MADRID 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
La jefa del Servicio de Pediatría de Policlínica Gipuzkoa, Raquel Toba, ha advertido que la enfermedad Boca-Mano-Pie, común en la infancia, puede transmitirse antes de que aparezcan los síntomas, en el transcurso de la enfermedad e incluso algunos días después de haberse curado.
La enfermedad Boca-Mano-Pie, provocada por el virus Coxsackie, se caracteriza por la aparición de ampollas dentro y fuera de la boca, en las manos, los pies y, en algunos casos, pueden extenderse a las piernas y la zona glútea. Además, puede producir fiebre, malestar general y falta de apetito.
En la actualidad, no existe una vacuna para esta enfermedad y aunque se trata de una patología que suele ser leve y sus síntomas suelen desaparecer en una semana, puede generar malestar y afectar la alimentación de los niños.
Además, la rapidez del contagio entre los menores, debido a su transmisión a través de la saliva, mucosidad y heces, así como a su capacidad de supervivencia en objetos como pañuelos o juguetes, obliga a tomar algunas medidas de precaución para prevenir su propagación.
En este sentido, Toba ha reclamado extremar las medidas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, usar pañuelos desechables y desinfectar superficies. También ha aconsejado evitar la asistencia a la guardería o el colegio si el niño presenta fiebre o dificultad para comer.
TRATAMIENTO
Asimismo, ha indicado que es importante acudir al médico para confirmar el diagnóstico, ya que existen otras enfermedades con síntomas similares, pero de distinta evolución. "Siempre se debe consultar al pediatra si el niño presenta un mal estado general o no puede comer o beber debido a las lesiones en la boca", ha destacado la especialista.
El tratamiento de esta infección es sintomático, es decir, se enfoca en aliviar los síntomas sin curar la enfermedad en sí. Para ello, se recomienda el uso de antipiréticos y analgésicos en caso de fiebre o malestar.
La doctora ha precisado que, alrededor de un mes y medio después de la infección, pueden aparecer pequeños surcos en las uñas de las manos e incluso llegar a caerse. "No requiere tratamiento, ya que las uñas vuelven a crecer con normalidad", ha señalado. A largo plazo, el contacto con el virus genera inmunidad en los niños.