MADRID 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Anglia Ruskin (ARU) en Inglaterra han observado una fuerte asociación entre la actividad física y una mejor salud mental. Aunque inicialmente podría parecer que no se trata de resultados novedoso lo cierto es que han confirmado sus beneficios incluso cuando se realiza una actividad física de baja intensidad.
Tras realizar una revisión general de estudios realizados en todo el mundo encontraron que la actividad física reducía el riesgo de depresión en un 23 por ciento y la ansiedad en un 26 por ciento. Además, se encontró una asociación particularmente fuerte entre la actividad física baja y moderada, que incluía actividades como jardinería, golf y caminar, y un riesgo reducido de depresión. Sin embargo, esto no se observó claramente en el ejercicio de alta intensidad.
La actividad física también se asoció significativamente con un riesgo reducido de enfermedades mentales graves, incluida una reducción de la psicosis/esquizofrenia en un 27 por ciento.
El análisis, publicado en la revista 'Neuroscience and Biobehavioural Reviews', ha mostrado que las consluciones fueron consistentes tanto en hombres como en mujeres, en diferentes grupos de edad y en todo el mundo.
"Prevenir eficazmente las complicaciones de salud mental se ha convertido en un gran desafío y un área de suma importancia en el ámbito de la salud pública. Estas afecciones pueden ser complejas y requerir un enfoque de tratamiento múltiple, que puede abarcar intervenciones farmacológicas, psicoterapia y cambios en el estilo de vida", señala el autor principal, Lee Smith, profesor de Salud Pública en la Universidad Anglia Ruskin (ARU).
"Estos efectos de la intensidad de la actividad física sobre la depresión resaltan la necesidad de pautas precisas de ejercicio. El ejercicio moderado puede mejorar la salud mental a través de reacciones bioquímicas, mientras que el ejercicio de alta intensidad puede empeorar las respuestas relacionadas con el estrés en algunos individuos", añade.
"El hecho de que incluso niveles bajos a moderados de actividad física puedan ser beneficiosos para la salud mental es particularmente importante, dado que estos niveles de actividad pueden ser más alcanzables para las personas que pueden hacer pequeños cambios en su estilo de vida sin sentir que necesitan comprometerse con un alto nivel de actividad física programa de ejercicios de intensidad", concluye.