MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Japón han descubierto que interrumpir la compleja interacción entre los distintos tipos de células inmunitarias puede ayudar a prevenir los daños causados un tipo de enfermedad autoinmune, según publican en la revista 'Annals of Neurology'.
Estos científicos de la Universidad de Osaka han revelado que el tratamiento con un anticuerpo contra una proteína denominada molécula guía repulsiva-a (RGMa) mejora drásticamente los síntomas de la neuromielitis óptica, un devastador trastorno autoinmune, en un modelo experimental de rata.
La neuromielitis óptica (NMO) es un trastorno inflamatorio que puede causar dolor, parálisis e incluso la muerte. En la mayoría de los casos, la NMO está causada por los anticuerpos que el organismo desarrolla contra una proteína llamada acuaporina-4 (AQP4).
Estos anticuerpos anti-AQP4 se filtran en el tejido en los lugares donde hay daños nerviosos que también muestran una acumulación masiva de neutrófilos. Esta acumulación de neutrófilos está asociada a la muerte de las células llamadas astrocitos, lo que en última instancia provoca los síntomas de la NMO.
"Hace poco descubrimos que inyectar a las ratas un anticuerpo contra el RGMa puede disminuir la gravedad de los síntomas de la NMO --afirma el autor principal del estudio, Shosuke Iwamoto--. Sin embargo, aún no estaba claro cómo funciona este tratamiento desde el punto de vista mecánico, si afecta a la AQP4, a los astrocitos o a algún otro factor".
Para abordar esto, los investigadores utilizaron un modelo de rata clínicamente relevante de NMO para probar los efectos del anticuerpo anti-RGMa en los síntomas de la enfermedad, así como en la expresión de genes y proteínas.
"Nuestros hallazgos revelaron un nuevo mecanismo molecular de la fisiopatología de la NMO, en el que el RGMa estimula a los macrófagos para que atraigan a los neutrófilos a las lesiones, donde acaban con los astrocitos", explica Toshihide Yamashita, autor principal.
El tratamiento de las ratas con un anticuerpo contra el RGMa evitó estos efectos, lo que dio lugar a un menor número de neutrófilos alrededor de las lesiones nerviosas, a una menor destrucción de astrocitos y a una disminución de los síntomas, como los problemas de movimiento y el dolor.
"Nuestros resultados sugieren que los anticuerpos anti-RGMa pueden representar una estrategia terapéutica eficaz para el dolor neuropático y los déficits motores asociados a la NMO en pacientes con esta enfermedad", destaca Iwamoto.
Dado que la gravedad de los ataques agudos de NMO afecta en gran medida a los resultados a largo plazo de los pacientes, los tratamientos dirigidos a RGMa que ayudan a reducir la gravedad del ataque o a mejorar el proceso de recuperación son cruciales para mejorar su calidad de vida. El tratamiento con un anticuerpo anti-RGMa podría incluso ser útil para prevenir las recaídas de la NMO en la fase crónica de la enfermedad, concluyen los expertos.