Las emisiones de las pastillas de freno pueden ser más tóxicas que los gases de los motores diésel

Archivo - Imagen de archivo de contaminación procedente de coches.
Archivo - Imagen de archivo de contaminación procedente de coches. - TRAVEL WILD/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 17 febrero 2025 18:50

MADRID 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de la Universidad de Southampton (Reino Unido) ha descubierto que las partículas microscópicas emitidas por algunos tipos de pastillas de freno de uso común pueden ser más tóxicas que las que se encuentran en los gases de escape de los vehículos diésel.

Así, la investigación, publicada en 'Particle and Fibre Toxicology', demuestra que una mayor concentración de cobre en algunas pastillas está asociada a mayores efectos nocivos en las células sensibles de los pulmones de las personas, como consecuencia de la inhalación de partículas.

La exposición a la contaminación generada por coches, furgonetas y camiones se ha relacionado desde hace tiempo con un mayor riesgo de enfermedades pulmonares y cardíacas. Sin embargo, aunque en el pasado la atención se ha centrado principalmente en las emisiones de gases de escape, también se liberan partículas al aire por el desgaste de los neumáticos, la calzada y las pastillas de freno, emisiones que en gran medida no están reguladas por la legislación.

Estas fuentes de contaminación no procedentes del tubo de escape son actualmente responsables de la mayor parte de las emisiones de partículas de los vehículos en el Reino Unido y en partes de Europa, siendo el polvo de los frenos el principal contribuyente.

El autor principal del estudio, el doctor James Parkin, explica que el paso a los coches eléctricos está agudizando el problema: "Por lo general, la gente asocia la contaminación de los coches a la procedente de los tubos de escape y piensa que los vehículos eléctricos tienen cero emisiones. Sin embargo, los vehículos eléctricos siguen produciendo partículas debido a la fricción y el desgaste de la carretera, los neumáticos y los frenos".

"Queríamos entender cómo afectan los distintos tipos de composición química de las pastillas a la toxicidad de las partículas emitidas y qué puede significar esto para la salud de las personas", ha añadido.

Los científicos realizaron un estudio en profundidad sobre los efectos en la salud pulmonar de las partículas procedentes de cuatro tipos distintos de pastillas de freno con diferentes composiciones químicas: poco metálicas, semimetálicas, orgánicas sin amianto e híbridas-cerámicas. Los investigadores estaban especialmente interesados en las partículas más pequeñas, de PM2,5 e inferiores (a menudo denominadas PM finas), 30 veces más pequeñas que el diámetro de un cabello humano.

Estas partículas diminutas pueden abrirse paso más allá de las vías respiratorias superiores y penetrar en los delicados alvéolos pulmonares, que permiten el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono desde y hacia el torrente sanguíneo. Las partículas finas procedentes de diversas fuentes se asocian a más de cuatro millones de muertes prematuras al año en todo el mundo.

Las partículas de las pastillas de freno se recogieron con un equipo especializado. En el laboratorio, el equipo de Southampton utilizó muestras de células del revestimiento del pulmón y las expuso a las partículas finas para medir sus efectos, como el estrés oxidativo, la inflamación o la muerte de las células.

TAMBIÉN LAS PRODUCEN LOS COCHES ELÉCTRICOS

Los resultados mostraron que, de los cuatro tipos de pastillas de freno, las pastillas orgánicas sin amianto eran las más potentes en cuanto a inducción de inflamación y otros marcadores de toxicidad, y más tóxicas para las células pulmonares humanas que las partículas de escape de gasóleo. Las pastillas cerámicas fueron las segundas más tóxicas. Es importante señalar que tanto las almohadillas orgánicas sin amianto como las cerámicas contienen altas concentraciones de cobre, y experimentos posteriores para eliminar este cobre descubrieron que las partículas eran menos tóxicas.

Los resultados sugieren que una reducción del contenido de cobre en las pastillas de freno podría ayudar a mitigar algunos de los efectos nocivos de las partículas de los vehículos. La contaminación atmosférica, incluida la procedente de los automóviles, se ha relacionado con una serie de afecciones, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las enfermedades cardiovasculares, la demencia y la fibrosis pulmonar idiopática (cicatrización del pulmón).

"Esta investigación tiene importantes implicaciones para la salud y la política futura, porque a medida que cambiemos los coches diésel y de gasolina por vehículos eléctricos, las emisiones de partículas no procedentes de los gases de escape seguirán existiendo. Las emisiones no procedentes de los gases de escape podrían aumentar con el tiempo debido a que los vehículos eléctricos son más pesados que los de motor de combustión y crean mayor fricción", ha indicado el supervisor del proyecto, el profesor Matthew Loxhan.

Los investigadores subrayan que, aunque los vehículos eléctricos no emiten gases de escape, no están exentos de emisiones y que los efectos sobre la salud de las emisiones de los vehículos no desaparecerán necesariamente por completo una vez que el parque automovilístico esté totalmente electrificado. Sugieren que la legislación actual, centrada en las emisiones de escape de partículas, puede ser inadecuada para mitigar por completo los efectos de los vehículos sobre la salud en el futuro.

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