MADRID, 14 Jun. (EDIZIONES) -
El juego es muy importante para los niños, ya que facilita el bienestar y el desarrollo positivo, según defiende la Asociación Española de Pediatría (AEP). A su vez, esta entidad mantiene que los niños que cuentan con suficientes momentos para jugar libremente crecen más saludables, desarrollan más sus capacidades de todo tipo, y rinden mejor en la escuela.
"El juego es muy importante desde que es un bebé, durante los primeros años y a lo largo de toda la infancia", subraya, al mismo tiempo que indica que los juguetes son importantes en el desarrollo del niño porque estimulan sus capacidades cognitivas, el desarrollo del lenguaje y la interacción con los demás, así como el juego simbólico y el juego de imitar acciones y roles, aparte por supuesto de la actividad física y del mantenerse activo y en movimiento.
"El juego ayuda a los niños a relajarse, a controlar sus impulsos agresivos, a expresar lo que piensan, lo que sienten y lo que desean, a desarrollar sentimientos positivos ante los demás, a ponerse en su punto de vista, a compartir y a conocer el mundo que les rodea. Se puede decir que un niño activo es un niño feliz, con la mente despierta y en continuo proceso de aprendizaje", asevera la AEP.
Precisamente, en 'Dos pediatras en casa' (Zenith), Elena Blanco y Gonzalo Oñoro, médicos especialistas en Pediatría, y padres de dos hijos, llaman la atención sobre el hecho de que, aunque todos los niños juegan a lo largo de la infancia, no todos los padres son capaces de ofrecerles recursos para que el juego sea una experiencia que les ayude en su desarrollo neuropsicológico.
"Todos los niños juegan. El juego es fundamental para el desarrollo madurativo del niño. Con él tienen un contacto o ensayan sobre la vida adulta, y el juguete, no es necesario que sea comprado. Además, cuando un niño tiene un juguete jugará más tiempo, según los estudios", señala Elena Blanco en una entrevista con Infosalus.
Aquí la pediatra recuerda que hay juguetes que valen para muchas cosas, mientras otros se centran en una sola actividad, indicando, por ejemplo, que las construcciones sirven para la estimulación de la coordinación final; al tiempo que si los juguetes son de colores estimulan la vista, y se pueden emplear también para que identifiquen colores, para fomentar la motricidad o la imaginación.
Gonzalo Oñoro, por su parte, señala que el juego es una actividad esencial en la infancia, ya que facilita el desarrollo cerebral y potencia diferentes parcelas cerebrales relacionadas con la actividad física, las relaciones sociales, la solución a problemas o el control de las emociones.
"A través del juego el niño conoce el mundo que le rodea y adquiere nuevas habilidades", sostienen en el libro, al tiempo que precisan que un juguete es "cualquier objeto que invite al juego", incidiendo en que no es necesario que se haya comprado, ya que cualquier cosa que ronde por casa o que el niño haya encontrado en la naturaleza puede cumplir esa función.
¿CUÁL ES EL MEJOR JUGUETE?
Desde la AEP se recuerda que a la hora de escoger un determinado juguete lo importante es decantarse por aquellos vinculados con el desarrollo del niño, de forma que le permitan manipular, interaccionar con los cuidadores, explorar y usar la imaginación. "El juego imaginativo facilita el desarrollo del lenguaje, la autorregulación, el pensamiento simbólico y el desarrollo social y emocional. Los juguetes que simulan, como muñecas, animales y figuras, y los juguetes asociados, como comida, utensilios, coches, aviones y construcciones ayudan a utilizar palabras y a establecer historias, imitar, describir, y poder manejar las circunstancias y sentimientos de cada niño", agrega.
A su vez, mantiene que el juego de solventar problemas incluye a los juguetes tradicionales, con bloques y puzzles, que pueden ayudar en el desarrollo de las habilidades motoras y del lenguaje. "Los juguetes que promueven la realización de actividad física, como las pelotas, facilitan el desarrollo motor, la autorregulación y la interacción con otros niños. Para los más pequeños son recomendables los juegos de manipulación, como puzzles sencillos, juegos con cubiletes y bloques para apilar, juguetes para golpear (tambores, xilófonos), y juegos de cubo y pala en el parque", subraya la Asociación Española de Pediatría.
Igualmente, 'Dos pediatras en casa' destacan la importancia de que en el juego haya una interacción con los cuidadores porque, según señalan, el juego desarrolla el lenguaje y la interacción recíproca, y se promueve el aprendizaje apoyado por los adultos, además de mejorar la relación con los padres y cuidadores.
Otro aspecto a tener en cuenta, en su opinión, es si decantarse por un juguete electrónico, que emite luces y sonidos y prometen ser un estímulo supuestamente imprescindible para el desarrollo de los niños, o bien por los juguetes tradicionales.
"Numerosos estudios han demostrado que esta clase de juguetes de última generación impiden que el niño experimente verdaderamente y practique el juego libre. Suelen ser juguetes en los que el niño no es más que un espectador pasivo que aprieta un botón. Además, son repetitivos, lo que merma la capacidad de imaginación, y atrapan demasiado su atención, lo que imposibilita que el niño interactúe con los niños de su entorno", sostienen, a la vez que advierten de que estos dispositivos electrónicos fomentan el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad.
Con todo ello, entre los criterios para elegir el mejor juguete, Blanco y Oñoro defienden:
1.- Conocer el niño al que va el juguete y la fase del neurodesarrollo en la que se encuentra, y cuáles son las nuevas habilidades que podrían fomentarse. Por ejemplo, dicen que no es lo mismo regalar un juguete a un ñiño de un año que ya camina que a uno que no lo hace todavía.
2.- Es preferible que tenga a su disposición pocos juguetes que estimulen diferentes esferas del desarrollo que muchos juguetes centrados solo en un tipo de juego.
3.- Elegir juguetes evolutivos que crezcan con el niño. Por ejemplo, una cocinita puede estimular el motor fino y grueso cuando el niño es pequeño y el juego simbólico cuando se hace mayor.
4.- Aunque existen estudios que han relacionado la preferencia de un tipo de juguete con el sexo del niño, es importante que tengan a su disposición diferentes opciones, independientemente de su género.
UNA HORA DE PARQUE AL DÍA ES NECESARIA
En este punto, Elena Blanco recuerda que desde la Asociación Española de Pediatría y la Academia Americana de Pediatría se recomienda que los menores de dos años tengan cero horas de exposición a las pantallas y desarrollen el juego libre durante todo el día. "Por encima de esta edad, una hora como máximo de televisión al día. Es muy importante que los pequeños realicen actividad física intensa, al menos, durante una hora al día, lo que podría ser perfectamente una hora de parque, más la actividad física que realicen en el colegio", agrega.
Gonzalo Oñoro remarca por su parte que la hora de actividad física en el colegio cuenta, pero no la tienen todos los días, por eso subraya el papel tan importante de las extraescolares, precisando también que una actividad física es salir a caminar con los padres, con la bicicleta, o por ejemplo con los patines.