MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
A la edad de 6 años, las chicas se vuelven menos propensas que los chicos a asociar la brillantez, genialidad o astucia con su propio género y son más propensas a evitar las actividades que se dice que requieren brillantez, según muestra un nuevo estudio realizado por investigadores de las universidades de Nueva York, Illinois y Princeton, todas ellas en Estados Unidos.
La investigación, publicada en 'Science' y dirigida por Lin Bian, estudiante de doctorado de la Universidad de Illinois, y el profesor de Psicología de la Universidad de Nueva York Andrei Cimpian, demuestra cómo de pronto se enraizan los estereotipos de género y señala la posibilidad de que tengan un impacto a lo largo de la vida.
"A pesar de que el estereotipo que empareja la genialidad con los hombres no coincide con la realidad, sin embargo, puede tener un peaje en las aspiraciones de las niñas y en sus carreras futuras", observa Cimpian, autor principal del documento. "Nuestra sociedad tiende a asociar la brillantez con los hombres más que con las mujeres, y esta noción aleja a las mujeres de los trabajos que se perciben que requieren genialidad --añade Bian--. Queríamos saber si los niños pequeños también apoyan estos estereotipos".
Con esta pregunta en mente, los investigadores analizaron a niños desde 5 a 7 años en una serie de pruebas. En un experimento, los niños escucharon una historia sobre una persona que era "realmente inteligente" y luego se les pidió que adivinaran cuál de los cuatro adultos desconocidos (dos hombres y dos mujeres) era el protagonista de la historia. También se les pidió que adivinaran qué adulto en una serie de parejas de adultos de diferentes géneros era "realmente, realmente inteligente".
Aunque los resultados mostraron que tanto los niños como las niñas de 5 años veían a su propio género de manera positiva, las niñas de 6 y 7 años eran significativamente menos propensas que los niños a asociar la brillantez con su género. Estas diferencias de edad fueron en gran medida similares entre los niños con diversos antecedentes socioeconómicos y raciales-étnicos.
Un estudio posterior quiso saber si estas percepciones dan forma a los intereses de los niños. Se presentó a un grupo diferente de niños y niñas de 6 y 7 años dos juegos: uno descrito como para "los niños que son realmente, realmente inteligentes" y el otro para "los niños que lo intentan realmente muy duro". Por lo demás, el contenido y las reglas de los dos juegos eran muy similares.
Se les hicieron cuatro preguntas para medir su interés en estos juegos (por ejemplo, "¿Te gusta este juego, o no te gusta?"). Las niñas estaban significativamente menos interesadas que los niños en el juego para los niños inteligentes; pero no hubo diferencia entre el interés de los niños y las niñas en el juego para los niños trabajadores, un hallazgo que aporta información sobre la naturaleza específica de los estereotipos de género.
Un experimento final comparó el interés de los niños y las niñas de 5 y 6 años por los juegos para niños inteligentes, sin mostrar diferencias significativas en el interés entre los niños de 5 años de edad y las niñas, en consonancia con la ausencia de estereotipos de brillantez a esta edad. Sin embargo, el interés de las niñas de 6 años por las actividades para niños inteligentes fue nuevamente inferior al de los niños.
"En un trabajo anterior, encontramos que las mujeres adultas eran menos propensas a recibir puntuaciones superiores en campos que se cree que requieren 'brillantez' y estos nuevos hallazgos muestran que estos estereotipos empiezan a afectar a las decisiones de las niñas a una edad extremadamente joven", lamenta Sarah-Jane Leslie, profesora de Filosofía en la Universidad de Princeton, quien también contribuyó a la investigación. Sin embargo, los autores advierten que se necesita más trabajo para estudiar cómo de generales son estos resultados.