MADRID, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que las personas con diabetes se han cuadruplicado en los últimos 35 años, pasando de los 108 millones de afectados en 1980 a los 422 millones de 2014, lo que equivale a la mitad de la población europea, y avisa de que en el año 2030 se convertirá en la séptima causa de mortalidad en todo el mundo.
De hecho, según alerta este organismo con motivo del Día Mundial de la enfermedad que se celebra este martes, 14 de noviembre, en 2015 la diabetes fue ya la causa directa de 1,6 millones de muertes, y otras 2,2 millones más registradas en 2012 fueron atribuibles a la hiperglucemia.
La prevalencia mundial en mayores de 18 años también ha aumentado, aunque en este caso sólo el doble, pasando a afectar al 4,7 por ciento de la población en 1980 al 8,5 por ciento en 2014. Y lo ha hecho con más rapidez en países de ingresos medios y bajos.
Y el aumento de la mortalidad se debe a que es una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
En concreto, los adultos con diabetes tienen un riesgo de dos a tres veces mayor de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, mientras que la neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo incrementan el riesgo de úlceras de los pies, infección y, en última instancia, amputación.
La retinopatía diabética es una causa importante de ceguera y es la consecuencia del daño de los pequeños vasos sanguíneos de la retina que se va acumulando a lo largo del tiempo. Y el 2,6 por ciento de los casos mundiales de ceguera es consecuencia de la diabetes, que también está entre las principales causas de insuficiente renal.
Pese a ello, la OMS recuerda que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición, tales como mantenerse activo físicamente, una dieta saludable o evitar el consumo de tabaco.
De hecho, su objetivo es estimular y apoyar la adopción de medidas eficaces de vigilancia, prevención y control de la diabetes y sus complicaciones, especialmente en países de ingresos bajos y medios, mediante una mejor prevención, diagnóstico y atención de la enfermedad.
Asimismo, su labor en materia de diabetes se complementa con la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, cuyo centro de atención son las medidas poblacionales para fomentar la dieta saludable y la actividad física regular, reduciendo así el creciente problema del sobrepeso y la obesidad a escala mundial.