Descubren señales cerebrales clave en el insomnio inducido por el alcohol en moscas de la fruta

Archivo - Mosca de la fruta - SANJAY ACHARYA - ARCHIVO

MADRID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

Una investigación con moscas de la fruta ha identificado señales cerebrales específicas y grupos de células cerebrales que están involucradas en el insomnio inducido por el alcohol. Este trabajo, elaborado por expertos de la Universidad de Utah Salud (Estados Unidos) podría conducir en última instancia a tratamientos específicos para la pérdida de sueño relacionada con el alcohol, ayudando a las personas a recuperarse del trastorno por consumo de alcohol

Cabe recordar que el trastorno por consumo de alcohol puede provocar un insomnio persistente y grave. Las dificultades para conciliar el sueño y permanecer dormido pueden persistir incluso después de meses de sobriedad, lo que aumenta el riesgo de recaída. Pero tratar el insomnio relacionado con la abstinencia es difícil, en parte porque lo que sucede en el cerebro en esta afección sigue siendo en gran medida un misterio.

En este trabajo, publicado en 'Current Biology', los investigadores observaron que el alcohol afectaba a las moscas de la fruta de forma muy similar a como afecta a los humanos. Cuando las moscas recibían una dosis alta de alcohol, tardaban más en conciliar el sueño y era más probable que se despertaran durante la noche, incluso varios días después de que el alcohol hubiera desaparecido de su organismo.

"Los efectos del alcohol sobre el sueño parecen estar localizados en un tipo particular de células del cerebro, algo que nunca antes se había demostrado", enuncia Maggie Chvilicek, investigadora de posgrado en neurociencia de la Universidad de Utah y autora principal del estudio.

Así, los investigadores descubrieron que los efectos del alcohol sobre el sueño dependían de la dosis y de lo que cabría esperar. Tanto en las moscas como en los humanos, una pequeña cantidad de alcohol actúa como estimulante, aumentando la sensación de energía y los niveles de actividad, mientras que niveles más altos ralentizan el pensamiento y el tiempo de reacción y pueden provocar pérdida de conocimiento. Pero una dosis menor de alcohol que hacía que las moscas se volvieran hiperactivas no les impedía dormir con normalidad. En cambio, una dosis mayor de alcohol interrumpía el sueño durante días.

Esto significaba que algo de los efectos inhibidores de la actividad del alcohol estaba interfiriendo con el sueño. Chvilicek sospecha que esto puede deberse a un efecto de "rebote", en el que la reducción de la actividad cerebral con alcohol hace que las neuronas se vuelvan hiperactivas después del hecho.

El equipo de investigación descubrió que una señal cerebral llamada acetilcolina, que desempeña un papel fundamental en la memoria y la motivación, parece ser la clave de los efectos negativos del alcohol en el sueño. Cuando redujeron la señalización de la acetilcolina, se exacerbaron los efectos del alcohol en el sueño, de modo que incluso una dosis baja de alcohol provocó insomnio duradero.

Los investigadores esperan que su trabajo conduzca finalmente a tratamientos más eficaces para las personas que sufren de abstinencia. La mayoría de los medicamentos para dormir actúan sobre una amplia franja de células en todo el cerebro, lo que aumenta el riesgo de adicción y efectos secundarios nocivos para la salud. "Al identificar una población de células mucho más pequeña y discreta", señala Chvilicek, "teóricamente podemos desarrollar intervenciones mucho más específicas que realmente se centren en el problema que estamos tratando de abordar".

El hecho de que las moscas de la fruta puedan utilizarse para estudiar el insomnio inducido por el alcohol también permite estudiar esta afección con mayor profundidad. "Con este modelo se puede extraer mucha información sobre los mecanismos", incide Chvilicek.

Como siguiente paso, Adrian Rothenfluh, profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de Utah y autor principal del estudio, agrega que el laboratorio planea explorar qué genes están involucrados en el insomnio inducido por el alcohol. "Hemos demostrado varias veces que los mismos genes conservados regulan el comportamiento inducido por el alcohol en moscas y humanos", explica. "Ahora estamos en una posición privilegiada para identificar los mecanismos genéticos que afectan al insomnio inducido por el alcohol".