MADRID 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de investigadores ha identificado tres compuestos que previenen la infección por COVID-19 en células humanas derivados de fuentes naturales entre las que se encuentra una esponja marina de la Columbia Británica (Canadá), según publican en la revista 'Antiviral Research'.
El descubrimiento allana el camino para el desarrollo de nuevos medicamentos contra las variantes del COVID-19 elaborados a partir de fuentes naturales. Y dada la abundancia de la naturaleza, podría haber una gran cantidad de nuevos antivirales esperando a ser descubiertos, señalan los científicos.
En el estudio, el equipo, dirigido por científicos de la Universidad de la Columbia Británica (UBC), investigó un catálogo de más de 350 compuestos derivados de fuentes naturales, incluidas plantas, hongos y esponjas marinas, en un intento de encontrar nuevos fármacos antivirales que puedan utilizarse para tratar variantes de COVID-19 como la ómicron.
"Este equipo de investigación interdisciplinar está desentrañando las importantes posibilidades de la biodiversidad y los recursos naturales y descubriendo soluciones basadas en la naturaleza para retos sanitarios mundiales como el COVID-19", afirma el autor principal, el doctor Franois Jean, profesor asociado del departamento de microbiología e inmunología.
Al bañar células pulmonares humanas en soluciones elaboradas a partir de estos compuestos y luego infectar las células con SARS-CoV-2, los investigadores hallaron 26 compuestos que reducían por completo la infección viral en las células.
Tres de ellos eran eficaces en dosis muy pequeñas. "La ventaja de estos compuestos es que se dirigen a las células y no al virus, impidiendo que éste se replique y ayudando a la célula a recuperarse --explica la doctora Jimena Pérez-Vargas, coautora del estudio e investigadora asociada del Departamento de Microbiología e Inmunología--. Las células humanas evolucionan más lentamente que los virus, por lo que estos compuestos podrían funcionar contra futuras variantes y otros virus como el de la gripe si utilizan los mismos mecanismos".
Los investigadores utilizaron una versión del virus SARS-CoV-2 que hace que las células brillen en verde fluorescente cuando se infectan, así como una técnica especial de cribado, para identificar los 26 compuestos naturales principales que mostraron inhibición de la infección por COVID-19 con bajo daño celular.
El virus fluorescente es una herramienta poderosa, explica el doctor Tirosh Shapira, coautor del estudio y becario posdoctoral en la Facultad de Medicina. "Con él, los pasos experimentalmente laboriosos se hacen redundantes, por lo que podemos comprobar fácil y rápidamente miles de compuestos. Y lo que es más importante, con él tenemos la posibilidad de seguir el SARS-CoV-2 'en vivo' mientras se propaga de una célula a otra", añade.
Los tres compuestos más eficaces se encontraron en Canadá: el alotaketal C de una esponja marina recogida en Howe Sound, en la Columbia Británica; la bafilomicina D de una bacteria marina recogida en Barkley Sound, también en la Columbia Británica, y la holirina A de una bacteria marina recogida en aguas de Terranova.
"Llevamos 40 años recogiendo cosas en todo el mundo, pero resulta que estas tres son canadienses, y dos de ellas son de la Columbia Británica", explica el doctor Raymond Andersen, coautor del estudio y profesor del Departamento de Química.
Pruebas posteriores demostraron que los tres compuestos eran eficaces contra la variante delta y varias variantes omicron, y que son tan seguros para las células humanas como los tratamientos actuales contra la COVID-19. Muchos de estos tratamientos ya no son eficaces en la actualidad. Muchos de estos tratamientos ya no son eficaces contra las variantes omicrón que circulan actualmente porque el virus está evolucionando. Esto pone de relieve la necesidad de nuevos antivirales, indica el doctor Jean.
Estudiaron la eficacia del compuesto bafilomicina D cuando se utilizaba en combinación con un antiviral COVID-19 descubierto recientemente, la molécula N-0385. Descubrieron que el compuesto y la molécula funcionaban de forma sinérgica contra la subvariante omicrónica BA.2. Esto sugiere un punto de partida prometedor para desarrollar tratamientos multifarmacológicos de las variantes omicrón que sean eficaces para tratar el COVID-19 y otros virus, explica.
Los investigadores tienen previsto probar los compuestos en modelos animales en los próximos seis meses. "Nuestra investigación también está allanando el camino para el ensayo a gran escala de medicamentos a base de productos naturales que puedan bloquear la infección asociada a otros virus respiratorios de gran preocupación en Canadá y en todo el mundo, como la gripe A y el VSR", concluye el doctor Jean.