MADRID, 27 Dic. (EDIZIONES) -
Del mismo modo que no podemos alterar el significado de las palabras de un diccionario, los genes heredados de nuestros padres y los que aportaremos como herencia a nuestros hijos contienen instrucciones precisas que nuestro cuerpo no puede dejar de obedecer.
Si los genes fuesen palabras, el epigenoma sería la gramática que da sentido a las palabras y que permite ordenarlas en frases con sentido. "La gramática, sin embargo, es mucho más versátil y maleable. Dentro de unos límites podemos manipularla para redactar desde simples manuales de cocina a poesías excelsas llenas de emoción y sentimientos usando el mismo vocabulario. Lo mismo hace la epigenética, que tiene la función de regular el funcionamiento de todos nuestros genes para configurar el curso de nuestras vidas".
Así lo afirma en una entrevista con Infosalus el doctor en Biología e investigador y profesor de Genética en la Universidad de Barcelona David Bueno i Torrens, con motivo de la publicación de su libro 'Epigenoma para cuidar tu cuerpo y tu vida' (Plataforma Editorial).
En concreto, el término epigenética fue acuñado en 1953 para referirse al estudio de las interacciones entre genes y factores ambientales que se producen en los organismos. Las modificaciones epigenéticas se van construyendo con el paso del tiempo y, a veces, también se van eliminando. No son permanentes como los genes, sino temporales, aunque muy a menudo duran toda la vida.
Buena parte sí dependen de nosotros y de nuestro estilo de vida. Según cómo sea éste, y en función de los imprevisibles azares que nos depare la vida, se fijarán unas modificaciones epigenéticas u otras. E incluso en algunos casos dependen de nuestros propios pensamientos.
"Se trata de unas señales de tráfico que están puestas en nuestro genoma. Contiene todas las instrucciones para que funcionemos y nuestro cuerpo se forme desde la fecundación hasta ser viejos. Como cualquier manual de instrucciones hay que leerlo bien y la epigenética sería como las normas sintánticas que permiten leer bien toda la información, dicen cuándo usar cada palabra, en qué cantidad, o cuándo dejar de usarla, por ejemplo. Es como tener una carretera, que sería nuestro genoma, y pones una señal que limita la velocidad, otra que hay que ir a 50 etc. La carretera es la mismo, pero funcionará de otra manera porque has limitado la velocidad, o has hecho un stop, o un sentido obligatorio, son señales que permiten que el genoma funcione de manera correcta", explica el también divulgador científico.
En concreto, dice que son moléculas específicas que se pegan al ADN o a las proteínas que lo acompañan y se ponen en función de las condiciones ambientales, además de ayudar a regular el genoma.
Por ejemplo, dice que una persona con una dieta rica en azúcares necesita producir más enzimas para degradarlos, los genes que gestionan los azúcares están más activos porque tienen señales que les hacen estar más activos. "Es la forma de adaptar el funcionamiento del genoma a la vida que cada persona lleva", sostiene Bueno i Torrens.
A su juicio, el epigenoma es importante porque se ha visto que muchos de estos factores ambientales, las modificaciones que introducimos, pueden favorecer algunos aspectos del genoma o bien perjudicar otros. "Se ha visto que sustancias tóxicas como el humo del tabaco provoca modificaciones epigenéticas en varias docenas de genes para que los pulmones se acostumbren a respirar ese aire contaminado. El efecto secundario es que aumentan las posibilidades de tener cáncer de pulmón. Cuando un fumador deja de fumar puede pensar que ha quedado libre de este riesgo pero se ha visto que estas modificaciones epigenéticas pueden permanecer en los genes de sus pulmones durante unos 20 años y es donde está la importancia médica", explica el biólogo.
Según señala, otro ejemplo sería por ejemplo un consumo excesivo de grasas, ya que éste hace que se activen unos genes a través de modificaciones epigenéticas para que puedas digerirlas mejor y como consecuencia aumenta la posibilidad de que se pueda padecer diabetes en el futuro.
"Por ello, se permite ver que estas modificaciones epigenéticas están en el origen de muchas enfermedades y permite explicar por qué hay personas que tienen determinadas enfermedades. La epigenética está en fase de investigación y el campo sanitario en el que está más avanzada es en el del cáncer. Se ha visto que muchos procesos cancersos tienen origen epigenético y hay pruebas que, según qué modificaciones epigenéticas tenga el paciente, indican qué tratamiento le funcionará mejor para el cáncer, es algo que se está empezando a usar", celebra el experto.
FUTURO DE LA EPIGENÉTICA
Así con todo, a juicio de este experto en Genética, la epigenética pasa primero por identificar qué modificaciones pueden ocasionar enfermedades. "Se puede emplear como método diagnóstico y como pronóstico", indica.
Después para ver cuál es el origen de estas modificaciones y qué factores ambientales las hacen más habituales. El humo del tabaco es obvio que provoca enfermedades así como el alcohol, pero también hay otras costumbres que no se saben que producen modificaciones epigenéticas que pueden resultar nocivas", añade el especialista.
En tercer lugar cree que desarrollar fármacos epigenéticos que permitan reconducir estas modificaciones cuando estén mal hechas. "Se tienen unas modificaciones epigenéticas que te hacen ser propenso a tener trastornos mentales, cáncer, diabetes por ejemplo, y si se identifica cuáles son a través de un fármaco se podrá cambiar el epigenoma, como mínimo para disminuir la severidad del trastorno", agrega David Bueno i Torrens.