MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El perfil de modificaciones químicas del ADN de las celulas CAR-T administradas al paciente determina su eficacia clínica, según ha demostrado el grupo del doctor Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC), profesor de Investigación ICREA y catedrático de Genética en la Universidad de Barcelona.
El estudio, publicado en 'The Journal of The National Cancer Institute', revista oficial del Centro Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, ha sido posible gracias a la colaboración con investigadores del Hospital Clínic de Barcelona, el Hospital Pediátrico Bambino Ges de Roma y del Centro Médico Sheba en Israel, pioneros en esta novedosa terapia.
Uno de cada cinco casos de cáncer afecta a las células de la sangre y los ganglios linfáticos, originando leucemias y linfomas, respectivamente. Aunque el tratamiento con fármacos ha supuesto un gran avance en su curación, existen casos donde no se produce respuesta clínica, o se genera una resistencia a los mismos.
Desde hace pocos, años existe una alternativa para estos casos: la terapia celular CAR-T, que recoge los linfocitos T de estos pacientes, los modifica mediante ingeniería genética en el laboratorio y los administra nuevamente al paciente, para que ataquen de forma más efectiva al cáncer. Esta estrategia ha significado una revolución en el campo del tratamiento de las enfermedades hematológicas malignas.
Esta innovadora nueva medicina celular, también denominada terapia de linfocitos T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T), no está exenta de problemas: la aparición de efectos secundarios, los casos insensibles a la misma y su elevado coste económico. Por todo ello, sería muy importante poder seleccionar que pacientes deberían recibir CAR-T y entender como mejorar las habilidades curativas de estas células.
"El tratamiento con células CAR-T ha devuelto la esperanza a pacientes con leucemias y linfomas donde habían fallado todas las terapias previas. Sin embargo, sabemos muy poco sobre los factores que influyen en el éxito o no de este tratamiento", comenta el doctor Esteller.
Estos investigadores decidieron mirar en detalle las caracteristicas moleculares de más de 100 muestras de células CAR-T proporcionadas a pacientes con leucemias y linfomas, y descubrireon que existía un perfil de regulación genética (epigenoma) que estaba asociado a la ausencia de reaparición de la enfermedad y a una mejor supervivencia global de estas personas.
"Además, este patrón epigenético es típico de linfocitos T jóvenes que como tienen una larga vida por delante y una mayor capacidad de permanecer en el torrente sanguíneo del paciente, quizás por ello son células CAR-T más eficientes. Vale la pena investigar ahora si estas subpoblaciones celulares serían ideales para ser seleccionadas y administradas; o podemos también enriquecerlas, usando fármacos epigenéticos que ya se usan en el contexto de otras leucemias y linfomas", concluye el investigador.