MADRID 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Diversos investigadores del Instituto Karolinska de Suecia han demostrado que los factores perjudiciales perjudiciales para la salud vascular, como la inflamación y los niveles altos de glucosa, se asocian con un cerebro de aspecto más envejecido, mientras que los estilos de vida saludables se relacionaban con cerebros de aspecto más joven.
Para realizar esta investigación, publicada en 'Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association', los científicos han contado con la participación de 739 personas de 70 años con buena salud cognitiva, 389 de ellas eran mujeres, reclutadas de la cohorte H70 de Gotemburgo en Suecia. Los expertos realizaron resonancias magnéticas de sus cerebros y luego calcularon la edad de las imágenes cerebrales resultantes utilizando su propio algoritmo basado en inteligencia artificial.
"El algoritmo es preciso y robusto, pero fácil de usar", afirma el investigador principal y profesor de Neurogeriatría en este mismo departamento, Eric Westman. "Es una herramienta de investigación que todavía necesita más evaluación, pero nuestro objetivo es que también se pueda utilizar clínicamente en el futuro, por ejemplo en investigaciones sobre la demencia", añade.
Además, las imágenes cerebrales se complementaron con muestras de sangre para medir los lípidos, la glucosa y la inflamación. Los participantes también realizaron pruebas cognitivas. También se disponía de datos sobre factores de estilo de vida como el ejercicio y las afecciones médicas.
La inteligencia artificial estimó que la edad cerebral de ambos sexos era, en promedio, de 71 años. Luego, los investigadores analizaron la "brecha de edad cerebral" restando la edad cerebral biológica estimada de los participantes de su edad cronológica.
De este modo, los investigadores descubrieron que la diabetes, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad de los vasos pequeños cerebrales y la inflamación estaban relacionados con cerebros de apariencia más vieja, mientras que un estilo de vida saludable que incluyera ejercicio regular podría estar relacionado con cerebros de apariencia más joven.
"Una de las conclusiones del estudio es que los factores que afectan negativamente a los vasos sanguíneos también pueden estar relacionados con cerebros de aspecto envejecido, lo que demuestra lo importante que es mantener los vasos sanguíneos sanos para proteger el cerebro, asegurándose, por ejemplo, de que el nivel de glucosa en sangre se mantenga estable", señala la investigadora del Departamento de Neurobiología, Ciencias del Cuidado y Sociedad del Instituto Karolinska, Anna Marseglia.
SOBRE LAS DIFERENCIAS ENTRE SEXOS
Los cerebros de mujeres y hombres parecen diferir en términos de factores vinculados con cerebros de apariencia más vieja o más joven, lo que significa que las mujeres y los hombres pueden diferir en cómo desarrollan resiliencia, un fenómeno que los investigadores ahora planean investigar observando no solo los determinantes biológicos como las hormonas sino también las influencias socioculturales.
Ante este contexto, "el año que viene lanzaremos un estudio para comprender cómo la salud social (incluido el compromiso social, la conexión y el apoyo) en la mediana y la vejez, junto con el sueño y el estrés, influyen en la resiliencia del cerebro, con un enfoque en los factores de salud de las mujeres", apunta la experta.
Por último, el estudio ha sido financiado principalmente por subvenciones del Centro de Medicina Innovadora, Forte, el Consejo Sueco de Investigación, la Fundación Sueca del Cerebro, la Fundación Sueca del Alzheimer, las Fundaciones Suecas de Demencia, la Fundación David y Astrid Hagelén, StratNeuro, la Fundación para Enfermedades Geriátricas del Instituto Karolinska, la Fundación Loo y Hans Osterman para la Investigación Médica, la Fundación Gamla Tjänarinnor y el Colaboratorio sobre Definiciones de Investigación para la Reserva y la Resiliencia en el Envejecimiento Cognitivo y la Demencia.