Sus sensaciones agradables ayudan a paliar aspectos negativos de la cotidianeidad
MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El enamoramiento puede provocar síntomas livianos de ansiedad y estrés ante la ausencia temporal de la pareja, tal y como ha indicado a Europa Press el miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP), Esteban Cañamares, con motivo de la celebración este jueves, 14 de febrero, del Día de San Valentín.
A su juicio, la ausencia prolongada de la persona a la que se ama puede generar también "intranquilidad y la sensación de que el tiempo no corre", aunque esta sintomatología no se da a un nivel patológico. No obstante, manifiesta que algunas personas pueden sentir "que nada tiene sentido" si no se está con esa persona.
Además, expone que algunas personas lo califican "como una especie de psicosis pasajera entre comillas porque se pierde un poco el sentido de la realidad". De cualquier forma, "no llega a ser un trastorno", subraya el psicólogo.
El enamoramiento "produce una gran ilusión y la sensación de que se está completo", indica Cañamares al tiempo que lo compara con la estancia en el vientre materno, ya que "es un poco tener la sensación de plenitud que se tenía en aquel momento". Para él, es un momento de energía en el que uno se siente capaz de todo y basta con la presencia de la persona que se ama para sentirse bien".
A pesar de que insiste en que cuando ésta no está, se produce "una mezcla de plenitud y desazón", sostiene que las sensaciones que provoca son positivas, algo que hace pensar que mitiga otros aspectos negativos de la cotidianeidad de la persona. "Para un parado, aparte de encontrar trabajo, sería ideal estar enamorado", señala al respecto.
En cuanto a las diferentes sensaciones que se experimentan en función del sexo y la personalidad de la personas, Cañamares afirma que "básicamente" no existen entre hombres y mujeres, aunque reconoce que "hay algún matiz". Sin embargo, manifiesta que las características de la personalidad "influyen para matizar la experiencia", ya que hay personas más controladoras y más relajadas.
LA RUPTURA ES LA SEGUNDA MÁS ESTRESANTE PARA LAS PERSONAS
El efecto del enamoramiento, que "puede distraer de otras tareas", provoca polémica en cuanto a la duración que tiene, apunta el autor de la obra 'Te quiero, yo tampoco'. Para él, "es muy socorrido decir que se prolonga durante dos años", algo con lo que asegura no estar de acuerdo porque "puede durar mucho, y hasta para siempre, para los más afortunados".
En los casos en que el amor no llega a buen puerto se produce "un gran dolor y una sensación de estar incompleto" que puede derivar en "estrés, ansiedad y, en algún caso, depresión", indica Cañamares. De hecho, en Psicología, "es la causa más estresante tras la muerte de un ser querido", aunque "el tiempo hace milagros y la persona se recupera", sentencia.
Por su parte, el vocal de la Sociedad Española de Neurología, el doctor Carlos Tejero, expone que el enamoramiento es, ante todo, un proceso neurológico porque "el órgano del amor es el cerebro". La explicación a esta afirmación la encuentra en que es éste el que libera la noradrenalina que viaja por el cuerpo y activa otras estructuras, como son "la pared de los vasos sanguíneos, el corazón y el tubo digestivo".
Este proceso es el que hace que se tengan las sensaciones de que se acelera el corazón o de mariposas en el estómago, además de que hace que cambie la temperatura y el color de la piel. "Se le ha concedido un papel muy importante al corazón, cuando en realidad es secundario", asegura a Europa Press.
En todo ello, y mediante estímulos mayoritariamente visuales, intervienen hasta 12 áreas del cerebro que "están relacionadas con la memoria, el razonamiento y el procesamiento", explica. Las zonas más importantes que se activan son la amígdala, el núcleo accumbens y el estriado, que están vinculados "a la afectividad, la sensación de recompensa y a la capacidad de atención", respectivamente, afirma.
Además, se liberan otras sustancias como la serotonina, "que tiene que ver con los procesos afectivos"; y la dopamina, "que se relaciona también con la capacidad de atención", sostiene el miembro de la SEN. Por último, las endorfinas tienen un papel secundario, y la oxitocina "potencia los lazos afectivos", concluye Tejero.