MADRID 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ultrasonido, que alguna vez se utilizó casi exclusivamente para tomar imágenes del cuerpo, se está convirtiendo rápidamente en una terapia dirigida que puede tener un impacto potencialmente transformador en nuestro cerebro, según los autores de un nuevo artículo publicado en la revista 'PLOS Biology' por investigadores de la Universidad de Stanford, Attune Neurosciences (ambas en Estados Unidos) y la Universidad de Plymouth (Reino Unido).
Durante décadas, los profesionales de la salud de todo el mundo han utilizado la ecografía como medio para supervisar el desarrollo de los fetos y evaluar la salud de los órganos internos de los pacientes. Sin embargo, los citados investigadores afirman que ahora se ha demostrado que ofrece una forma no invasiva y precisa de apuntar a áreas específicas del cerebro humano. Esto les permite investigar cómo una técnica conocida como estimulación ultrasónica transcraneal (TUS) puede ayudar a personas con afecciones que van desde el dolor, el alcoholismo, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y la enfermedad de Parkinson, todo sin el uso de medicamentos o cirugía.
Más allá del tratamiento, los investigadores analizan en el nuevo artículo cómo la tecnología también puede utilizarse para probar temporalmente áreas antes de tratarlas, sirviendo como una especie de "herramienta de búsqueda y rescate para el cerebro". Esto les permite encontrar las fuentes de los problemas y trastornos relacionados con el cerebro antes de tratarlos, lo que puede ser un camino crítico hacia tratamientos personalizados. No obstante, reconocen que aún hay una serie de desafíos complejos que deben abordarse antes de que la TUS pueda implementarse en entornos de atención médica, y tal vez incluso en hogares, a escala global.
Entre ellas se incluye el hecho de que cada uno de los 8.200 millones de cerebros y cráneos del planeta es diferente, y todavía es necesario trabajar para adaptar la técnica de manera que pueda administrarse de tal forma que permita que la mayor cantidad posible de personas se beneficie de ella. Y si bien se han logrado avances significativos en la tecnología, aún faltan algunos años para llegar a un punto en que aún pueda ser efectiva (pero también sostenible desde una perspectiva de costos).
Pero actualmente los investigadores han desarrollado y están probando un dispositivo TUS lo suficientemente pequeño y simple para que las personas lo puedan usar en casa después de una serie de evaluaciones clínicas, en lugar de tener que ir continuamente a hospitales u otros entornos de atención médica.
El artículo está firmado por el doctor Keith Murphy, cofundador de Attune Neurosciences e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, y la profesora Elsa Fouragnan, quien dirige el Laboratorio de Estimulación Cerebral en el Centro de Investigación e Imágenes Cerebrales de la Universidad de Plymouth.
De esta forma, Murphy afirma que "existen innumerables razones por las que las personas no pueden acudir a una clínica, ya sea por dificultades económicas o simplemente por falta de tiempo". En los últimos años, han logrado avances sustanciales en la creación de un dispositivo que aprovecha la precisión de la guía de resonancia magnética, pero que puede utilizarse de forma segura en casa. "Siempre hemos creído que la portabilidad era un paso fundamental para que las terapias cerebrales avanzadas fueran accesibles para todos y hemos logrado grandes avances para demostrar que funciona", añade.
Los investigadores debaten además cómo el ultrasonido focalizado también puede integrarse con otras tecnologías emergentes, por ejemplo, mejorando la precisión y la eficacia de las interfaces que permiten la comunicación directa entre el cerebro y los dispositivos externos.
"A lo largo de muchos años, hemos mejorado nuestra comprensión de cómo funciona el cerebro y de las fallas que provocan enfermedades neurológicas y mentales. Sin embargo, aunque se han logrado avances en los tratamientos, no se han producido a un ritmo similar. Creemos que la TUS puede llenar ese vacío y, a través de nuestra investigación hasta este momento, hemos descubierto cómo puede ser una auténtica herramienta de búsqueda y rescate para el cerebro", explica la profesora Fouragnan.
"Los médicos y los pacientes están entusiasmados con su potencial y, si continúa el ritmo actual de desarrollo, podríamos tener una tecnología libre de riesgos que puede tener un impacto positivo en millones, si no miles de millones, de personas", concluye.