MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Realizar ejercicio físico, no fumar y promover el autocuidado mejora los síntomas de los pacientes con lupus, según las recomendaciones del decálogo elaborado por el jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Araba, el doctor Jaime Calvo, junto a la Sociedad Española de Reumatología.
Tal y como indican desde la Sociedad Española de Reumatología, el lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune que puede afectar a numerosos órganos y sistemas, por lo que su expresión clínica resulta muy variada y heterogénea de unos pacientes a otros y, además, presenta un espectro de severidad muy amplio y a veces cambiante.
Para mejorar los síntomas de la enfermedad, en el marco de la celebración del XI Curso de Lupus Eritematoso Sistémico y Síndrome Antifosfolípido, la Sociedad Española de Reumatología y el jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Araba, el doctor Jaime Calvo, han preparado un decálogo para los afectados con esta patología.
En primer lugar, es conveniente informarse correctamente sobre la enfermedad, para lo que los expertos aconsejan que sea el médico especialista del caso el punto de referencia para la obtención de la información relacionada con la enfermedad o filtrar adecuadamente la información conseguida por otro medios.
Una vez obtenida la información adecuada, los expertos han subrayado la necesidad de aprender a convivir con la enfermedad, lo cual no debe significar vivir para la enfermedad. El lupus es una patología crónica y el paciente debe saber valorar su estado clínico y manejar su tratamiento, pero no obsesionarse con esta problemática. Así, la enfermedad no debe ocupar todo el tiempo del paciente ni limitarle en exceso a la hora de hacer planes y proyectos de futuro o de aceptar retos razonables personales o profesionales que le puedan interesar.
En segundo lugar es fundamental seguir una correcta adherencia al tratamiento. Los doctores han señalado que es frecuente que los pacientes con lupus tengan que tomar diversos tipos de tratamientos de forma crónica, algunos de los cuales pueden conllevar efectos secundarios. Todo ello puede provocar reticencias e indisciplinas a la hora de tomar los medicamentos tal y como han sido prescritos. Por ello, una correcta adherencia al tratamiento es fundamental para un buen control de la enfermedad y evitar secuelas irreversibles.
HÁBITOS QUE MARCAN LA DIFERENCIA
Respecto a la vida cotidiana, existen varios hábitos que pueden ayudar a las personas con esta patología. En este sentido, la práctica del ejercicio físico es recomendable para este tipo de pacientes, ya que el ejercicio mejora el estado de ánimo y la autoestima. Asimismo, tiene efectos positivos a nivel del sistema cardiovascular y óseo, tal y como han señalado los expertos.
También es conveniente evitar fumar, pues es conocido que el tabaco tiene efectos perniciosos en diversas manifestaciones lúpicas, especialmente en las cutáneas, y también se ha demostrado que es un factor de riesgo para que los pacientes puedan sufrir eventos cardiovasculares isquémicos, una complicación que ha adquirido especial relevancia en las últimas décadas de esta enfermedad.
Además, es recomendable protegerse frente a la exposición solar, ya que la radiación ultravioleta es un factor patogénico en el lupus. "Está claramente demostrado que las lesiones cutáneas específicas del lupus pueden ser inducidas o empeoradas por la exposición solar y la fotosensibilidad es frecuente en estos pacientes", han afirmado los expertos.
"La asociación con manifestaciones sistémicas no es tan clara, pero se ha relacionado con la presencia de fiebre o el aumento de la fatiga y no se puede descartar un posible empeoramiento en otras", han añadido. Por ello, se debe insistir en una correcta protección frente a la exposición solar que debe ser estricta en los pacientes con afectación cutánea y recomendable en el resto de afectados.
Asimismo, se aconseja planificar los embarazos. En pacientes con lupus el embarazo puede afectar al curso de la enfermedad, como esta puede producir complicaciones obstétricas o fetales comprometiendo el resultado final. "Se ha demostrado que una correcta planificación del embarazo, de acuerdo a los consejos médicos y una monitorización del mismo según protocolos específicos de esta enfermedad, mejora enormemente el desarrollo de la concepción", han asegurado los expertos.
PREVENIR LOS RIESGOS, FUNDAMENTAL
Por otro lado, los pacientes con lupus tienen un riesgo aumentado de padecer ciertas infecciones. Este riesgo varía según las características de la enfermedad y aumenta con el uso de inmunosupresores, que pueden predisponer a infecciones por gérmenes. Las infecciones son una de las causas más frecuentes de morbimortalidad en estos pacientes y por ello se debe tener especial cuidado y vigilancia frente a ellas. Por tanto, deben seguir adecuadamente con las medidas de prevención y las indicaciones sobre la administración de vacunas que se les vaya recomendando.
Tal y como han indicado los expertos, múltiples estudios han demostrado que los pacientes con lupus tienen una ateroesclerosis precoz y una incidencia de eventos cardiovasculares mayor que en la población general. Esto se debe a factores dependientes de la enfermedad, así como a ciertos tratamientos. Para minimizar estos riesgos, es necesario un buen control de la actividad inflamatoria del lupus.
Adicionalmente se debe también intentar reducir al mínimo los factores de riesgo cardiovascular tradicionales como la obesidad, la hipertensión o la hipercolesterolemia. Así, los expertos han subrayado que el médico responsable debe ser el que dirija el manejo de estas comorbilidades, pero los pacientes deben ser conscientes de su relevancia y colaboradores a la hora de cambiar hábitos de vida o tomar los tratamientos que se requieran.
Por último, se debe promover el autocuidado. Los pacientes deben aprender a vigilar sus síntomas para tomar medidas adecuadas en caso de rebrotes según los consejos de su médico, deben conocer qué medicaciones puede variar de dosis o tomar a demanda en función de los síntomas y cuáles no, y colaborar de forma disciplinada en todas aquellas medidas no farmacológicas indicadas por el médico.