MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
El investigador Luis Enjuanes, que dirige el laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CNB-CSIC) y está trabajando en el desarrollo una vacuna contra el COVID-19, ha señalado que "por supuesto" el SARS-CoV-2 proviene de los murciélagos, aunque ha puntualizado que todavía no está claro el animal intermedio por el que pasó el virus hasta llegar a los humanos.
En una conferencia en los Cursos de Verano de El Escorial, bajo el título 'La ciencia ante el desafío del COVID-19', el científico ha repasado la historia de los coronavirus y su llegada a los humanos, la gran mayoría desde murciélagos. Asimismo, ha explicado los datos básicos de otros virus que pasaron desde animales a personas en los últimos años, como el Zika o el ébola.
"Hoy en día conocemos seis coronavirus humanos. Cuatro de ellos nos producen una infección muy suave, conocido como resfriado común de invierno, que es más flojito que una gripe y se conocen desde los años 50. Todos nosotros, con toda probabilidad, hemos sido infectados en algún momento con estos coronavirus atenuados", ha apuntado Enjuanes.
De hecho, según algunos estudios, las personas que han pasado un resfriado provocado por otros tipos de coronavirus también podrían generar cierta protección contra el COVID-19. Una de estas investigaciones apuntó incluso que dos de cada diez individuos sanos sin exposición previa al virus albergan células T reactivas al SARS-CoV-2, lo que posiblemente indica que estas células T pueden reaccionar de manera cruzada al nuevo coronavirus debido a una infección anterior con coronavirus relacionados.
Por otra parte, se conocen el SARS, el MERS y el SARS-CoV-2, que son "mortales para el hombre", tal y como ha recordado el investigador. Sobre el virus del COVID-19, el investigador ha explicado que "todavía no se sabe exactamente de dónde viene". "Por supuesto que viene de los murciélagos, pero todavía no sabemos el animal intermedio entre los murciélagos y las personas. Se ha especulado que son los pangolines, eso no ha quedado demostrado. Hay alguna base pero no", ha expuesto.
En este contexto, ha detallado los que, a su juicio, son las 'peores' características de este nuevo virus, que lo convierten en especialmente problemático. "Lo peor en mi opinión es que produce una infeccion asintomática durante uno a catorce días, e incluso más, lo que ha facilitado su diseminación", ha apuntado.
"La segunda es que, a diferencia de SARS y MERS, sale activado antes de salir de la célula porque han incorporado un pequeño péptido. De forma que cuando sale ya puede infectar cualquier tejido, no como los otros", ha especificado. Asimismo, ha lamentado que la respuesta inmune que induce es "limitada", aunque ha puntualizado que "probablemente la respuesta de células T sea más fuerte y de más larga duración".
Por último, ha señalado a la "reemergencia" del virus en pacientes aparentemente recuperados. Según ha argumentado, el virus se podría quedar en zonas del organismo con menos circulación sanguínea, donde se 'escondría' hasta volver a dar la cara. Así, ha rechazado la idea de que sea un recontagio, sino más bien que el virus seguía en el cuerpo pese a dar negativo en PCR. "Esto pasó con el ébola. Hubo gente que lo pasó aparentemente pero que a los seis meses salía la infección. Salía el virus en testículos o glóbulos oculares, donde hay menos circulación de sangre", ha concluido.