MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una colaboración internacional en materia de investigación, dirigida por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI), en Australia, y publicada en la revista 'American Journal of Human Genetics', ha descubierto un nuevo trastorno del neurodesarrollo tras desvelar su relación con un gen supresor de tumores.
El estudio ha vinculado un reconocido gen supresor de tumores con un nuevo síndrome del neurodesarrollo, poniendo fin al viaje de diagnóstico de 32 familias de todo el mundo. En concreto, este trabajo descubrió que las variaciones en el gen FBXW7 estaban asociadas a la nueva enfermedad identificada, que provoca un retraso del desarrollo de leve a grave, discapacidad intelectual, hipotonía y problemas gastrointestinales.
La doctora Sarah Stephenson, investigadora del Murdoch Children's, señala que, dado que el gen FBXW7 regula el ciclo vital de las células, el crecimiento celular y la supervivencia, el equipo de investigación especuló con la posibilidad de que una proliferación celular anormal durante el desarrollo del cerebro pudiera sustentar el amplio espectro de anomalías cerebrales identificadas en este nuevo trastorno.
"El FBXW7 se une ahora a un número cada vez mayor de genes de discapacidad intelectual/trastornos del espectro del autismo que se han visto implicados en trastornos que afectan al desarrollo del sistema nervioso, dando lugar a una función cerebral atípica, que afecta a la emoción, la capacidad de aprendizaje, el autocontrol y la memoria", explica.
El estudio utilizó herramientas de diagnóstico de vanguardia, secuenciación genómica y plataformas de intercambio de datos a nivel mundial para identificar a 35 personas, de entre 2 y 44 años, de 32 familias de siete países que albergaban el gen FBXW7, que presentaba variantes asociadas al síndrome de neurodesarrollo nunca antes descrito.
Casi todas las personas afectadas presentaban un retraso en el desarrollo y una discapacidad intelectual que oscilaba entre el límite y la gravedad, el 62% tenía una disminución del tono muscular, el 46% notaba dificultades de alimentación y estreñimiento y el 23% sufría convulsiones. Las imágenes cerebrales también detallaron diferencias estructurales subyacentes variables que afectaban al cerebelo, las fibras nerviosas y la materia blanca.
A continuación, el equipo redujo los niveles del gen en un modelo de mosca, lo que afectó a la capacidad de las moscas para saltar en respuesta a un estímulo. Esto respaldó la observación de que las 28 variantes del FBXW7 eran la causa de la enfermedad. Además, se confirmó el papel fundamental del gen en el desarrollo en general y en el cerebro en particular.
El profesor del Murdoch Children's Tiong Tan, también genetista clínico de los Servicios de Genética Clínica de Victoria (VCGS), resalta que los hallazgos ponen de manifiesto el poder de los programas de enfermedades no diagnosticadas que utilizan las nuevas tecnologías de secuenciación genómica y la colaboración y el intercambio de datos a nivel internacional para aportar diagnósticos a los niños y las familias que han estado buscando respuestas, a menudo durante muchos años.
Aprovechando la experiencia clínica y de investigación del MCRI y el VCGS, Rare Diseases Now (RDNow) ha establecido una vía para los niños que siguen sin ser diagnosticados tras una prueba genómica como la secuenciación del exoma.
"Las características clínicas de este trastorno del neurodesarrollo son tan variables que, en algunos casos, habría sido difícil de diagnosticar sin las herramientas genómicas y la experiencia asociada", señala el profesor Tan.
"El diagnóstico ha dado un cierre y certeza a las familias, personalizará la atención clínica de cada individuo afectado y ha revelado los riesgos genéticos y reproductivos --prosigue--. Se trata de una afección dominante, por lo que una persona afectada tendrá una probabilidad del 50% de transmitirla a cada uno de sus hijos. Este diagnóstico permitirá a los afectados tomar decisiones sobre sus opciones reproductivas".
Tan anuncia que el siguiente paso será probar estos resultados en células madre humanas, que se convertirían en células cerebrales para su análisis en el laboratorio, y desarrollar una mejor comprensión de cómo se ve afectado el cerebro en esta condición.