MADRID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los microbios que viven en el intestino no sólo digieren los alimentos, sino que también tienen efectos sobre el sistema inmunológico y, de hecho, un nuevo estudio acaba de demostrar que un microbio intestinal en puede prevenir las infecciones graves de la gripe en los ratones, probablemente por la descomposición de compuestos naturales, llamados flavonoides, que se suelen encontrar en el té negro, vino tinto y arándanos.
La investigación, realizada por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) y publicada en la revista 'Science', también indica que esta estrategia es eficaz para evitar daños de la gripe cuando la interacción se produce antes de la infección con el virus.
"Los flavonoides son comunes en nuestras dietas, así que una importante conclusión de nuestro estudio es que es posible que los flavonoides trabajen con microbios intestinales para protegernos de la gripe y otras infecciones virales. Obviamente, necesitamos aprender más, pero nuestros resultados son intrigantes", han señalado los expertos.
En concreto, durante la investigación, los científicos examinaron los microbios intestinales humanos encontrando uno que metabolizó los flavonoides, el 'Clostridium orbiscindens' el cual degrada los flavonoides para producir un metabolito, conocido como desaminotyrosine (DAT), que mejora la señalización del interferón.
"Cuando dimos DAT a los ratones y luego los infectamos con influenza, los ratones experimentaron mucho menos daño pulmonar que los ratones no tratados con DAT", han comentado los científicos, para señalar que los niveles de infección viral fueron idénticos a los de ratones que no recibieron el tratamiento.
"Los microbios y DAT no previenen la infección de la gripe en sí, los ratones todavía tenía el virus, pero el DAT mantuvo el sistema inmunológico de dañar el tejido pulmonar. Esto es importante porque las vacunas anuales contra la gripe no siempre son eficaces para prevenir las infecciones", han zanjado.
Los siguientes pasos incluyen la identificación de otros microbios intestinales que también pueden utilizar flavonoides para influir en el sistema inmunológico, así como explorar formas de aumentar los niveles de esas bacterias en personas cuyos intestinos no están adecuadamente colonizados con esos microbios.