MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
La función cerebral de los pacientes con la enfermedad de Parkinson mejora con el ejercicio regular, reforzando las conexiones entre las distintas áreas cerebrales e inhibe el encogimiento del cerebro, según un estudio del Radboud University Nijmegen Medical Centre (Países Bajos).
En el Parkinson, las células productoras de dopamina en el cerebro mueren. Como resultado, los pacientes experimentan una variedad de síntomas, que van desde movimientos más lentos hasta el temblor de un brazo o una pierna.
Un estudio de 2018 mostró que los síntomas se estabilizaron en los pacientes que se ejercitaron intensamente en una bicicleta estática tres veces por semana, en comparación con un grupo de control que solo realizó ejercicios de estiramiento. También se tomaron imágenes de resonancia magnética de ambos grupos de participantes, cuyos resultados se han publicado ahora en la revista científica 'Annals of Neurology'.
Muchas personas con Parkinson desarrollan dificultades con los movimientos automáticos, como caminar. Esto se debe a que la parte del cerebro que controla estas rutinas está afectada. Los investigadores observaron en los escáneres de resonancia magnética que en los pacientes físicamente activos, las redes cerebrales eran más fuertes entre las partes que habían sido relativamente salvadas por la enfermedad de Parkinson.
"A estas partes del cerebro se les da un papel más fuerte en toda la red cerebral. Vemos esto como una estrategia de compensación del cerebro: compensa el hecho de que los movimientos automáticos, como caminar, se vuelven más difíciles", explica Rick Helmich, neurólogo e investigador principal del estudio.
EL VOLUMEN DE MATERIA GRIS DEL CEREBRO SE ESTABILIZA
Los investigadores también analizaron el volumen de materia gris del cerebro, donde se encuentran los cuerpos celulares de las células nerviosas. Esto demostró claramente que el volumen de la materia gris se mantuvo estable a lo largo del tiempo en los pacientes que estuvieron activos en la bicicleta estática durante seis meses.
En el grupo que realizó ejercicios de estiramiento, el volumen de materia gris disminuyó con el tiempo. "Estos resultados están en consonancia con estudios anteriores que han demostrado que las personas que hacen ejercicio activamente desarrollan más conexiones entre las células cerebrales. Esto significa que al hacer ejercicio no sólo se entrenan los músculos, sino también el cerebro", apunta Helmich.
Por último, los pacientes que realizaban actividad física también mejoraban su capacidad de controlar los movimientos. "Pedimos a los participantes que realizaran varias tareas cognitivas con movimientos oculares para medir la capacidad de los pacientes de controlar los movimientos automáticos. Resultó que el grupo físicamente activo se desempeñó mejor en esto que el grupo de control: mejoraron su propio desempeño desde seis meses antes, mientras que el grupo de control no cambió. En las resonancias magnéticas vimos entonces que su rendimiento estaba directamente relacionado con su estado físico, medido por su capacidad pulmonar. Eso demostró: cuanto más en forma, mayor es el control de los movimientos automáticos", explica otro de los responsables del estudio, Martin Johansson.
El ejercicio es bueno para el cerebro
Los investigadores sospechan que el ejercicio intenso mejora la función cerebral al estimular la capacidad compensatoria, no al ralentizar la enfermedad de Parkinson. Rick Helmich: "Sabemos que el deporte es bueno para el cerebro. Para todo el mundo, pero ciertamente también para las personas con la enfermedad de Parkinson. Estos resultados tienen importantes implicaciones: el ejercicio provoca cambios en el cerebro que pueden reducir los síntomas del Parkinson. Espero que las personas con Parkinson tomen esto como una gran motivación para hacer más ejercicio. En esta época de cierres frecuentes, también enfatiza la importancia del ejercicio y el deporte."