MADRID 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
El secretario del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (GECSEN), el doctor Ángel Luis Guerrero, ha expresado que el diagnóstico de la cefalea en racimos puede llegar a retrasarse más de tres años, a pesar de que se trata de la cefalea primaria "más invalidante" y "más frecuente" de las cefaleas trigémino-autonómicas.
Además, un 57 por ciento de este tipo de pacientes han recibido diagnósticos previos erróneos, razón por la que Guerrero ha señalado la necesidad de crear unidades específicas no solo para mejorar los tiempos de diagnóstico, sino para el tratamiento y seguimiento de estos pacientes que, tanto por la intensidad del dolor como por la urgencia en la que necesitan acceder al tratamiento agudo, se debe "actuar con rapidez".
"Detrás de estos retrasos en el diagnostico se encuentra tanto la tardanza de los pacientes a la hora de consultar su dolor de cabeza, sobre todo en los que su cefalea tiene períodos de remisión largos, como a que su sintomatología se tiende a achacar a otras dolencias más habituales, tanto oculares, auditivas o dentales como a otros tipos de cefalea más habituales, como la migraña o la cefalea en tensión", ha añadido el doctor, con motivo del Día Internacional de la Cefalea en Racimos, que se celebra este viernes.
Este tipo de cefalea ocurre en grupos de ataques de dolor muy intensos, pero breves, que pueden ocurrir varias veces al día durante semanas o meses, seguidos de largos períodos sin dolor de cabeza, por lo que las terapias están pensadas para actuar rápidamente.
El coordinador del GECSEN, el doctor Roberto Belvís, ha expresado que aunque tiene unas características "que deberían hacer que fuera fácil de identificar", como un comienzo abrupto y generalmente alrededor del ojo, que puede estar acompañado de caída de párpado, enrojecimiento, lagrimeo y congestión nasal, además de que suele presentarse a la misma hora del día y en momentos similares del año, es uno de los dolores de cabeza "más infradiagnosticados".
Entre los tratamientos más efectivos se encuentran el oxígeno administrado mediante una mascarilla, pero también existen una serie de fármacos sintomáticos, tanto para prevenir su aparición como para reducir el dolor.
Sin embargo, un 15 por ciento de los pacientes con cefalea en racimos crónica presentan una mala respuesta a tratamientos en monoterapia, por lo que tienen la opción de tratamientos mixtos e incluso técnicas quirúrgicas.
"Por lo general, la cefalea en racimos es una cefalea infratratada. El último estudio que realizamos en la SEN al respecto, señalaba que más de un 50 por ciento de los pacientes no están recibiendo el tratamiento preventivo adecuado y que más de un 30 por ciento de los pacientes no tienen acceso a los tratamientos sintomáticos adecuados, sobre todo a la terapia con oxígeno", ha afirmado el vocal del GECSEN, el doctor Vicente González.
Tras ello, ha subrayado que se trata de una enfermedad "muy discapacitante" y que el dolor de cabeza hace que casi el 80 por ciento de los pacientes sufran restricciones "importantes" en su vida diaria.
"Si queremos mejorar la calidad de vida de nuestro pacientes, es fundamental tanto mejorar los tiempos de diagnóstico como asegurarnos de que acceden a los tratamientos más efectivos y adecuados para esta enfermedad. Porque una cefalea en racimos, sin diagnóstico y tratamiento, se cronificará en el 20 por ciento de los casos", ha agregado.
Actualmente, en España se diagnostican unos 1.000 nuevos casos anuales, sobre todo en varones de entre 20 y 40 años, aunque en los últimos años se está reduciendo la proporción entre hombres y mujeres.
Aunque se desconoce la causa de esta enfermedad, se asocia a factores genéticos, como alteraciones en el hipotálamo, y a causas hormonales o ambientales, como el consumo de alcohol y tabaco, o padecer algún trastorno del sueño.