MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un trabajo liderado por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM) ha demostrado el papel de un receptor neuronal en el aumento del colesterol neuronal, lo que contribuye a las alteraciones psiquiátricas en la enfermedad de Niemann-Pick tipo C, por lo que este receptor sería una nueva diana terapéutica frente al que actuar para disminuir estos síntomas.
Se trata del receptor metabotrópico de glutamato, una proteína que también participa en eventos de plasticidad sináptica y cuyas alteraciones se han asociado a diferentes patologías psiquiátricas. Este receptor se localiza en el interior de las células y en su membrana plasmática, donde se une a regiones enriquecidas de colesterol, lo que "sugiere que la cantidad de este lípido puede ser importante para su función", ha señalado la autora principal de la investigación, María Dolores Ledesma.
El equipo investigador observó que, en las neuronas deficientes en NPC1, la proteína lisosomal que transporta colesterol, el exceso de colesterol atrapa al receptor en los lisosomas, reduciendo, por tanto, sus niveles en la membrana plasmática. "Hemos visto que el receptor es funcional cuando está en los lisosomas, por lo que su acumulación conduce a una sobre activación aberrante", ha señalado la investigadora del CBM, Violeta Enríquez Zarralanga, quien es también primera autora del estudio.
Los resultados de la investigación indican que el tratamiento oral con el fármaco CTEP, que bloquea al receptor metabotrópico de glutamato, reduce su actividad en los lisosomas y disminuye las alteraciones psiquiátricas en ratones modelo para la enfermedad de Niemann Pick tipo C.
ORIGEN Y SÍNTOMAS DE NIEMANN-PICK
Las enfermedades de Niemann-Pick son un grupo de enfermedades genéticas raras relacionadas con la acumulación de lípidos o grasas en los lisosomas. En concreto, el tipo C está causado por mutaciones en la proteína lisosomal que transporta colesterol, llamada NPC1. La enfermedad provoca la acumulación de colesterol en los lisosomas dando lugar, principalmente, a problemas neurológicos.
Los síntomas de este trastorno varían dependiendo de la edad de aparición (infantil, juvenil o adulta) e incluyen problemas motores y cognitivos, ataxia, convulsiones y alteraciones psiquiátricas que pueden derivar en psicosis y demencia.
"No se conocen los mecanismos moleculares que causan estos síntomas, aunque sí se ha demostrado que la proteína NPC1 puede influir en procesos de memoria y plasticidad sináptica", ha explicado la investigadora del CBM y primera autora del estudio, Ana Toledano-Zaragoza.