La esperanza de vida se desaceleró en toda Europa desde 2011
Noruega, Islandia, Bélgica, Dinamarca y Suecia, los países con mayores mejoras en la esperanza de vida después de 2011
MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El aumento de la esperanza de vida se ha desacelerado desde 2011 en la gran mayoría de los países europeos, incluido España, y se desaceleró aún más cuando se produjo la pandemia de COVID-19 en 2020, según se desprende de un estudio 'Esperanza de Vida en Europa del GBD 2021' publicado este lunes en 'The Lancet Public Health'.
El informe señala que la pandemia de COVID-19 provocó tasas de mortalidad excepcionalmente altas y disminuciones correspondientes de la esperanza de vida debido a la COVID-19 en muchos países. Así señala "urgente" desarrollar más estrategias intersectoriales nacionales e internacionales a largo plazo, que involucren a los gobiernos, las comunidades y para revertir la desaceleración de las mejoras en la esperanza de vida.
Se analizaron datos de Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Suecia) y las cuatro naciones del Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte y Irlanda) durante tres períodos de tiempo: 1990-2011, 2011-19 y 2019-21; y se compararon las tendencias en la esperanza de vida, las causas de muerte y los factores de riesgo estimados.
La tasa de mejora fue menor en 2011-19 que en 1990-2011 para todos los países excepto Noruega, donde el aumento anual medio de la esperanza de vida aumentó de 0,21 años en 1990-2011 a 0,23 años en 2011-19. Por el contrario, Inglaterra mostró la mayor disminución en la tasa de mejora entre estos dos períodos, pasando de un aumento anual medio de la esperanza de vida de 0,25 a 0,07. Islandia tuvo la menor disminución (0,19 frente a 0,18).
Entre 2019 y 2021, hubo una disminución general de la esperanza de vida anual media en todos los países (media general de -0,18 años [-0,22 a -0,13]), y todos los países tuvieron una caída absoluta de la esperanza de vida, excepto Irlanda, Islandia, Suecia, Noruega, Dinamarca y Bélgica.
La mejora fue muy marginal en el caso de Dinamarca, y marginal en el de Noruega, Suecia, Islandia e Irlanda, debido a las pequeñas mejoras y a los índices de supervivencia del 95 % relativamente amplios para este corto período. Bélgica no mostró cambios en la esperanza de vida durante este período. Las mayores disminuciones en 2019-21 se observaron en Grecia (cambio anual medio -0,61 e Inglaterra (-0,60).
Las causas de muerte responsables de las mayores mejoras en la esperanza de vida entre 1990 y 2011 fueron las enfermedades cardiovasculares y las neoplasias, como lo muestra el análisis de descomposición. Los países en los que las ganancias en la esperanza de vida atribuidas a estas causas de muerte fueron similares entre 1990-2011 y 2011-19 también fueron los países que mejor mantuvieron las mejoras en la esperanza de vida entre 1990-2011 y 2011-19: Noruega, Islandia, Bélgica, Dinamarca y Suecia.
Aunque Dinamarca fue uno de los mejores en mantener las mejoras en la esperanza de vida después de 2011, la contribución de las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares a las ganancias de la esperanza de vida se redujo en Dinamarca después de 2011, mientras que la contribución de las muertes relacionadas con neoplasias aumentó.
Estos países también mantuvieron o mejoraron marginalmente la esperanza de vida entre 2019 y 2021 durante la pandemia de COVID-19, cuando la esperanza de vida disminuyó en todos los demás países, excepto Irlanda. Durante 2019-21, en los países donde la esperanza de vida disminuyó, las disminuciones fueron atribuibles enteramente a muertes por infecciones respiratorias y otros resultados relacionados con la COVID-19, excepto en Grecia.
¿QUÉ PASÓ CON LA PANDEMIA?
Hasta la pandemia de COVID-19, las muertes por enfermedades cardiovasculares fueron el principal impulsor de las reducciones en la mejora de la esperanza de vida desde antes de 2011 hasta después de 2011, con reducciones en la cantidad en que las muertes por enfermedades cardiovasculares contribuyeron a las mejoras desde 1990-2011 hasta 2011-19 en todos los países excepto Grecia. Los países variaron en lo bien que mantuvieron el progreso con la mortalidad relacionada con neoplasias durante 2011-19.
Noruega, Dinamarca, Bélgica, los Países Bajos, Islandia, Portugal, Suecia, Luxemburgo, Francia y España tuvieron mayores ganancias en la esperanza de vida atribuida a muertes por neoplasias en 2011-19 en comparación con 1990-2011, mientras que Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Finlandia tuvieron menores ganancias en la esperanza de vida atribuida a muertes por neoplasias en el período posterior a 2011. En Alemania, Escocia y Grecia, la esperanza de vida atribuible a neoplasias disminuyó entre 2011 y 2019. En Austria, Irlanda e Italia, el aumento de la esperanza de vida atribuible a muertes por neoplasias se mantuvo prácticamente sin cambios entre 1990-2011 y 2011-2019.
Entre los países estudiados, aquellos con la mayor desaceleración en las mejoras de la esperanza de vida antes de la pandemia de COVID-19 fueron en general los más gravemente afectados por la COVID-19 y tuvieron algunas de las mayores disminuciones en la esperanza de vida en 2019-21. Grecia, las cuatro naciones del Reino Unido e Italia tuvieron las mayores disminuciones en la esperanza de vida entre 2019 y 2021.
Suecia e Irlanda tuvieron un alto número de muertes por infecciones respiratorias durante 2019-21, pero mantuvieron una mejora general en la esperanza de vida debido a la disminución de las muertes por enfermedades cardiovasculares y neoplasias. En comparación, los países del Reino Unido (Escocia en particular), Grecia e Italia mostraron disminuciones en la expectativa de vida porque estos países tenían altas tasas de mortalidad debido a infecciones respiratorias y otras consecuencias relacionadas con el COVID-19, mientras que lograron poco o ningún progreso en materia de enfermedades cardiovasculares y neoplasias.
Finalmente, sus hallazgos muestran que el estancamiento del progreso en la reducción de las muertes por las principales causas de enfermedades cardiovasculares y cáncer es atribuible a cambios en la exposición de la población a factores de riesgo comunes, incluido el IMC alto, y la alta exposición continua a riesgos alimentarios