La epilepsia puede hasta cuadriplicar el riesgo de sufrir un ictus

Cerebro, epilepsia
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Actualizado: viernes, 27 octubre 2017 12:51


MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -

El jefe del Servicio de Neurología del Hospital Regional Universitario de Málaga, Pedro J. Serrano, ha asegurado que "sufrir epilepsia puede duplicar y, hasta cuadriplicar, el riesgo de tener un ictus", en el marco del IV Congreso de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP) celebrado en Madrid.

Las causas que explican esta cifra son múltiples y entre ellas destaca el efecto que tienen algunos fármacos clásicos antiepilépticos sobre el metabolismo lipídico y la aterogénesis (alteraciones que permiten la aparición en la pared de las arterias de un depósito de lípidos). Sin embargo, la SEEP ha matizado que, afortunadamente, con algunos fármacos antiepilépticos recientemente comercializados ya se ha evitado, en buena parte, este problema".

El doctor ha señalado, durante la sesión 'Epilepsia y envejecimiento cerebral', organizada en colaboración con la Sociedad Española de Neurología (SEN), que "siempre que encontremos un caso de epilepsia en pacientes de entre 60 y 65 años resulta fundamental realizar una ecografía de carótidas y un Doppler Transcraneal para saber si existen alteraciones en las arterias que indican la necesidad de aplicar un tratamiento preventivo con antiagregantes, control de la presión arterial y estudios del control del colesterol, la glucosa y el peso."

El congreso constituye el principal encuentro sobre epileptología en España y ha reunido recientemente en Madrid a más de 300 expertos de diferentes disciplinas médicas, con el objetivo de debatir acerca de los retos que se plantean en el abordaje de la epilepsia, que afecta en nuestro país a más de 600.000 personas, según datos del estudio EPIBERIA.

"Padecer un ictus eleva hasta 17 veces el riesgo de desarrollar epilepsia", ha manifestado el doctor Pedro J. Serrano. En este sentido, los estudios epidemiológicos muestran que la incidencia de epilepsia en función de la edad sigue una curva con dos picos importantes: uno de ellos en la infancia, con epilepsias connatales o de base genética; y otro en etapas avanzadas de la vida.

En este último caso, han explicado desde la Sociedad, "se trata de epilepsias que aparecen como consecuencia de enfermedades neurodegenerativas o cerebrovasculares como el ictus."