones de sus hallazgos. Si bien el tamaño de la muestra del estudio fue grande, el Biobanco del Reino Unido puede no reflejar con precisión la población del país.

   Los patrones de sueño también se evaluaron durante una sola semana. El rastreador de actividad no distinguió entre la vigilia tranquila y el sueño, y el algoritmo de sueño utilizado para calcular las puntuaciones del SRI no tuvo en cuenta las siestas, sino solo el período más largo de sueño.

   Pero los investigadores concluyen, en el estudio publicado en el 'Journal of Epidemiology & Community Health', que los resultados sugieren que el sueño irregular está fuertemente asociado con un riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes en adultos, independientemente de si se cumplen o no las cuotas de sueño recomendadas.

"Lo que es más importante, nuestros resultados sugieren que la regularidad del sueño puede ser más relevante que la duración suficiente del sueño a la hora de modular el riesgo de MACE [evento cardiovascular adverso importante]", destacan.

   Añaden: "Los hallazgos de este estudio sugieren que se debe prestar más atención a la regularidad del sueño en las pautas de salud pública y la práctica clínica debido a su posible papel en la salud cardiovascular".