MADRID, 15 Ene. (INFOSALUS) -
'Escherichia coli' es una bacteria gramnegativa que pertenece a la familia de las enterobacterias y forma parte de la microbiota intestinal, siendo en ella muy prevalente. La mayoría de las personas está colonizada y en los individuos sanos no representa una amenaza aunque puede producir infecciones en determinadas situaciones de salud.
Según explica a Infosalus la doctora Patricia Ruiz, portavoz Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, existen tres grandes grupos de 'E. coli' según su capacidad de infectar al ser humano: cepas comensales, cepas patógenas extraintestinales (ExPEC) y las que ocasionan las infecciones gastrointestinales que en ciertas ocasiones pueden dar lugar a brotes epidémicos.
En el primer grupo de comensales se encuentran las que pertenecen a la microbiota y que tienen un papel beneficioso en el equilibrio de la flora intestinal pero que pueden llegar a producir enfermedad en personas inmunocomprometidas cuyo sistema inmune es más vulnerable. En estos casos los pacientes de cánceres hematológicos, quienes pasan por una cirugía como la intraabdominal o las personas con dispositivos urológicos son las más afectadas.
"Se rompe la integridad de las barreras de defensa del organismo y la bacteria puede pasar del intestino a la sangre. Cuando esto se produce, 'E. Coli' se comporta como un patógeno oportunista", aclara la doctora Ruiz, especialista del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de la Comunidad de Madrid.
Un segundo gran grupo de E. coli lo constituyen las cepas denominadas ExPEC, que tienen poder para causar enfermedad también en personas sanas y para ello primero tienen que colonizar nuestro intestino. Estas cepas con frecuencia originan infecciones urinarias (cepas uropatógenas) y tienden a acumular más factores de virulencia.
Estos factores de virulencia, por ejemplo, les confieren una mayor capacidad de adherirse al epitelio y pasar de la uretra a la vejiga o poseen la capacidad para captar hierro que nutre su metabolismo. Son bacterias además capaces de ocasionar bacteriemia u otras infecciones de cualquier localización extraintestinal de nuestro organismo.
EL BROTE ALEMÁN DE 2011
Por último, la doctora Ruiz nos habla de las infecciones gastrointestinales que ocasiona un tercer grupo de 'E. coli' entre las que se incluyen la diarrea del viajero. Estas bacterias, como las anteriores, tampoco se encuentran en el intestino humano sino que se adquieren al ingerir alimentos o aguas contaminadas. Son cepas enteropatógenas que en ocasiones pueden originar epidemias.
"En los países desarrollados existen protocolos de actuación cuando se detectan casos y se investiga el foco de origen pero en lo que se refiere a la diarrea del viajero la prevención pasa por tomar las medidas generales en el país que se visita que aconsejan los organismos públicos de salud como tomar los alimentos bien cocinados o beber agua embotellada", apunta la especialista.
Uno de los brotes más conocidos fue el de la variedad O104:H4 de 'E. coli' enterohemorrágica que ocasionó un foco epidémico con más de 3.000 afectados y tres decenas de fallecidos en Alemania en el año 2011. Tras la investigación que llevaron a cabo las autoridades sanitarias resultó tener su origen en los brotes germinados de soja de una granja de la Baja Sajonia y no en un lote de pepinos de origen español, como en un primer momento indicaron desde Hamburgo, con las consecuentes pérdidas económicas inmediatas para el sector.
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS: UN PELIGRO EN AUMENTO
Existen variedades de 'E.coli', sobre todo entre las cepas extraintestinales, que constituyen lo que se denominan clones de alto riesgo ya que poseen más mecanismos de resistencia a los antibióticos que otras variedades. Es más común en pacientes relacionados de forma crónica con el sistema sanitario que tienen que acudir con frecuencia a las instalaciones y pasan por continuos procedimientos médicos y que pueden resultar por ello colonizados.
"Desde los hospitales se trabaja en el control de la infección a través de medidas de higiene guiadas por un protocolo entre las que se incluyen el lavado de manos o la adecuada limpieza de las habitaciones y de todas las superficies hospitalarias", apunta la doctora Ruiz.
En el laboratorio no siempre se puede definir las variedades de 'E.coli' implicadas en una infección dada la innumerable variedad de cepas que existen en la población de 'E. coli'. Para identificar las cepas ExPEC es necesario recurrir a técnicas de microbiología molecular. Por el contrario, si es posible identificar las cepas enteropatógenas a través de un cultivos específicos .
La mayoría de infecciones urinarias como las cistitis de repetición o pielonefritis son causadas por las ExPEC, lo que requiere de la realización de un cultivo de orina y un antibiograma. En esta última técnica de laboratorio se enfrenta a la bacteria a los antibióticos utilizados en la clínica para analizar si es sensible o resistente y con ello seleccionar el antibiótico adecuado en cada caso.
La recurrencia depende del tipo de infección y del estado de salud de la persona pero en personas sanas suelen ser infecciones autolimitadas que se tratan bien una vez se ha identificado al patógeno y el antibiótico al que no presenta resistencia.
"En los tratamientos antibióticos más usados para la bacteria cada vez existen más resistencias, lo que limita las opciones terapéuticas en las infecciones más graves", señala la doctora Ruiz, para quien las guías y campañas del buen uso de los antibióticos son básicas para combatir la expansión mundial de las variedades de 'E. coli' más agresivas.
Las resistencias bacterianas pueden aparecer por una mutación en los genes bacterianos o bien porque las bacterias intercambian genes con otras bacterias. A las bacterias de 'E. coli' con más similitudes en cuanto a sus características genéticas, algo así a una 'familia' de bacterias, se les denomina clones. Uno de los clones de 'E. coli' más diseminados a nivl mundial es el denominado clon ST131, muy extendido a nivel hospitalario y que presenta una alta capacidad de resistencia frente a los antibióticos más potentes y más utilizados frente a este patógeno.
"Son poblaciones de 'E. coli' especiales más resistentes, más persistentes y capaces de diseminarse e imponerse sobre el resto de variedades gracias a su mayor capacidad para colonizar al ser humano u otros factores que todavía se desconocen. De ahí la importancia de pautar y tomar los antibióticos de forma responsable para evitar las infecciones oportunistas de patógenos resistentes", concluye Ruiz.