MADRID 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un gen, llamado Robo1, que consigue controlar el crecimiento de los axones, que son los que favorecen la aparición de enfermedades como la epilepsia y la esquizofrenia.
Y es que, los axones son las prolongaciones de las neuronas especializadas en conducir el impulso nervioso desde el cuerpo celular hacia otra célula. No obstante, para que la transmisión de los impulsos nerviosos que llevan a cabo las neuronas sea efectiva, estas deben estar correctamente conectadas a las regiones del cerebro susceptibles de recibir sus mensajes.
Por tanto, la novedad de este descubrimiento, que ha sido publicado en la revista 'Nature Neuroscience', radica en que se ha encontrado el mecanismo que controla el crecimiento de estos axones neuronales hasta que logran establecer su conexión.
En concreto, el procedimiento se produce cuando los axones se acercan a la corteza cerebral, donde las células enviarán sus señales, y el gen Robot1, impulsado por una alteración de estas mismas señales eléctricas, consigue aumentar su expresión y ralentizar el crecimiento del axón.
"Es como un coche que circula velozmente por la autovía y empieza a frenar a medida que se acerca a su destino", ha explicado la investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante y responsable del trabajo, Guillermina López-Bendito.
Asimismo, la experta ha asegurado que este descubrimiento ayudará a entender las bases moleculares de enfermedades en las que dicha formación se ve afectada --epilepsia o esquizofrenia--, y a diseñar acciones de reparación y regeneración del tejido neuronal.
Gracias a esta proyección axonal, las neuronas son capaces de transmitir la información visual, somatosensorial y auditiva que recibe el tálamo hacia las regiones concretas de la corteza cerebral dedicadas a procesar cada tipo de estímulo.
"En la actualidad todavía se desconocen la gran mayoría de los mecanismos moleculares que permiten a los axones atravesar diversas regiones del cerebro y alcanzar su destino correcto", ha concluido la investigadora del CSIC