MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las personas que tienen un matrimonio estable y nunca se han divorciado o se han quedado viudas registran mejores perspectivas de supervivencia después de sufrir un accidente cerebrovascular, según se detectó en una nueva investigación que se publica en 'Journal of American Heart Association', la revista de acceso abierto de la Asociación Americana del Corazón/Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares.
"Nuestra investigación es la primera en demostrar que las experiencias matrimoniales actuales y pasadas pueden tener consecuencias significativas para el pronóstico después de un accidente cerebrovascular", afirma el autor principal, Matthew E. Dupre, profesor asociado en el Departamento de Medicina Comunitaria y Familiar y el Instituto de Investigación Clínica de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.
"Esperamos que un mayor reconocimiento y una mejor comprensión de estas asociaciones pueda permitir a los proveedores de atención médica identificar y tratar mejor a los pacientes que pueden estar en un riesgo potencialmente alto de morir después de sufrir un accidente cerebrovascular", añade.
El accidente cerebrovascular, una de las principales causas de discapacidad y muerte en Estados Unidos, afecta a casi 800.000 adultos cada año. Los factores de riesgo asociados al ictus (presión arterial alta, tabaquismo y diabetes) están bien establecidos, al igual que los factores relacionados con la recuperación de un accidente cerebrovascular y la mejora de la supervivencia, como el acceso a la atención sanitaria de calidad, la reducción de los factores de riesgo y el cumplimiento de los planes de tratamiento.
Aunque estudios previos han demostrado que el apoyo social, como el matrimonio, puede tener un impacto significativo en el tratamiento de la enfermedad cardiovascular, la influencia del estado civil en la supervivencia del accidente cerebrovascular en adultos no se entiende bien, según los autores de este trabajo.
Para determinar si la historia marital desempeña un papel en la supervivencia después de sufrir un derrame cerebral, Dupré y Renato D. Lopes, profesor de Medicina en el Centro Médico de la Universidad de Duke, utilizaron datos de una muestra nacionalmente representativa de adultos mayores de Estados Unidos.
La muestra recogida formaba parte del Estudio de Salud y Jubilación (HRS, por sus siglas en inglés), un análisis en curso, prospectivo, de adultos estadounidenses mayores patrocinado por el Instituto Nacional sobre Envejecimiento y el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan. El HRS incluye historias maritales de más de 50 años a partir de entrevistas prospectivas y retrospectivas.
UN 70% MÁS DE RIESGO DE MORIR TRAS UN ICTUS EN ADULTOS SOLTEROS
Para este estudio, los investigadores seleccionaron a los encuestados que informaron de haber sufrido un accidente cerebrovascular entre 1992 y 2010. La muestra final incluyó a 2.351 adultos mayores de 41 años que se siguieron durante un promedio de 5,3 años durante el periodo de estudio de 18 años.
Los investigadores encontraron que los riesgos de morir después de un accidente cerebrovascular fueron un 71 por ciento mayores para los adultos que nunca se casaron en comparación con los adultos que estaban casados. Para los pacientes divorciados o viudos, los riesgos de fallecer tras un accidente cerebrovascular fueron un 23 por ciento y un 25 por ciento mayores, respectivamente, que los adultos casados.
En los pacientes divorciados o que se habían quedado viudos más de una vez, los riesgos de morir después de un accidente cerebrovascular fueron un 39 por ciento y 40 por ciento mayores, respectivamente, que en los adultos casados. No hubo evidencia de que los resultados difirieran significativamente entre hombres y mujeres o por raza o etnia.
El análisis de los datos sugiere que algunos de estos riesgos están influenciados por diferencias en los factores psicológicos y sociales, como la falta de niños, el apoyo social limitado y los síntomas depresivos, que pueden haber impedido la recuperación después de un accidente cerebrovascular. Múltiples pérdidas maritales en la vida de una persona fueron especialmente perjudiciales para la recuperación, independientemente del estado civil actual.
Inesperadamente, los investigadores encontraron que un nuevo matrimonio no reducía los riesgos aportados por el divorcio pasado o la viudez. Una limitación del estudio es que sólo incluyó a adultos que sobrevivieron al alta hospitalaria y no a los que murieron poco después de padecer un accidente cerebrovascular.
Estos hallazgos tienen posibles implicaciones para el conocimiento y la práctica de la salud pública, según Dupre. "Se necesitan más investigaciones para conocer las implicaciones clínicas completas de nuestros hallazgos. Entender mejor los riesgos asociados con la vida marital y la pérdida conyugal puede ser útil para personalizar la atención y mejorar los resultados para aquellos que se están recuperando de un accidente cerebrovascular", concluye.