MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de científicos dirigido por expertos del Cincinnati Children's (Estados Unidos) aporta una nueva comprensión sin precedentes de la anatomía "elegante" y "resiliente" de la médula ósea, al tiempo que genera evidencia de variaciones inesperadas en cómo el esqueleto responde a tensiones como infecciones o pérdida de sangre. Tal y como publican en 'Nature' observaron como la respuesta de la médula ósea en ratones varía según el tipo de estrés y el tipo de hueso, abriendo nuevos caminos para el tratamiento de cánceres de sangre, infecciones y más.
La investigación fue dirigida por los coautores Qingqing Wu, y Jizhou Zhang, y el autor correspondiente Daniel Lucas, todos de la División de Hematología Experimental y Biología del Cáncer del Cincinnati Children's. En total, 23 investigadores de cinco instituciones contribuyeron a este estudio innovador.
"Sorprendentemente, descubrimos que la respuesta a las agresiones hematopoyéticas varía según el esqueleto. Especulamos que ciertos huesos se han especializado para responder preferentemente a algunos insultos, y este será el foco de futuros estudios", afirman los coautores.
Los descubrimientos clave informados en el artículo incluyen nuevas herramientas que permiten visualizar la producción de sangre en el interior del hueso, permitiendo definir la anatomía básica de la formación de las células sanguíneas. Estos revelaron que las funciones de la médula ósea son muy sensibles y duraderas, pero no uniformes. El artículo describe cómo se forman cadenas y grupos de células dentro de la médula para actuar como fábricas de producción de células sanguíneas.
Se demostró, a su vez, que la ubicación importa, incluso durante la producción normal de células sanguíneas. Así, el equipo demostró que diferentes tipos clave de células progenitoras se mueven a través de diferentes microambientes a medida que maduran. Estos microambientes influyen significativamente en los tipos de células sanguíneas maduras que se producen. Diferentes microambientes dan lugar a glóbulos rojos que transportan oxígeno versus glóbulos blancos que combaten infecciones, y así sucesivamente.
Por otra parte, se encontraron variaciones inesperadas en las respuestas al estrés. Los investigadores compararon cómo respondió el sistema a tres tipos agudos de estrés: pérdida de sangre, infección por L. monocytogenes y tratamiento con factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF) (a menudo administrado para aumentar la producción de glóbulos blancos después de la quimioterapia). También midieron cómo el envejecimiento cambiaba el proceso.
El descubrimiento de sitios específicos de producción de células sanguíneas dentro de la médula ósea plantea nuevos desafíos y oportunidades para diagnosticar y tratar una serie de afecciones relacionadas con la sangre.
"Por ejemplo, nuestros datos muestran que las biopsias que extraen médula de un solo tipo de hueso pueden no proporcionar una imagen completa de cómo el sistema de producción de sangre se ha visto afectado por una enfermedad u otra agresión", expone Daniel Lucas. "Mientras tanto, los esfuerzos para estimular la producción de ciertos tipos de células sanguíneas pueden mejorar drásticamente si se centran en tipos de huesos específicos".