¿Edulcorante o azúcar? ¿Qué hace peligrar más tu salud?

Archivo - Edulcorante artificial - NENSURIA/ ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 3 (EDIZIONES)

   Actualmente, no hay evidencia suficiente para un reemplazo total y a gran escala de los azúcares por edulcorantes, pero se pueden utilizar con moderación, ya que su consumo es seguro.

   Así lo asegura en una entrevista con Europa Press Infosalus Rocío Martín O'Connor, dietista-nutricionista del Hospital Universitario San Rafael de Madrid, quien resalta igualmente que los edulcorantes pueden ser aceptables para el control de la glucemia en las personas con diabetes.

    "Ajustar gradualmente tus preferencias a sabores menos dulces puede ser una estrategia útil para ayudar a reducir la ingesta de azúcar y de edulcorantes en la alimentación. Los edulcorantes bajos en calorías pueden ser una herramienta de apoyo alternativa en este proceso", remarca esta experta.

    En este sentido, destaca que ni el azúcar ni los edulcorantes tienen efectos beneficiosos para la salud, por eso es aconsejable reducir el consumo de ambos: "Esto no significa erradicarlos ni restringirlos al 100%, simplemente ser conscientes y responsables a la hora de consumirlos".

    Aquí apunta que la población debe poner el foco en disminuir los alimentos altamente procesados e interpretar el etiquetado, ya que los productos hechos con edulcorantes también pueden darte una idea equivocada de que ese alimento es saludable por ser más bajo en calorías que el producto azucarado.

    EL ORIGEN DE LOS EDULCORANTES

Tal y como explica desde mediados del siglo XX ya se estudiaba el impacto del azúcar sobre la salud, especialmente sobre el aumento de enfermedades no transmisibles, como la obesidad o la diabetes.

    "Por ello, surgen como alternativa a los azúcares libres, los edulcorantes. Se trata de sustancias químicas y extractos naturales que pueden o no estar modificados químicamente y que, por lo general, son mucho más dulces que los azúcares, lo que permite agregarlos a alimentos, a las bebidas, y a otros productos en cantidades muy pequeñas", remarca.

    ¿Son mejores los edulcorantes artificiales que los naturales? Esta experta en nutrición responde que no necesariamente: "Aunque los edulcorantes naturales pueden parecer más saludables, también contienen calorías y pueden afectar la salud si se consumen en exceso. La clave es el consumo moderado".

    ¿CUÁL ES MÁS PERJUDICIAL?

En este contexto, O'Connor remarca que existe una gran cantidad de evidencia científica que destaca los efectos negativos de la ingesta de azúcar libre, especialmente ante el consumo de fructosa y de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, sobre las enfermedades crónicas como el sindrome metabólico, las enfermedades cardíacas, o incluso deterioros cognitivos, depresión, y ciertos tipos de cáncer.

    "No obstante, la gran mayoría de estos estudios habla del consumo excesivo o prolongado del mismo, y en poblaciones más específicas. Además, numerosos metaanálisis han revelado que un mayor consumo de azúcar está asociado con un mayor consumo de energía en general, potenciando el desarrollo de obesidad y de todas sus comorbilidades asociadas", advierte.

    Por otro lado, debido a su capacidad endulzante sin aportar calorías, alerta de que los edulcorantes se comercializan generalmente como una ayuda para la pérdida de peso o el mantenimiento de un peso saludable: "Es por esto que la población general los asocia con beneficios respecto al azúcar convencional".

    IMPACTO DE LOS EDULCORANTES SOBRE LA MICROBIOTA Entonces, se pregunta O"Connor si podemos decir que tenemos la solución a estas enfermedades, señalando que esto no es del todo cierto dado que, debido al aumento del consumo de los edulcorantes, han surgido nuevos estudios que hablan sobre su impacto negativo en la salud, especialmente en la microbiota y sobre eventos cardiovasculares.

    "Lamentablemente, todavía no hay un consenso claro sobre la relación entre los edulcorantes y el peso a largo plazo, o si están relacionados con otros efectos a largo plazo sobre la salud dentro de la ingesta diaria admisible. En general, los edulcorantes son seguros en cantidades limitadas (establecidas por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), aunque se ha visto que en grandes cantidades, así como en personas con enfermedades inflamatorias digestivas pueden empeorar los síntomas digestivos como la hinchazón abdominal, los gases, o incluso las diarreas", mantiene.

    Además, esta especialista del Hospital Universitario San Rafael dice que se han visto algunos beneficios de la toma de edulcorantes, como la reducción de caries dentarias, y un menor impacto en el aumento de la glucosa en personas con diabetes mellitus.

    "En cuanto a la pérdida de peso los datos son más confusos. Parece que pueden ayudar con la pérdida de peso a corto plazo; sin embargo, no se han hecho estudios a largo plazo. En cuanto a los efectos adversos, algunos estudios apuntan a que su consumo excesivo puede ser un factor de riesgo modificable para la prevención de enfermedades cardiovasculares o cáncer, especialmente de los edulcorantes artificiales, del aspartamo, y del acesulfamo-K", añade.

    CLASIFICACIÓN DE LOS EDULCORANTES

Los edulcorantes se pueden se pueden clasificar según su procedencia en naturales o artificiales, según precisa. Indica esta dietista-nutricionista que los naturales se extraen de fuentes vegetales; mientras que los artificiales se fabrican mediante procesos industriales.

    A su vez, resalta que los edulcorantes se pueden clasificar según su contenido energético: calóricos o no calóricos. "Los edulcorantes no calóricos son percibidos como dulces por nuestros receptores sensoriales, pero no se metabolizan como azúcar, sino que pasan directamente al intestino donde se desechan del organismo. Por eso, un consumo elevado puede acarrear diarreas y gases", agrega.

    Principales tipos de edulcorantes naturales, tal y como detalla:

Acalóricos:

- Estevia: Derivado de las hojas de la planta de estevia.

- Aspartamo (artificial): 200 veces más dulce que el azúcar. - Sucralosa (artificial): muy común en productos bajos en calorías.

- Sacarina (artificial): usada en bebidas y en postres.

- Ciclamato (artificial): a menudo combinado con sacarina para potenciar el sabor.

Calóricos:

- Miel: Endulzante natural producido por las abejas.

- Jarabe de agave: Derivado del agave.

- Fructosa: Endulzante natural presente en muchas frutas.

¿POR CUÁL DECANTARNOS?

    Si bien es cierto que estos resultados tan ambiguos pueden llevar nuevamente a la incertidumbre y al caótico mundo de la elección correcta de los alimentos, reconoce esta experta, la clave de una alimentación reside en el equilibrio y hay que evitar los extremos.

    "El verdadero problema es que estamos acostumbrados a sabores muy dulces, ya sea por azúcar o por edulcorantes. Esto genera diferentes propiedades sensoriales, lo que puede afectar de manera diferencial al apetito, a la activación de la recompensa cerebral, a la microbiota intestinal, al metabolismo, y al peso corporal. Por ello, los sabores naturales pierden nuestro interés y tendemos a elegir alimentos ultraprocesados, desplazando el consumo de alimentos más nutritivos como las verduras, frutas, legumbres, frutos secos, huevos, pescados, carnes, o cereales", sostiene.

    "Una vez más, vemos la complejidad de la alimentación, lo que indica la importancia del papel de los dietistas- nutricionistas en el tratamiento nutricional individualizado de cada paciente", concluye