Descubren cómo potenciar los anticuerpos contra el cáncer reduciendo su capacidad de ensamblaje

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Publicado: viernes, 3 febrero 2023 7:53

MADRID 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

Una nueva investigación del Centro de Inmunología Oncológica de la Universidad de Southampton (Reino Unido), publicada en vísperas del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra el próximo día 4, ha demostrado que cambiar la intensidad con la que un anticuerpo se une a una diana podría mejorar los tratamientos contra el cáncer.

Los anticuerpos detectan y marcan virus y bacterias para que el sistema inmunitario pueda destruirlos. Para ayudar a prevenir una segunda infección, nuestro sistema inmunitario ajusta estos anticuerpos para que se adhieran con mayor fuerza a estas dianas, lo que se conoce como mayor afinidad.

Los tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer utilizan el mismo concepto: los anticuerpos de acción directa están diseñados para encontrar las células cancerosas y adherirse a ellas para que el sistema inmunitario pueda destruirlas. Estos tratamientos con anticuerpos han tenido éxito en algunos tipos de cáncer en los últimos años, pero muchos pacientes siguen sin responder o se hacen resistentes a ellos.

En el nuevo estudio, publicado en la revista 'Nature', los investigadores de Southampton han demostrado que un tipo distinto de anticuerpo terapéutico, los llamados "anticuerpos inmunomoduladores", tienen éxito en el tratamiento del cáncer cuando tienen un agarre más flojo.

La modificación de la fuerza de unión se conoce como ingeniería de afinidad y el equipo de investigadores cree que podría ofrecer una oportunidad eficaz y más flexible de tratar el cáncer.

Los anticuerpos inmunomoduladores se unen a los receptores de las células inmunitarias en lugar de a las tumorales y actúan alterando las señales que se transmiten a las células inmunitarias para que sean más activas y eliminen mejor las células cancerosas.

En el estudio, el equipo examinó tres receptores distintos (CD40, 4-1BB y PD-1) y observó que los receptores se agrupaban mejor y que la señalización a las células inmunitarias mejoraba cuando la unión era más débil. En el caso de uno de ellos, el CD40, se observó una mejor eliminación de las células tumorales.

El profesor Mark Cragg, del Centro de Inmunología Oncológica, explica que, "aunque el número de anticuerpos aprobados no deja de aumentar (ya hay más de 100 en la clínica), algunos pacientes siguen sin responder al tratamiento. Por ello, el desarrollo de nuevas estrategias para potenciar nuestros anticuerpos mediante técnicas como la ingeniería de afinidad es clave para ofrecer mejores tratamientos a los pacientes".

"Nuestro estudio sugiere que modificando la afinidad podemos ajustar eficazmente el anticuerpo al nivel y la actividad deseados --prosigue--. Y lo que es más importante, los anticuerpos inmunomoduladores se dirigen al mismo receptor de las células inmunitarias, por lo que en teoría pueden utilizarse para muchos tipos de tumores diferentes, lo que abre más oportunidades de tratamiento para más personas".

Según añade, "en la actualidad, las principales aplicaciones se centran en la oncología, pero en principio el mismo planteamiento podría utilizarse para anticuerpos destinados a tratar trastornos autoinmunes y enfermedades inflamatorias".

Por su parte, la doctora Xiaojie Yu, primera autora del estudio y ahora profesora adjunta de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Westlake, indica que "la unión de alta afinidad ha sido el mantra del desarrollo de anticuerpos terapéuticos durante décadas. El hallazgo de que la baja afinidad favorecía la señalización celular mediada por anticuerpos inmunomoduladores presenta una poderosa herramienta para desarrollar anticuerpos nuevos y más eficaces para tratar el cáncer y la autoinmunidad", subraya.

El doctor Iain Foulkes, Director Ejecutivo de Investigación e Innovación de Cancer Research UK, recuerda que "el cáncer es un maestro en el arte de evadir el sistema inmunitario. Tenemos que probar muchas tácticas distintas para ayudar a nuestro organismo a desenmascarar los tumores y atacarlos", afirma.

"Los anticuerpos inmunomoduladores son una de las piedras angulares de la inmunoterapia, que se está convirtiendo rápidamente en un tratamiento básico en la clínica --continúa--, pero la inmunoterapia no siempre funciona para todo el mundo, y tenemos que seguir perfeccionándola para asegurarnos de que ofrece a los pacientes las máximas posibilidades de obtener buenos resultados".

"Esta investigación ofrece un nuevo y emocionante enfoque para que los tratamientos con anticuerpos funcionen mejor y en el futuro esperamos ver cómo alcanzan todo su potencial en la clínica", concluye.

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