MADRID, 10 Ene. (EDIZIONES) -
Hablar es una habilidad muy compleja, que normalmente se desarrolla con facilidad. Entre el año y los 5 años se producen las adquisiciones más importantes del desarrollo del lenguaje. Ahora bien, cada persona tenemos nuestro propio ritmo de aprendizaje.
Concretamente, explica a Infosalus la vicepresidenta del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) Sandra Vico, se establecen unos hitos normativos, por ejemplo, si con 3 años solo pronuncia los sonidos 'm', 'p', 'n', 't', 'k', 'b' es normal. También es normal que con 2 años solo use 50 palabras.
Ahora bien, especifica esta experta que los primeros síntomas de tartamudez tienen lugar en torno a esa edad, los 2-5 años, cuando la fluidez del habla puede no ser la perfecta. "Es normal que aparezcan repeticiones de palabras al empezar a hablar, pausas más largas y descolocadas, titubeos, o muletillas, entre otras, que van asociadas al aprendizaje del lenguaje", afirma.
Eso sí, remarca esta logopeda que es en esta etapa también cuando aparecen las disfluencias atípicas a las que hay que prestar atención: repeticiones o prolongaciones de sonidos, bloqueos o tensión en mitad de la palabra o frase, tics asociados al habla, velocidad excesiva al hablar, entre otros aspectos.
¿HAY FACTORES QUE PUEDEN PREDISPONER A TARTAMUDEZ?
Por otro lado, Sandra Vico reseña que está comprobado que hay un componente genético que influye en la predisposición a tartamudear, al tiempo que hay que tener en cuenta la destreza motora para los movimientos del habla y los factores emocionales.
Destaca en consecuencia que es importante detectarla a tiempo y actuar sobre ella lo antes posible, consultando con un especialista en lenguaje, el logopeda, en cuanto aparecen las disfluencias y las dudas: "La detección y la intervención precoces son fundamentales para la eficacia de los tratamientos y pueden evitar que las disfluencias se afiancen".
TRATAMIENTO DE LA TARTAMUDEZ
En los tratamientos de logopedia, el objetivo principal es hacer el habla más fácil y mejorar la comunicación que, en ocasiones, es muy complicada para las personas que tartamudean.
"Hay que conocer a la persona, sus características individuales, sus necesidades, sus preocupaciones, sus expectativas, o su comunicación. También es fundamental dar toda la información, contestar a sus preguntas, y acompañar en el aprendizaje de un habla más fácil. No todas las estrategias que facilitan el habla son válidas para todas las personas, no hay recetas mágicas", afirma.
Hablar más despacio, suavizar los inicios de las palabras o alargar las palabras pueden ayudar a que el habla sea más fluida, añade la vicepresidenta del Colegio de Logopedas de Madrid.
Aquí precisa que lo que varía entre los tratamientos infantiles y los de los adultos es principalmente la participación de la familia, que será más necesaria cuanto más pequeño sea el niño.