Diabetes gestacional: evitar la obesidad en el bebé depende del control glucémico

Archivo - Diabetes gestacional - DRAGANA991/ ISTOCK - ARCHIVO

MADRID 13 Sep. (EUROPA PRESS) -

Conseguir rápidamente un control glucémico tras un diagnóstico de diabetes gestacional puede reducir el riesgo de que el bebé sufra obesidad en la infancia a un nivel similar al de los niños cuyas madres no tenían diabetes gestacional, según ha descubierto una nueva investigación que se presenta en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Madrid, España.

"Lograr el control de la glucemia poco después del diagnóstico de diabetes gestacional y mantenerlo durante el embarazo, hasta el parto, se asocia con tasas reducidas de complicaciones perinatales", destaca la investigadora principal, la doctora Assiamira Ferrara, directora del Centro para la Prevención Previa de la Adiposidad y la Diabetes Mellitus, División de Investigación, Kaiser Permanente Northern California, EEUU.

Los tratamientos, que incluyen una dieta saludable, ejercicio y medicamentos para reducir el azúcar en sangre, tienen como objetivo lograr un control glucémico óptimo (mantener el nivel de azúcar en sangre dentro del rango normal) durante el embarazo. Sin embargo, aún queda por demostrar el papel del control glucémico en el riesgo de obesidad infantil. Para saber más, la doctora Ferrara y sus colegas estudiaron a 258.064 mujeres que dieron a luz en Estados Unidos entre 2011 y 2023 y a sus hijos.

De las mujeres estudiadas, 17.316 tenían diabetes gestacional y el control de su azúcar en sangre después del diagnóstico se dividió en cuatro trayectorias o grupos: estable en el rango óptimo (pacientes que alcanzaron un control glucémico óptimo poco después del diagnóstico y lo mantuvieron durante todo el embarazo, 39,2%), mejorando rápidamente a óptimo (pacientes que alcanzaron un control glucémico óptimo dentro de las 4-6 semanas posteriores al diagnóstico y lo mantuvieron durante todo el embarazo, 32,3%), mejorando lentamente a casi óptimo (16,7%) y mejorando lentamente a subóptimo (11,8%).

La obesidad infantil se definió como un IMC específico para el sexo para la edad igual al percentil 95 según las tablas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. La prevalencia de obesidad a los 2-4 años fue del 15,1% en los hijos de mujeres sin diabetes gestacional, y del 15,9%, 18,7%, 20,9% y 24,6% en los hijos de mujeres en los grupos de control glucémico establemente óptimo, de rápida mejora a óptimo, de mejora lenta a casi óptimo y de mejora lenta a subóptimo, respectivamente. Análisis posteriores mostraron que el riesgo de obesidad infantil aumentaba con los niveles de azúcar en sangre materna.

A los 2-4 años, los hijos de mujeres con diabetes gestacional en los grupos de condición estable óptima y de rápida mejora a condición óptima tenían un riesgo similar de obesidad que aquellos cuyas madres no tenían diabetes gestacional. Los hijos de mujeres con diabetes gestacional en los grupos de mejora lenta a casi óptima y de mejora lenta a subóptima tuvieron un mayor riesgo de obesidad (13% y 23% más, respectivamente). A los 5-7 años, sólo los hijos de mujeres con diabetes gestacional del grupo establemente óptimo tuvieron un riesgo de obesidad similar al observado en los hijos de individuos sin diabetes gestacional.

Los niños cuyas madres estaban en la fase de rápida mejora hacia el óptimo y en la de lenta mejora hacia casi el óptimo tenían un riesgo 18% y 19% mayor de padecer obesidad infantil, respectivamente, que aquellos cuyas madres no tenían diabetes gestacional. En el grupo de aquellas madres con niveles de azúcar en sangre peor controlados (el grupo que mejoró lentamente hasta alcanzar un nivel subóptimo), el riesgo de obesidad infantil fue un 30% mayor.

Los autores del estudio concluyen que lograr rápidamente un control glucémico después del diagnóstico de diabetes gestacional puede reducir el riesgo de obesidad infantil a un nivel similar al observado en niños cuyas madres no tenían diabetes gestacional. Ferrara determina "Cuando la diabetes gestacional no se controla adecuadamente, aumenta el riesgo de que el bebé tenga un peso elevado al nacer y puede predisponerlo a la obesidad".

"La buena noticia es que si se controla rápidamente el nivel de azúcar en sangre de la madre, el riesgo de que el bebé sufra obesidad infantil es similar al de los niños cuyas madres tenían niveles de azúcar en sangre normales durante el embarazo. Las mujeres a las que se les diagnostica diabetes gestacional deben comenzar a seguir el plan de tratamiento elaborado por su médico lo antes posible. Es probable que al principio esto implique cambios en la dieta, ejercicio y control de los niveles de glucosa", señala.

"Si los niveles de azúcar en sangre no están dentro del rango recomendado en dos semanas, deben comenzar a tomar medicamentos para reducir el nivel, según lo prescrito. La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades cardíacas y, una vez establecida, es difícil revertirla, por lo que cualquier cosa que podamos hacer para reducir el riesgo de que se desarrolle es importante", concluye.